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Notas de Opinión Domingo 20 de Mayo de 2018

Cosas de Alí Babá

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Roberto Actis

Por Roberto Actis

Cuando se habla de seguridad, la palabra sensación debería ser borrada del mapa. Absolutamente inutilizable, pues inmediatamente la memoria retrocede, no demasiado por lo reciente, a la impresentable figura de Aníbal (Bigote) Fernández, quien recurría a esta metodología para tratar de negar lo que la realidad demostraba a diario. Y lamentablemente continúa demostrando. Tampoco las estadísticas tienen la eficacia que en otros rubros, aunque luego de sucesivos fracasos en previas electorales -aquí mismo en Rafaela, cuando en octubre arrasó Leo Viotti en concejales- ni siquiera eso. Salir a decir que el delito ha bajado, cuando se sabe que en muchos casos no son tomadas las denuncias o manipuladas, resulta un búmeran de efecto adverso al buscado. Pocos lo toman en serio. Retrocedamos un poco, apenas unos meses, cuando el ministro Pullaro batió palmas con las estadísticas de la baja de homicidios en la provincia, apuntando a Rosario y Santa Fe, que parecen el Chicago de la época de Al Capone. Poco demoró la realidad en demostrar lo contrario, con una avalancha de asesinatos, especialmente en -vaya curiosidad- la Chicago argentina, un mote algo olvidado pero plenamente reactualizado desde tiempo a esta parte.

Ahora nos dicen desde la provincia bajaron los delitos en Rafaela, aunque crecieron los cometidos con armas de fuego. ¿Es para alegrarnos o preocuparnos más todavía? Seguro que esto último. Tal vez sea cierto que se contabilicen en las estadísticas algunos hechos delictivos menos -ladronzuelos, oportunistas, tal vez arrebatos, mecheras, o ladrones de gallinas como se decía entonces antes de la desaparición de los gallineros domiciliarios-, pero en cambio hay más delitos con el uso de armas de fuego. Ecuación más que clara: tenemos más segura la gallina, bueno, la bicicleta, la moto o la mochila que llevamos en la espalda, pero en cambio estamos más expuestos a que nos disparen un balazo. Si esto además es considerado como algo positivo, es para preocuparnos el doble, pues queda a la vista que quien no logra discernir donde está el problema dificilmente pueda procurar las soluciones.

También se supo en este informe que difundieron el representante del Nodo en materia de seguridad y el jefe policial, que dos tercios de los delincuentes en acción están dentro de la franja etaria de los 19 y 25 años y que padecen de adicciones a diversos tipos de drogas. Es bueno decirlo, aunque no aporta nada nuevo, es algo que viene sacudiendo a la ciudad desde hace muchísimo tiempo, y que cada vez se agrava más. Las propias autoridades máximas de la ciudad habían denunciado reiteradamente, con exactitud y precisión los lugares de distribución y delivery de drogas -merced a los aportes vecinales-, pero no se hizo demasiado para reprimirlo. ¿Excusas y justificaciones? Sobran en todas las áreas de las fuerzas uniformadas que suelen superponerse unas a otras, como así también en la justicia. Casi siempre se mira al otro, y así andamos.

Traen a la Unidad V algunos patrulleros, unas motos y algunos otros equipamientos, pero eso no alcanza. Recordamos, no hace mucho, cuando siendo ministro de seguridad quien hoy está en la Defensoría del Pueblo -como vemos todo se recicla- vino a la jefatura para la entrega de un equipamiento y se ensució los dedos con la pintura fresca de la oficina. Lo que hacen falta son agentes, tenemos igual cantidad de personal policial que 50 o 60 años atrás, cuando los rafaelinos eramos la mitad. Pero además, sin dudas los tiempos han cambiado, antes se dejaba abierta la puerta de casa, no había alarmas, pocas rejas, y por sobre todo la única droga que se conocía era el cigarrillo, el ajenjo, o quizás el mate.

Para colmo seguimos teniendo la práctica de la puerta giratoria, lo que en el caso de los menores delincuentes es letal. Son aprehendidos in fraganti, se los reintegra a los padres y en la mayoría de los casos -no todos- a horas nomás están otra vez en la calle delinquiendo. 

Por si fuera poco, una tercera parte del personal de la Unidad está con permiso médico o de otro tipo, o bien impedido para andar por la calle que es donde se necesita su presencia. Es informe oficial, así que a no ponerlo en duda, constituyendo otro de los problemas de esta actualidad tan complicada. Para cubrir un cargo hay que hablar del suplente del suplente, lo que ocurre en casi todas las áreas públicas no sólo la policial. Datos concretos: en la Unidad local hay 350 uniformados y prestan servicio 250.

Como vemos, la falta de seguridad es un problema de una complejidad mucho más amplia de la pensada. Resolverlo rápido es imposible, pero al menos se aguardan algunos movimientos en ese sentido.

De todas estas cuestiones, que se reiteran en sus fallidos, podrían resumirse con la identificación de Alí Babá, una de las más famosas leyendas junto a sus 40 ladrones. Falta eso si, que alguien pronuncie el Sésamo! para que se abra la puerta de la cueva y aparezca todo lo robado. ¿Será así?

De la actualidad del país, que es casi como meter la mano adentro de un hormiguero, hablaremos en la próxima. Hay mucho por decir y seguramente se sumará otro tanto. De la Justicia? mejor dejarlo ahí, le fue confirmado el procesamiento a Menem por la explosión de Río Tercero. ¿Burla?, la pura verdad. Y dos líneas para Diego Maradona, haciendo campaña en Venezuela por Maduro, quien hoy será reelegido. Siempre en el bando equivocado.

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