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Notas de Opinión Jueves 23 de Febrero de 2017

EDITORIAL

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Redacción

Por Redacción

Campo y autopistas


COPETE: El agro aportó entre 2003-2016 cien mil millones de dólares a las arcas fiscales.




Sobre la importancia que tiene el sector agropecuario en la Argentina hemos comentado en reiteradas ocasiones desde esta sección editorial, en estos últimos días con relación al balance de las exportaciones de 2016, habiendo aportado el campo el 46% del total de las ventas al exterior, por todo el conjunto del complejo agroindustrial. En esta síntesis queda más que graficada la trascendencia y el peso que tiene para el conjunto de la economía, constituyendo en tal sentido y de acuerdo a las estadísticas, casi la mitad de las exportaciones, con una producción de alimentos -se ha dicho muchas veces- para satisfacer las necesidades de 400 millones de personas, es decir, diez veces más que la población de nuestro país.

¿Cómo existen entonces niños desnutridos y personas hambreadas? Ese por cierto, es otro tema, que afinca en la deficiente distribución de la riqueza, un factor que se agudizó todavía más durante el ciclo de 12 años del gobierno kirchnerista, siendo la realidad todo lo contrario de lo que mostraba como una de sus banderas: la lucha contra la desigualdad con la inclusión como objetivo.

Volvamos al campo y su producción, ya que existen diferentes enfoques para mostrar no sólo su eficiencia, sino también su volumen, y especialmente el haber conseguido un muy elevado desarrollo a pesar de la adversidad con la cual debió enfrentarse, tanto por factores climáticos con durísimas consecuencias por las inundaciones -ante la pasividad de los gobiernos de no hacer las obras correspondientes-, sequías, o bien la implementación de normas restrictivas y casi expropiatorias por parte del gobierno, en especial durante el ciclo del kirchnerismo, las que ahora fueron y continúan tratando de corregirse.

Días atrás en el Suplemento Rural de LA OPINION se publicó un extenso informe elaborado por el Instituto de Estudios de la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) de la Fundación Mediterránea, donde como síntesis se sostiene que el complejo agroexportador, a través de las retenciones, aportó a las arcas fiscales 100.000 millones de dólares, o bien 1,5 billones de pesos si trasladamos el valor a nuestra moneda. Eso es lo que aconteció en el ciclo que va desde 2003 a 2016, durante los 13 ejercicios del kirchnerismo. ¿Qué se hubiese podido hacer con tal cantidad de recursos? Pues nada menos que 50.000 kilómetros de autopistas, quedando bien graficado con esta referencia la "montaña" de dinero que el gobierno obtuvo del campo, sin que hayan quedado las obras que podrían haberse concretado durante el período mencionado. 

Corrupción, deficientes manejos y malas decisiones, fueron las razones que llevaron a que la mayor parte de ese dinero haya sido dilapidado sin ton ni son, quedando al final del ciclo tanta pobreza y desempleo como al comienzo.

Para tener una perspectiva aún más precisa, digamos que un kilómetro de autopista tiene un costo de dos millones de dólares, por lo cual la transferencia de recursos que hizo el campo al área fiscal, hubiese posibilitado la construcción de cerca de 50.000 kilómetros de autopistas. Y para tener una idea mucho más precisa, digamos que actualmente en el país como parte de la red troncal existen unos 5.000 kilómetros de autopistas -o bien autovías, que son aquellas de similar circulación pero sin puentes sobreelevados-, por lo cual con los recursos extraídos del campo se hubiesen hecho diez veces más que las autopistas disponibles en este momento.

Como para irritar aún más a la gente del campo, en este tiempo de tan perjudiciales inundaciones, cuyo efecto devastador se hubiese podido amenguar considerablemente, en muchos casos directamente evitar, de contar con obras de canalización y drenaje que vienen esperando desde hace muchísimos años. Se referencia el caso del canal San Antonio en nuestra provincia, obra que requería 700 millones de pesos -apenas un 0,5% de los recursos aportados-, y sin embargo no se hizo. 

De nuestra parte añadimos también el canal Vila-Cululú, directamente ligado al acontecer en nuestra región del departamento Castellanos, donde las consecuencias por las inundaciones han sido catastróficas. A pesar que los anegamientos vienen sucediéndose cada vez más seguido, también en este caso se espera, aunque los tiempos para muchos productores se hayan agotado.

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