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Notas de Opinión Domingo 4 de Marzo de 2012

Faltan manos para tapar tantos soles

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Roberto Actis

Por Roberto Actis

Sobre la tragedia del tren se continuará hablando durante bastante tiempo, sobrepasando la trascendencia del resto de temas, como inevitablemente lo es cuando están de por medio vidas humanas, nada menos que 51 en este caso. Sin embargo, aún con aquél doloroso episodio a cuestas y con la escasa reacción que hubo desde el gobierno para afrontarlo,  buscando en cambio una instancia de ocultamiento, todo lo demás continuó andando, incluso demorándose algunas iniciativas orientadas en la búsqueda de soluciones que, cuando más tarden, más costará implementarlas. Y más que eso, más dolorosas serán para la gente, que en definitiva es siempre la que termina afrontando con sus bolsillos estos ajustes dispuestos para corregir todo el despilfarro y desorden que hubo durante estos años de subsidios, un sistema que en lugar de buscar infraestructura, tecnología, capacitación y mejor servicio, estuvo orientado a sostener artificialmente tarifas muy reducidas para evitar el efecto inflacionario. Algo así como inflar un globo sin válvula de escape. En algún momento revienta, y eso lo sabe todo el mundo, incluso los que siguen echándole aire.

El caso de los ferrocarriles es un claro ejemplo. Se diluyeron miles de millones de pesos con la única finalidad de boletos baratos. No hubo controles y así de grande es el caos, que ahora se trata de solucionar con una intervención de 15 días a la empresa, que más se asemeja a una bajada de telón para volver a subirlo con los mismos actores. El desastroso ferrocarril está ahí, como el sol, ni aquél se puede mejorar sólo con palabras ni este taparlo con la mano.

Pero claro, es un tema trillado. Tanto como el energético, aunque menos divulgado, pero que es una de las grandes cuestiones a resolver, pues tampoco da para más. Las petroleras no invierten, no exploran, bajan su producción mientras el consumo aumenta notablemente. Ecuación sencilla: falta combustible y por eso las largas colas en los surtidores. Del gas ni hablemos, cada vez hay que importar más. 

Sobre el mismo,  el ahora muy crítico Alberto Fernández, cansado de esperar que alguien le volviera a abrir una puerta, dio un ejemplo contundente: explorando y sacando gas aquí en la Argentina se obtiene un pago de 4 dólares el millón de BTU (medida usada internacionalmente), mientras que el que se importa de Bolivia se paga 11 dólares y el que llega en los barcos al puerto de Buenos Aires desde otros países cuesta 19 dólares. Con estos valores ¿quién invierte en nuestro país?

Algo parecido nos ocurrió con la carne. Gracias a las políticas erróneas de Guillermo Moreno se destruyó el stock ganadero en 10 millones de cabezas, ¿se acuerdan cuando se mataban los terneros por ser demasiado costoso criarlos?, todo por resguardar la mesa de los argentinos. Una cantilena que sonaba bien, pero con resultados que están a la vista.

Sería bueno que el gobierno abandone ese hábito de negar la realidad y se haga cargo de los errores cometidos estos años que siempre son atribuidos a campañas en su contra. Antes al espíritu "destituyente", ahora a los "avivados", siempre aparecen otros responsables. ¿Y el gobierno dónde estaba cuando los ferrocarriles se deterioraban a puntos límites o cuando de ser un país autoabastecido en energía hoy dependemos de la importación? ¿Que son problemas que vienen de antes y que fue Carlos Menem el que inició la destrucción? Es cierto, pero en estos más de 8 últimos años poco se hizo por remediarlo. Es más, en algunas cuestiones se tomaron medidas que agravaron más aún la situación.

En 2011 se gastaron 9.397 millones de dólares en importar gas, naftas y fuel oil, un 110% más que en 2010, y todo indica que este año se dará otro salto similar. Y si quiere que retrocedamos un poco más, tenemos que desde 2003 cuando asumió Néstor Kirchner, las compras energéticas se incrementaron 9.300%. Tal cual, así como lo lee. No es entonces un problema nuevo, aún cuando hasta el año pasado -cuando había sobrantes de recursos- el ministro De Vido se ufanaba una y otra vez que no había crisis energética, y que todo era un invento de los medios hegemónicos. Si hasta hace unos días se echó la culpa a los medios por la falta de nafta en los surtidores. ¿Responsabilidad del gobierno? Eso nunca.

Hoy la economía es otra, el mundo es distinto. Los dólares de la soja que antes sobraban, ahora no alcanzan. El último año, aún recurriendo a los fondos del Banco Central, la ANSeS, el PAMI y el Banco Nación, hubo un déficit de 30.000 millones de pesos, y como los gastos no tuvieron contención por el objetivo de acicatear el consumo, todo se fue complicando. Por eso la traba a las importaciones, el control policial sobre los dólares. Pensar en gastar este año al menos 15.000 millones de dólares en gas y combustibles, es un espanto.

Hay cosas que ya no pueden ocultarse, por más manos que se pongan frente al sol. 

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