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Notas de Opinión Miércoles 9 de Marzo de 2011

La agenda pendiente del sistema electoral

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Mauricio Melano

Por Mauricio Melano

Por Mauricio Melano (*)


Con las modificaciones establecidas en el proceso de reforma, hoy por hoy ya nadie puede discutir que el estreno de la nueva ley electoral en la provincia de Santa Fe ha cambiado el escenario electoral para el año en curso.

Las modificaciones implementadas dejaron atrás numerosas posturas a favor y en contra al respecto; pero hacia adelante, la necesidad de intensificar la campaña de difusión para que todo santafesino pueda comprender al detalle los alcances del nuevo sistema de boleta única que rige a nivel provincial.

Si bien aún faltan 78 días para el debut del nuevo mecanismo, y desde el Ministerio de Justicia se aseguró que cuando lleguen las elecciones primarias "todo el mundo va a estar enterado y capacitado”, un sondeo realizado por un importante medio rosarino dio a conocer que más de la mitad de los ciudadanos encuestados aún no conoce en qué consisten las reformas.

Este escenario pone en evidencia el grado de desconcierto en la ciudadanía. En los partidos políticos, apremiados por conocer al detalle los pormenores del sistema para, a partir de ello, elaborar estrategias de acción y capacitar a sus fiscales, y en la sociedad civil ávida de una mayor claridad para no cometer equivocaciones a la hora de votar.

Todo ello conduce a sostener que la implementación de mecanismos de capacitación y sensibilización en la ciudadanía no puede esperar más tiempo. Es imperioso agilizar los plazos previstos en tal sentido para que no vuelvan a ocurrir las demoras que se experimentaron en torno a la fijación del calendario electoral primero y en la reglamentación de la nueva ley electoral después. Tal vez de esta manera, puedan compensarse las desprolijidades propias de una transición desordenada entre el viejo y el nuevo sistema, seguramente apuradas por los tiempos políticos de cierto sector del Gobierno.

No está en discusión la necesidad de introducir mecanismos que tiendan a hacer perfectible el sistema electoral. Más allá de que hubiese sido muy beneficioso que transcurriera un período de tiempo considerable entre la aprobación y la puesta en ejecución de los cambios, para que las nuevas reglas se vayan cimentando en el mediano y largo plazo sin alteraciones de tipo coyuntural.

Sería fundamental, para que el debut sea todo un éxito, que la ciudadanía ya no se esté preguntando en qué consisten las reformas. Máxime si se dimensiona la complejidad que va a implicar el estreno de un nuevo sistema en torno a la elección de cinco categorías simultáneas de votación.

El voto es uno de los instrumentos fundamentales de la democracia, por tanto no se lo puede arriesgar a manos de un discurso basado en la fantasía de que la implementación de soluciones técnicas, en un marco de ansiedades e intereses electorales cada vez más pronunciados con la proximidad de las elecciones, va a contribuir con resolver problemas de índole estrictamente política. Lo peor que podría pasar es que una inadecuada implementación de los cambios en el sistema tienda a generar más perjuicios que beneficios y que de esta manera no se puedan contrarrestar los factores que los hicieron viables.

(*) Lic. en Ciencia Política - Frontera (Santa Fe).

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