Por Paulo Miassi
Se acerca fin de año. Y, se sabe, es época de pedidos. Muchos piden a sus dioses por sus familias. Porque tengan salud, amor, trabajo. Otros hacen una petición por ellos mismos. Los más pequeños, más sencillos, demandan un regalo, un pan dulce en la mesa, un abrazo, un beso. Y nosotros, desde acá, también haremos nuestro pedido.
El cierre de este 2011 es diferente a los anteriores, al menos de los últimos tres años, en términos políticos. Tanto a nivel nacional, como en la mayoría de las provincias y buena parte de los municipios y comunas del país, hay recambio de autoridades. Y es hacia ellos, hacia aquellos que se harán cargo de los poderes Ejecutivo y Legislativo en todo el país, hacia quienes va dirigido esta solicitud.
El reclamo, si así cabe definirlo, puede sonar naif, ingenuo, inocente. Y hasta causar gracia o risa. Pero en tiempos en los que tanto se habla de diálogo y consenso, sin que por ello nadie acepte moverse ni un centímetro de su posición, apelar a fundamentos de carácter ideológico, teórico, conceptual o técnico, puede tener la misma candidez. Por eso, es mejor -al menos así lo prefiero hoy-, apuntar al corazón.
A Cristina Kirchner, que ayer reasumió la Presidencia de la Nación, le pido que de una vez por todas accione para que Argentina pueda dar finalmente el salto de calidad. A 8 años del nacimiento del “modelo”, la verdadera redistribución de la riqueza aún brilla por su ausencia. La inflación sigue siendo un problema. Seguimos aislados del mundo, pese a lo cual el contexto internacional ha empezado a hacer mella en la solidez económica. El deterioro cultural del tejido social tampoco se ha detenido. Y la inseguridad está lejos de ser una mera “sensación”. La mandataria ha apelado recientemente al concepto de “sintonía fina”. Si realmente tiene que ver con las deudas mencionadas, bienvenido sea.
A Antonio Bonfatti, que hoy sucederá a Binner en la gobernación santafesina, le pido que lleve a los hechos los discursos de las campañas 2007 y 2011. El Socialismo llegó al poder prometiendo “el cambio”. Pero se ha manejado del mismo modo que aquellos a los que criticó durante tanto tiempo, haciendo diferencias en función de los colores políticos. Tampoco ha logrado implementar varias de sus promesas, como la reforma tributaria, además de no haber iniciado muchas de las obras que fueron reiteradamente anunciadas, ni designar por concurso a los directores de hospitales, entre otras cuestiones. Y en esta ciudad, puntualmente, han quedado pendientes temas tales como el nuevo Hospital y el Centro Cívico, sin olvidar las demoras con el acueducto.
A Hermes Binner y a Omar Perotti les pido que, cada uno desde su lugar, contribuyan a mejorar la calidad institucional del país. El ahora ex gobernador, desde su rol de titular del Frente Amplio Progresista, deberá aportar a una constructiva discusión nacional, enriqueciendo el debate a través de propuestas y críticas, estas últimas en su justa medida. El ex intendente, y flamante diputado nacional por el PJ, como integrante del bloque oficialista tendrá que colaborar para que el Congreso recupere protagonismo y vuelva a tener una intensa vida legislativa, en lo posible apuntando a beneficiar efectivamente a la provincia, la región y la ciudad.
Finalmente, le pido a Luis Castellano que, sin dejar de lado la profundización de todo lo bueno que se ha hecho en el pasado, lleve adelante políticas que resuelvan problemas que se han convertido en verdaderos obstáculos en el camino hacia una mejor sociedad. El aún importante déficit habitacional, con cientos de familias que no pueden acceder al lote o la vivienda propia. El caos del tránsito, con miles de vehículos inundando las calles y miles de ciudadanos sin demasiado interés en respetar las leyes, lo que convierte al asunto en una “bomba de tiempo”. El empedrado, cuya reparación avanza, en el mejor de los casos, a paso de tortuga. Y la seguridad, que si bien es una responsabilidad compartida con otros gobiernos, no deja de ser una problemática a la que se debe dar respuesta. Son sólo algunos de los ítems que figuran en el debe.
La política es la actividad humana que tiene como objetivo gobernar o dirigir la acción del Estado en beneficio de la sociedad. En medio de tantas juras, asunciones y reasunciones, es hora de pedir a los encargados de dirigir los destinos del país, la provincia y la ciudad, que honren esa definición. ¿Inocente? Tal vez. Pero con memoria.
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