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Notas de Opinión Domingo 30 de Junio de 2013

Habrá más intentos

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Roberto Actis

Por Roberto Actis

Estas elecciones aún siendo intermedias, y recién en sus prolegómenos, están dando un claro indicativo del rol decisorio que tendrán en el futuro inmediato. Si hay algo claro es que no será una votación más, y por lo visto en estos escarceos previos, apenas con los candidatos en la grilla para confrontar en las primarias del 11 de agosto -pensada para encauzar las internas de cada agrupación política, aunque transformada rápidamente en una zaranda que define chances para las posteriores generales- el altísimo nivel de choque en el cual se entrecruzan acusaciones de toda naturaleza, no sólo permite confirmar la característica del todo o nada que se les impone, sino también el nivel de degradación que viene teniendo la política argentina, en un verdadero tobogán sin paradas.

Traidores, corruptos, tránsfugas, delincuentes, golpistas, destituyentes, son sólo entre otros muchos, algunos de los calificativos con los cuales hoy se sostiene el cruce político. ¿Las ideas, propuestas y todo aquello que puede enriquecer el debate? Bien, gracias.

Más allá de todas estas sesudas reflexiones, producto casi siempre de la vociferación y la permanente alteración de ánimo, el embudo suele terminar siempre en lo mismo: lo que está en juego es la recontra reelección de la presidenta Cristina Fernández. Es cierto que se cayó la encubierta reforma constitucional con el fallo de la Corte Suprema, clausurándose uno de los caminos, pero no todos. Quedan otras alternativas, algunas enmarcadas dentro de la ley y otras no tanto, pero a esta altura, no se duda que cualquier intento es posible.

Veamos lo sucedido en los otros países componentes de este bloque ideológico que integra la Argentina en Sudamérica. En Venezuela, Hugo Chávez tras ser elegido en 1999 reformó la Constitución y volvió a hacerlo en 2009, las dos veces con la metodología del plebiscito. En la última reforma estableció la reelección ilimitada, sorprendiéndolo la muerte en marzo de este año. El caso de Rafael Correa en Ecuador es parecido, luego de ser elegido en 2006, convocó mediante referéndum a una Constituyente -aún con el Congreso en contra- reformando la Constitución que le posibilitó ser reelegido en 2009 y otra vez en 2013. Nuestro vecino Evo Morales en Bolivia asumió en 2006 y dos referéndum le permitieron la reforma constitucional mediante la cual continúa en la presidencia, y ahora, merced a otra maniobra con el Tribunal Constitucional que está bajo su control, ya está habilitado para un nuevo mandato en 2014.

Todos, con un parecido discurso. "Se necesitan más años para afianzar definitivamente el modelo revolucionario". Las similitudes con lo que viene ocurriendo en nuestro país son un indicativo bastante claro, aunque también existen diferencias. Por ejemplo, esta clase de regímenes se sostienen con recursos, justo los que ahora escasean, siendo por lo tanto el económico, con fuerte onda inflacionaria, reservas en baja. caída de exportaciones y pérdida de competitividad, uno de los problemas más serios por resolver. La urgencia imponía hacerlo antes de las elecciones, pero los parches sobre parches no dieron los resultados esperados. Para el oficialismo, es probable que resulte mucho más complicado este escenario que para la oposición.

Todos, o casi, están observando este comicio que se avecina, pero en realidad lo que tienen bajo foco es 2015. Se trata de una visión que impuso el oficialismo. Es que mientras la presidenta dice no tener interés por la re-reelección, tras cartón, los más cercanos de su círculo salen disparados -es difícil suponer que sin su venia- a lanzar a los cuatro vientos la necesidad de continuidad de Cristina bajo un mismo argumento: nadie sino ella puede seguir adelante con el modelo. Ese mismo que desde otras fuerzas le anuncian un final cantado dentro de dos años. Sin dudas, una cuestión por resolver, y que seguramente tiene aún muchos capítulos por delante.

Después del fortísimo revés sufrido con el campo y la derrota legislativa de 2009, ya se le había colgado el cartelito de vencimiento al kirchnerismo, pero sin embargo renació de sus propias cenizas, con una potencia tal que le posibilitó el 54% de 2011 a Cristina Fernández, el cual desde entonces exhibe como trofeo cada vez que puede, como salvaguarda de cualquier intento, hasta  querer apropiarse de la Justicia. Por suerte para la salud de la República, al menos hasta ahora, sin conseguirlo.

En tanto, la rueda sigue girando, y miren hasta qué punto que de aquel lejano "que se vayan todos", ahora lo tenemos a Domingo Cavallo como candidato. 

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