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Notas de Opinión Miércoles 12 de Junio de 2013

Coaliciones y resultados

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Rosendo Fraga

Por Rosendo Fraga



Con el 35% se puede ganar una elección por 15 puntos si el resto está disperso y en consecuencia la segunda fuerza quedó con sólo 20%. Pero también con 35% se puede perder por 15% si quien está en frente ha obtenido 50%.


Es algo obvio, pero a pocos días del 12 de junio -fecha en la cual vence el plazo para presentar alianzas- la oposición no parece tenerlo demasiado en cuenta.


En 1997 el Peronismo, que llevaba ocho años en el poder, fue derrotado en una elección de medio mandato por 9 puntos, al obtener 36% de los votos. Es que el surgimiento meses antes de la Alianza electoral entre la UCR y el Frepaso logró sumar 45%. Si ambas fuerzas hubieran concurrido a elecciones por separado, con ese mismo 36% el PJ hubiera ganado por cerca de 10 puntos sobre el segundo.


Ello sucedió en un año en que la economía creció 7%. La economía suele definir el resultado electoral, pero ello tiene excepciones como sucedió en dicha elección, porque una coalición electoral cambió la relación de fuerzas en el ámbito político-electoral.


En la región, el caso de Venezuela muestra que a la oposición le llevó 14 años aceptar la necesidad de generar una coalición electoral amplia; recién entonces se transformó en una opción competitiva con el liderazgo de Enrique Capriles.


Es que las coaliciones electorales pueden resultar decisivas para el resultado de una elección. La capacidad de articularlas suele ser una capacidad importante en los líderes políticos, sobre todo si desde la oposición tienen que enfrentar al gobierno.


Que la Alianza haya fracasado como gestión de gobierno no implica que lo haya hecho como experiencia electoral, la cual resultó muy exitosa.


En la elección legislativa de 2009 la oposición, aunque dividida en dos alternativas, se impuso en la elección. Ello fue porque existió entonces la coalición electoral que unió al PRO con el PJ Disidente en distritos importantes como la provincia de Buenos Aires y porque se gestó entonces el Acuerdo Cívico y Social donde convergieron el Radicalismo y el Socialismo junto con la Coalición Cívica y el GEN.


Sin estas coaliciones, el 31% del oficialismo le hubiera permitido imponerse, aunque con una merma importante de votos.


Una elección legislativa puede hacer más fácil gestar coaliciones electorales que los comicios para cargo ejecutivos. Es más fácil acordar un programa de acción parlamentaria -toda la oposición, desde el PRO de Mauricio Macri hasta el Proyecto Sur de Pino Solanas, viene votando unida en los temas claves-, que acordar un programa de gobierno que deba realizarse desde el Congreso.


Hay veces que los votantes generan la polarización política que los partidos no crean. La oposición suele tener varios candidatos y es el votante el que elige al que cree con más posibilidades de enfrentar a quien gobierna. Pero en 2011 ello no sucedió. El voto opositor estuvo más dividido que en la legislativa 2009 y ello puede repetirse en 2013.


Todos hoy miran como fechas claves para las definiciones electores el 22 de junio, que es el límite para presentar las listas, y el 11 de agosto, cuando tendrán lugar las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO).


Pero el 12 de junio también es una fecha relevante, porque ese día se sabrá el grado de eficacia que habrá tenido la oposición argentina para generar coaliciones electorales.




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