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Notas de Opinión Domingo 20 de Noviembre de 2011

Herencias y gestiones

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Roberto Actis

Por Roberto Actis

Aquello tan remanido de las herencias recibidas, que siempre fue la cantilena de quienes debían hacerse cargo de un gobierno de distinto signo político, parece haber quedado postergado en estos tiempos, cuando en casi todos los órdenes se dieron casos de continuidad, sea por reelecciones propiamente dichas, como la presidenta Cristina Fernández, o de "delfines", como por ejemplo Antonio Bonfatti en la provincia que da continuidad a la gestión de Hermes Binner, y de Luis Castellano en la intendencia de la ciudad, también siguiendo la gestión de Omar Perotti. El trío de gobernantes, que son los que directa relación tienen en cuanto a Rafaela, de arriba hacia abajo o viceversa, no sólo prologan gestiones, si no que incluso lo harán con gabinetes de muy similar conformación a la actual, con fecha de vencimiento el 10 de diciembre. 

Sin embargo, aún cuando no hay altisonantes reclamaciones, ni nadie puede hablar de "pesadas herencias" pues sería involucrar a su antecesor -decisivos en los casos de Perotti y Binner para ubicarlos en sus lugares- menos aún la presidenta Fernández, pues sería involucrarse a sí misma, hay quienes se encargan de puntualizarlas. Es que existen ciertos señalamientos, algunos directos y otros no tanto, pero que se deslizan como interrogantes, además de algunos cambios que se avecinan y que constituyen rectificaciones, que es cierto no alcanzan para tener la sonoridad de otras veces, pero que sí ofrecen pautas de análisis.

En el caso de la Presidenta, está a la vista que las actuales circunstancias tanto de la Argentina como del mundo, no son las mismas de tiempo atrás, cuando una enorme caja de recursos permitió desarrollar la política deseada sin mayores asfixias. Hoy esa disponibilidad no existe, o bien se redujo considerablemente, por lo cual se comenzó con una cirugía en el recorte de los subsidios, que fue menor al inicio con un volumen de apenas 600 millones, pero que ahora -tras el segundo anuncio de Boudou y De Vido- alcanzando además de bancos, financieras, bingos e hipódromos, a empresas y domicilios particulares, en este último caso de clases de un cierto poder adquisitivo, para lo cual se ideó un sistema que tiene toda la característica de un jeroglífico. Se pondrán planillas a disposición de los clientes para que digan ellos mismos si quieren seguir subsidiados o renuncian a esa instancia, en cuyo caso desde el gobierno se implementarán los mecanismos para controlar la situación patrimonial, fiscal y de ingresos de cada uno. ¿Se imaginan llevar adelante un control de estas características con cientos de miles de usuarios?

Esa es parte de la herencia que recibe la presidenta Cristina, de ella misma y de su fallecido esposo, ya que todo este entrecruzamiento de subsidios fue implementado durante la presidencia de Néstor Kirchner, consumiendo inicialmente 3.000 millones de pesos en 2003, que no eran casi nada y salvaban una situación de emergencia muy difícil entonces, como era contener la inflación y asistir a los más carecientes. Hoy, con el efecto bola de nieve, los subsidios crecieron a 80.000 millones,

de ahí que la "profundización" que se anunciaba, devino en un fuerte ajuste que, poco más poco menos, terminará alcanzando a la mayoría. Lo que no tiene demasiada explicación, es ¿por qué se vino subsidiando a empresas y organizaciones millonarias y también a las clases más pudientes? Un tema que no es único, pues ahora se encuentra en la superficie todo lo que está ocurriendo con Aerolíneas, en lo que aparenta ser un desmanejo enorme con el agregado de una pérdida de unos dos millones de dólares cada 24 horas. 

Días atrás, la Presidenta hizo una exhortación primero a sindicalistas y luego amplió agregando a empresarios, pidiéndoles no boicotear al país y no llevarse el dinero afuera. En realidad con ciertas reminiscencias de aquella frase de Juan Carlos Pugliese "les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo".

Sobre la "herencia" de Bonfatti, fue Jorge Obeid quien se encargó de hacerla pública, aunque prestamente salieron voceros socialistas a rebatirla. De todos modos, el ex gobernador se encargó de recordar que cuando él dejó la Provincia en 2007 había en caja 1.650 millones de pesos, en cambio ahora Bonfatti se encontrará con 1.500 millones de déficit y un presupuesto con 500 millones en rojo. Y además, esta segunda parte que se apresta a iniciar el Frente en el gobierno santafesino, deberá afrontarla con minoría parlamentaria, lo cual también -según se mire- puede considerarse como una consecuencia de la gestión de estos últimos cuatro años. Justamente esta situación de pérdida de fortaleza, debió modificar algunos planes de Bonfatti, el gabinete por ejemplo, en el cual debió ceder más espacios al radicalismo, incluso "sacrificando" a algunos que ya se sentían atornillados a su cargo. Aunque, de todos modos, nadie quedará sin trabajo.

Y finalmente Rafaela. Pago chico, silencios grandes. En diferentes áreas y cargos la mayoría continúa en la gestión, salvo unos pocos -de los conocidos- que se pueden contar con los dedos de una mano,  lo cual algunos hasta podrían imaginar  de cierta semejanza con aquello de la herencia. El arquitecto que sucede a dos décadas de intendentes contadores, anticipó varias veces que desea imprimir su propio sello a la gestión, y ciertas señales ya se advierten merced a la integración del amplio equipo que lo acompañará durante su gestión. Incluso, con el anticipo de algunas incorporaciones en líneas intermedias que constituyen toda una novedad, llegando a provocar sorpresa en ámbitos con los cuales existía una cierta afinidad, y que ahora queda colgada del cable de la duda, pudiéndose llegar a generar barreras infranqueables. Pero claro, como siempre en estos casos, la prudencia aconseja evitar decisiones apresuradas.


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