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Notas de Opinión Domingo 29 de Julio de 2018

Causas y efectos

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Roberto Actis

Por Roberto Actis

El tsunami de malas noticias es tan frecuente que prácticamente estamos acostumbrados, tanto cuando se trata de realidades inocultables como cuando son aquellas otras fogoneadas por una elección presidencial para la cual falta bastante, pero que por los modos y formas, en definitiva el comportamiento de los potenciales protagonistas y aún más que eso la aparición en seguidilla de posibles candidatos, parecen estar ahí nomás, a la vuelta de la esquina. Y en realidad lo están, por la aceleración que todo suele tener aquí. 

Es que, por un lado tenemos este presente con caída del empleo -27.200 trabajos sólo en mayo-, inflación en alza con 3,7% en un mes y estimación de 32 puntos anuales, y completando el dibujo de los grandes temas, una economía que se contrajo 5,8% en ese quinto mes del año. Todo mal. Pero además, se agregan los conflictos puntuales y sectoriales que mantienen agitada la realidad, como la permanente presencia piquetera en las calles, los interminables paros docentes, la durísima puja por la despenalización del aborto que se definirá el 8 de agosto en el Senado -donde hay indecisos que seguramente lo serán hasta último momento-, la confrontación entre la familia camionera Moyano y el gobierno azuzada por el avance o retroceso de las instancias judiciales, la balanza comercial que sigue teñida de rojo intenso, los juicios por corrupción que van y vienen pero sin condenas, el siempre amenazante dólar que mantiene las tasas por las nubes y así no hay actividad económica que aguante, la extinción de dominio dormida en el Senado que no tiene un destino muy claro que digamos -al menos para comenzar a recuperar lo saqueado durante la "década ganada" y también los casos del actual gobierno que puedan sumarse-, y por si faltaba algún condimento a esta salsa, ahora se añadió la reformulación de las fuerzas armadas. Entre otras muchísimas situaciones de menor rango, pero que no por eso dejan de preocupar y que vienen a ser algo así como el decorado que completa el escenario, en el cual la grieta siempre está presente, con un protagonismo central que va en aumento y seguramente continuará así hasta octubre de 2019, catorce meses que serán muy intensos, tal vez más de lo que podamos suponer en este momento.

Aunque la estabilización momentánea del dólar en 28 pesos y monedas el gobierno lo puede mostrar como positivo, todavía es algo bastante inestable, por lo cual se apela a todos los recursos para tratar de contagiar optimismo para el año que viene, aunque repasando esta clase de pronósticos, en la zaranda no queda casi nada. Menos mal que de vez en cuando aparece alguno de los recontra kirchneristas con declaraciones que dan un respiro, como esta del piquetero D´Elía pidiendo que Macri sea fusilado en la Plaza de Mayo, reavivando la memoria en este tiempo que Cristina Kirchner adoptó la estrategia del silencio. Desde el macrismo ruegan que no permanezcan callados.

Aunque los problemas sean tan duros y complejos y las soluciones tan distantes, luego del tobogán en que entró el gobierno en estos últimos 3 meses, las aspiraciones presidenciales de potenciales candidatos están apareciendo como hongos después de la lluvia. De todos modos, esto es bastante común, ya que todos tratan de controlar un espacio -por modesto que sea- para tener qué negociar a la hora de definir listas y candidaturas, que es cuando nadie quiere quedarse afuera.

Tal van las cosas, para octubre del año que viene se apunta a tres grupos: uno de ellos el oficialismo postulando a Macri; otro Unidad Ciudadana llevando a Cristina Kirchner; y el peronismo federal, moderado o dialoguista, que no quiere saber nada con el macrismo ni con el cristinismo pero que tiene por delante el dilema de unirse primero y elegir candidato después, ya que sobran aspirantes. Claro, este es un escenario posible de trazo grueso, que dependerá en gran medida de cómo evolucione la economía y la situación social en este corto tiempo por delante. Un factor decisivo para tratar de sumar votos, ya que voluntades van quedando pocas. Aunque en realidad, todo es tan cambiante y volátil en la política criolla -miremos cuáles fueron los resultados comparando con otros países que largaron mucho más atrás nuestro, cuando la Argentina era uno de los diez mejores del mundo-, que todo lo que hoy parece ser quizás mañana deje de serlo.

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