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Notas de Opinión Sábado 22 de Diciembre de 2012

¿Cataluña podrá ser independiente en 2014?

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Alex Rodríguez

Por Alex Rodríguez

El pasado domingo 25 de noviembre, se celebraron las elecciones autonómicas catalanas que fueron convocadas a raíz del masivo clamor independentista visto en la celebración/manifestación del 11 de septiembre, día nacional de Cataluña.

Ese día las calles de Barcelona, principal ciudad y capital catalana, se inundaron de gente con banderas y símbolos independentistas, pidiendo un estado propio para la nación catalana. Y no era algo nuevo oír el reclamo soberanistas en la “Diada”. Durante años, miles de personas se manifestaron por esas fechas a favor de la independencia de Cataluña, pero en esta ocasión se contaban por decenas de miles, la organización habla de más de medio millón de manifestantes solo en Barcelona. 

Los motivos de este crecimiento son muchos, pero se cree que la creciente subida de impuestos y recortes en Cataluña por parte del Gobierno central y el autonómico que debe pasar cuentas a Madrid han disparado la creencia que en un estado independiente, los catalanes estarían mejor que perteneciendo a España, en especial a esta España en crisis.

Las reacciones no se hicieron esperar. Desde el gobierno central y su maquinaria, quisieron quitar peso a lo sucedido, manipulando el noticiero de la televisión pública, TVE, en la que la noticia pasó a ser secundaria, mientras medios de comunicación internacionales la priorizaban a modo de titular. 

Por su parte, el desde gobierno autonómico catalán, Artur Mas -titular de la Generalitat de Catalunya- se reunió el 20 de septiembre en la Moncloa con el presidente del gobierno español Mariano Rajoy para negociar el pacto fiscal, que daría más autonomía fiscal al gobierno autonómico catalán. Hay que entender la idiosincrasia de España donde no todas las autonomías tributan al estado del mismo modo: País Vasco y Navarra disfrutan de otro concierto económico, por motivos históricos, que les permiten mucha más flexibilidad económica que al resto de autonomías del estado.

Tras el fracaso de las negociaciones, el 25 de septiembre, con motivo de la falta de entendimiento entre Cataluña y España, y a fin de satisfacer lo que según su enfoque fue la petición del pueblo del derecho a decidir su futuro, el presidente de la Generalitat decidió convocar unas elecciones anticipadas, las que se celebraron finalmente el pasado domingo 25 de noviembre. 

El debate desarrollado durante todo este tiempo, ha sido de los más tensos que se recuerdan desde la instauración de la democracia. El nacionalismo catalán ha hecho resurgir los siempre latentes nacionalismos vasco y gallego, donde los partidos nacionalistas tuvieron una fuerte subida en sendas elecciones autonómicas del 21 de Octubre. El partido gallego de nueva creación Alternativa Galega de Esquerda (AGE) y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) aglutinaron más votos que la segunda fuerza política en Galicia, por primera vez desde la democracia, y siendo más evidente aún la ascensión nacionalista vasca donde el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Euskal Herria Bildu (Reunir el País del Euskera) consiguieron la mayoría suficiente para gobernar en coalición. 

Pero estos no fueron los únicos nacionalismos que han conseguido reactivar. Los nacionalistas españoles han sacado todas sus banderas a la palestra por una España unida, donde los deseos de las partes no influyan en la política general del estado en este período de crisis económica europea.

Ahí empezó una intensa campaña oficial y no oficial por todas las partes, centrada en la posible secesión de Cataluña: los halagos, las desacreditaciones e incluso las retrospectivas a la constitución española. Un fuego cruzado entre nacionalistas españoles centralistas y el nacionalismo catalán han centrado la vida política española donde todo el mundo ha querido decir lo suyo. Políticos retirados, militares, autoproclamados intelectuales, deportistas y hasta las celebrities han querido opinar. 

Cabe recordar que Cataluña es una de las regiones más influyentes en la economía del país dado su elevado nivel de industrialización y números turismo que reciben durante todo el año, principalmente por su ciudad capital, Barcelona.

Todos los partidos nacionalistas catalanes se subieron al carro de prometer el apoyo a un referéndum por la independencia de Cataluña. El actual partido mayoritaria catalán, Convergència i Unió (CiU), una coalición formada por liberales de centro-derecha (Convergència Democràtica de Catalunya) y los democristianos (Unió Democràtica de Catalunya), siguió la senda de sus palabras y basaron su campaña en pedir el voto masivo para obtener la mayoría absoluta y poder así no depender de nadie para cumplir con su promesa de referéndum, sin pactos ni condiciones con otros partidos. Los sondeos le daban una mayoría amplia. 

Los demás partidos nacionalistas centraron sus discursos en demonizar los recortes del actual presidente, ofreciéndose como el camino legítimo a la independencia. La evidencia de una respuesta soberanista por parte del electorado catalán era tan obvia que incluso un descolocado Partido Socialista Catalán desempolvó su vieja idea federalista para una Cataluña más autónoma, idea que recibió más críticas que aplausos, por no haberla propuesto cuando gobernaban en Madrid y usarla ahora de un modo claramente partidista.

El Partido Popular, actualmente gobernando España con mayoría absoluta, centró su campaña en demonizar la posible consulta por la independencia, creando una duda sobre si con la independencia, Cataluña tendría la permisión de pertenecer a la Comunidad Europea o por el contrario como Mariano Rajoy sostenía desde Madrid, sería un paria en una sociedad de unión.

Las teorías sobre los posibles escenarios post independencia han sido muy contradictorios dependiendo de la óptica partidista, pero medios independientes, como el Financial Times, han publicado varios artículos donde toma este supuesto y ve resultados positivos para el empresariado catalán en caso de la independencia.

Finalmente, después de correr ríos de tinta por parte de medios partidarios y contrarios a la victoria de aquellos que quieren consultar al pueblo, las elecciones se celebraron y no faltaron sorpresas en los resultados. El actual gobierno y promotor del referéndum, salió castigado quedándose con 50 de los 135 escaños del Parlamento Catalán, lo que le significó perder 12 escaños sobre los resultados de 2008. Pero esos votos perdidos no se han desligado de la idea independentista. 

Esquerra Republicana per Catalunya (ERC) fue la gran vencedora de la noche electoral, pasando de 10 a 21 escaños, siendo la nueva llave de gobierno de esta legislatura, desbancando al Partido Popular, anterior socio del gobierno nacionalista de centro-derecha.

Esto deja el hemiciclo catalán, con 83 escaños para claros partidarios de la consulta por la independencia y 28 para opositores al referéndum, dejando la duda razonable que desde Madrid no tardaron en potenciar: ¿Fue la maniobra soberanista de Artur Mas un fracaso? ¿Se pondrán de acuerdo partidos nacionalistas catalanes de izquierdas y de derechas para conducir la consulta?

Por el momento ha quedado clara la visión consultiva del electorado catalán, en las elecciones más participativas de la democracia española, donde por el momento CiU y ERC firmaron el martes 18 de diciembre “el pacto por la libertad”, acordando la consulta por la independencia en 2014. Ahora empezará una interesante carrera para convencer a la mayoría, que la oposición ya califica de inconstitucional.

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