Por Por Jesús D. Martínez
Por Jesús D. Martínez (*)
Apenas han pasado nueve meses desde su elección, pero el Papa Francisco ya
ha conquistado la admiración y el cariño general con su sencillez, su
cálida proximidad y su humildad -hasta le punto que una de las revistas más
prestigiosas del mundo le ha elegido como personaje del año-, ha
prescindido de los corsés del protocolo y de las rigideces del cargo para
conducirse como lo que es, un pastor en medio del rebaño. Los débiles, los
pobres y los perseguidos han centrado sus discursos. Pero también ha
plantado cara en defensa de la vida y contra las leyes que no ennoblecen a
las personas. Todo, en un tiempo record.
(*) Desde Girona (España).
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