Por Juan Carlos Fessia
Después de dos días y largos meses de elaboración, el G20 desplegó sus alas, halcones y palomas, se reunieron una vez más para darle al mundo una mirada mas optimista y pretender lograr los cambios necesarios para que la realidad deje de ser una obra de ficción.
Antes de 1999, el mundo se manejabas con un grupo de élite internacional, el G7, el 26 de setiembre de 2009, se funda el G20, conformado por 19 países de todos los continentes, mas un representante adicional, la Unión Europea, a raíz de la crisis económica producida en EE.UU. en el 2008, que tuvo su correlato en la economía de todo el planeta, el G20 se constituyó con la presencia de los jefes de estado de los respectivos países, por temor a que se produjera una situación similar a la crisis de 1930.
En estas reuniones también se incluyen organismos internacionales como, la OMC (Organización Mundial de Comercio), el BID (Banco Interamericano de Desarrollo), el FMI (Fondo Monetario Internacional), la ONU (Organización de Naciones Unidas), más los invitados propios del país organizador.
Para nuestro país el G20, tuvo un costo de 112 millones de dólares (5800 millones de pesos). El feriado dado por decreto representó, $ 44.767 millones en el PBI y la recaudación no ingresada al fisco fue de $ 5.841 millones. Como referencia se podría decir, que fue más caro que una elección presidencial o más barata que la última copa mundial de fútbol.
En el operativo de seguridad se usaron 22.000 efectivos nacionales, más todo el aparato y logística de la seguridad de las visitas. A pesar de todo lo que se comente, estas cumbres tienen un perfil netamente económico y político. La diplomacia internacional, una vez más actuó entre luces y sombras.
El día después de mañana, la declaración de los líderes, hicieron conocer una serie de puntos a tratar de resolver en el futuro cercano.
El futuro del trabajo, de la alimentación, las vulnerabilidades financieras, la solución a las preocupaciones geopolíticas, los problemas comerciales actuales, la creación de un desarrollo justo y sostenido, resultados de las nuevas tecnologías, la igualdad de género, en lo económico y social, condena al terrorismo y la corrupción. Todas estas medidas y otras son un permanente deseo de la comunidad internacional.
Por otro lado, prácticamente no se trató o no se habló de las guerras, de las ventas de armas, de la dominación corporativa y económica, sobre las migraciones motivadas por el belicismo internacional y sobre la pobreza.
Que ventajas o experiencias tuvo la Argentina, con respeto a lo primero el tiempo lo dirá, se lograron más de treinta convenios multilaterales importantes, y en relación a lo segundo, el logro de una organización global.
En este nuevo G20, como en tantos otros, el “Hegemón” ha sido EE.UU. y la disputa económica con China, más la disputa militar con Rusia, donde no hubo encuentros bilaterales que presenten soluciones a ambos conflictos que hacen a la paz mundial.
Dentro de un año habrá otro G20, con sus nuevas realidades y el mundo ya no tendrá como hoy una imagen de nuestra Argentina.
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