Por Redacción
Por Arturo Ramo García (*). - Uno de los hechos que caracterizan nuestro tiempo es la manipulación del lenguaje y la confusión de los conceptos. Las palabras quedan vacías de su sentido original y toman otros contenidos nuevos.
Algo de esto ocurre con el feminismo original y el feminismo radical, que ha derivado del anterior. Para Cristina Hoff Sommers, el feminismo es la creencia en la igualdad legal y moral de los sexos. Es un movimiento de la historia, espontáneo, que es protagonizado por mujeres y no tiene carácter político, sino que tiene que ver con todos los campos de la vida, y persigue la justa reinvocación de la igualdad jurídica, social y política de la mujer y el hombre.
El feminismo radical es una ideología política sustituta del marxismo en el imaginario teórico de la izquierda progresista. Lo mismo que hay ricos opresores y pobres oprimidos, también la mujer está presa en un sistema patriarcal opresivo. El nivel de radicalidad de este feminismo puede tener distintos grados de desarrollo, desde lo más elemental hasta los casos más extremos y radicales, de carácter maoísta.
De los restos del feminismo radical surgió en Estados Unidos la ideología de género, que hoy día comprende a otros movimientos feministas. La feminista Mª Giovanna Nocelli llega a afirmar que "aceptar la ideología de género es, para el feminismo, una forma de suicidio".
La ideología de género ha desarrollado los modelos de emancipación de la mujer, que pretende el igualitarismo entre hombres y mujeres, aunque en realidad termina reduciéndose a "imitar al varón". (*) Foro Independiente de Opinión (España).
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