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Notas de Opinión Lunes 24 de Noviembre de 2025

El presidente Milei le devuelve a los militares lo que merecen: una oportunidad

En un mundo envuelto en conflictos crecientes, limitar la participación militar en el nivel político a discursos previamente supervisados carece de sentido.

Agrandar imagen El Presidente Javier Milei visitó en agosto pasado el Regimiento de Infantería 1 “Patricios” junto a su hermana Karina, el ministro de Defensa Luis Petri y el jefe del Ejército, Carlos Presti.
El Presidente Javier Milei visitó en agosto pasado el Regimiento de Infantería 1 “Patricios” junto a su hermana Karina, el ministro de Defensa Luis Petri y el jefe del Ejército, Carlos Presti. Crédito: ARGENTINA.GOB.AR

Por Bryan J. Mayer *

Tras un ministro de alta exposición y con fuerte presencia en los cuarteles, quedaba poco margen para sostener la saludable inercia que el presidente Milei había instaurado en materia de Defensa. En ese contexto, la confirmación del rumor que circulaba no sorprendió al círculo íntimo de la familia militar: un general fue designado ministro.

Parte del sector opositor, rápido para reaccionar, denuncia la supuesta ruptura de una “tradición” vinculada al “control civil” sobre las Fuerzas Armadas, ignorando que el resto del gobierno seguirá siendo civiles que controlan y asisten al nuevo ministro. Olvidando que el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas no es otro que el mismísimo presidente de la Nación. Pero buscan algo más profundo: reinstalar la idea de que el Instrumento Militar es un monstruo bajo vigilancia de políticos incuestionables, anclando su imagen únicamente en la última dictadura y un supuesto riesgo inherente a su mera existencia.

Lo que ese sector calla es la inexistencia de “control civil” sobre quienes firmaron decretos de aniquilamiento, sobre quienes pactaron con potencias extranjeras para levantarse contra nuestra propia República, sobre quienes desviaron millones hacia sus bolsillos y sobre otros que, aun con antecedentes graves, fueron ministros, gobernadores y hasta presidentes. Muchos de ellos todavía cobran importantes jubilaciones. Nadie dice nada.

La sorpresa que fingen ante la decisión presidencial desconoce el trato digno que Milei entrega desde el primer día a los miembros del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada. Son dignos herederos de grandes líderes militares como San Martín, Belgrano, Brown, del padre de la aviación argentina, Jorge Newbery, y de los héroes de Malvinas. El presidente asumió con la convicción de romper esquemas e injusticias. En esa línea y en un país donde las Fuerzas Armadas lideran las encuestas de confianza de la población, resultaba incoherente que la política insistiera en humillarlas y esconderlas.

Esa confianza no se basa en gustos personales, sino en hechos: misiones de paz, presencia en la Antártida, asistencia en pandemias y diversas catástrofes naturales; apoyo tecnológico y logístico ante el narcotráfico; profesionalismo en cada crisis. El reconocimiento social es consecuencia directa de ese trabajo silencioso, que se realiza muchas veces conjuntamente entre civiles y efectivos.

En un mundo envuelto en conflictos crecientes, limitar la participación militar en el nivel político a discursos previamente supervisados carece de sentido. Menos aún cuando los efectivos que cubren puestos en niveles estratégicos, operacionales y tácticos poseen hoy estándares profesionales y académicos altísimos. ¿Qué mejor, entonces, que un militar con más de 40 años de experiencia en el área que comenzará a conducir?

Con la mitad de su primer mandato cumplido, después de cambiar 180° el trato hacia los militares, recuperar capacidades como la supersónica, impulsar la submarina y adquirir medios terrestres, Milei decidió dar su mayor muestra de confianza: devolverles a los militares la oportunidad de demostrar que no son el monstruo del que supuestamente nos protegían los políticos. Todo lo contrario. El desafío que viene es consolidar las herramientas materiales necesarias para afirmar el liderazgo de la política militar argentina en la primera parte del siglo XXI, siempre dentro de la Ley.

(*) Bryan J. Mayer es periodista rafaelino egresado del Liceo Militar "Manuel Belgrano" de Santa Fe y especialista en temas de Defensa. Ex asesor del Ministro de Defensa. Miembro del Instituto del Instituto de Seguridad Internacional y Asuntos Estratégicos del CARI (Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales).

(*) La columna de opinión fue publicada el pasado domingo en diario Clarín.

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