Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Notas de Opinión Domingo 11 de Marzo de 2012

De Cleto a Amado

Leer mas ...

Roberto Actis

Por Roberto Actis

No vamos a anticiparnos a lo que finalmente disponga la Justicia, pues como suelen decir los funcionarios involucrados en supuestos chanchullos es lo único que realmente vale y a la misma se someten, lo cual sostendrán a ultranza siempre y cuando resuelva a su favor pues de lo contrario, rápidamente se cambia el pensamiento, pasándose a jueces delivery, listas en servilletas, antros de corruptos, o cosas por el estilo. Todo un clásico que, sin embargo no deja de asombrar en cada oportunidad que se repite. Retomando las primeras palabras, convengamos entonces que sin tratar de adelantarnos, la situación no viene muy bien que digamos para el vicepresidente Amado Boudou con esta relación de tráfico de influencias para beneficiar a gente amiga.

Es que luego de tanto silencio, y presumiblemente por alguna sugerencia desde más arriba, Boudou salió a tratar de dar explicaciones algo más precisas que vestir una remera con la leyenda "Clarín miente" o lanzar algunos globos con ese mismo escrito. Sin embargo, el intento no le salió todo lo bien que hubiese querido, pues aún estando en medios sostenidos económicamente por el gobierno y entrevistado por periodistas amigos, lo que dijo por la mañana debió salir a desdecirlo por la tarde. 

Es que según Boudou en sus afirmaciones matutinas, nunca tuvo absolutamente nada que ver con el levantamiento de la quiebra de Ciccone Calcográfica, la imprenta más grande de la Argentina, que recuperaron un par de supuestos amigos del vicepresidente, quien luego habría influido para conseguir un contrato para la impresión de billetes de 100 pesos para la Casa de la Moneda, lo cual significaría para Ciccone un ingreso de unos 50 millones de dólares.

Pero por esas mismas horas se hizo público un documento firmado por el mismo Boudou, que data de 2010, donde "aconsejaba" a la AFIP facilitar el levantamiento de la quiebra. ¿Y lo que había dicho pocas horas antes? Rápidamente debió salir a aclararlo, desdiciéndose y admitiendo que en realidad había hecho esa gestión, si bien tratando de suavizar diciendo que la intención era "evitar el despido de sus trabajadores". Bien podría aplicarse en este caso aquello tan conocido pero siempre útil de no seguir aclarando porque oscurece.

Como aquí no hay fuera de contexto ni nada por el estilo, para decirlo lisa y directamente, el vice Boudou se mandó una pifia de aquellas, tal vez la peor que le puede ocurrir a alguien, que es mentir -o incurrir en un fallido desliz, para ser contemplativos- cuando se está haciendo una aclaración. ¿Cómo confiar ahora en lo que diga?

Para Boudou se trata de una operación de los medios hegemónicos, Clarín, La Nación y Perfil, y también apuntó a Duhalde y al grupo Bolt, desplazado de algunos negocios con el Estado. No decimos si ni tampoco no, pero el caso está en la Justicia, actuando un fiscal que va acumulando antecedentes, y ahora aparecieron pruebas -como este documento inicialmente negado por Boudou- intercediendo por la Calcográfica, que lleva su firma. Para contrarrestarlo se necesita algo más que expresiones de deseos que se asemejan más a divagaciones que a una refutación para dejar a salvo el honor y la honestidad de una persona.

Aunque entre ambos continúen intercambiando sonrisas en las apariciones públicas, la presidenta Cristina Fernández debe estar bastante molesta -así lo dejan saber algunos trascendidos, que incluso llegan a decir que no le atiende el teléfono- con este asunto. Es que de continuar avanzando, lo que ahora se insinúa puede llegar a transformarse en el karma del vicepresidente, con el peso en la memoria de Julio Cleto Cobos, desde aquella madrugada de su voto no positivo que hizo caer la ley por las retenciones móviles durante el conflicto con el campo.

Cobos, había sido impuesto en la fórmula por Néstor Kirchner, durante aquella experiencia de la transversalidad, pero ahora Boudou es producto de la exclusiva decisión de la Presidenta. Sin embargo, los resultados y consecuencias, al momento muy distantes todavía, pueden llegar a parecerse bastante. 

¿Qué dirá la Justicia? Hay que darle tiempo. Precisamente, el rafaelino Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte, al iniciar el año judicial tuvo esta semana algunas definiciones bastante singulares como una justicia más rápida e imparcial, aludiendo a que "quien ha sufrido una tragedia  necesita una respuesta rápida", seguramente por la tragedia del tren. También sostuvo que la crítica -siempre tan rechazada por la omnipotencia- "es buena", como así también el "equilibrio de poderes".

Y quedan muchos temas que reclaman más espacio, pero que al menos no dejaremos de mencionarlos. El casi millón de pesos gastado por la Provincia en el festival del bicentenario de la bandera, en un momento financieramente desafortunado. La misión comercial encabezada por Guillermo Moreno a Angola, el país de mayor nivel de corrupción en el mundo. ¿No podemos elegir distinto? Y la transformación de la Carta Orgánica del Banco Central, que dejará la puerta abierta de su caja para que el gobierno pueda sacar el dinero que quiera sin rendir cuentas a nadie. Y tal vez traicionada por su subconsciente, en el afán de justificar ante los diputados, Marcó del Pont deslizó que "era esto (manotear el dinero del Central) o un terrible ajuste". Por las dudas, la inflación está relamiéndose.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso