Por Vicente R. Ceballos
En Octubre próximo, el acueducto Esperanza - Rafaela cumplirá 35 años. Base sustantiva del sistema proveedor de agua potable, la inauguración oficial de la obra tuvo lugar en ocasión de celebrarse, en 1981, el centenario de la fundación de la ciudad. En los años transcurridos desde entonces su diaria contribución al sistema acompañó el desarrollo ciudadano, de acuerdo con la capacidad de entrega prevista en el proyecto: 1.080 metros cúbicos por hora. Caudal de impulsión forzada por dos estaciones de bombeo, cuya indispensable función posibilita superar la diferencia de altura geodésica de 60 metros entre Esperanza y Rafaela
Clave en la estructura general de la obra es el tendido entre el campo de bombeo, al oeste de Esperanza, y nuestra ciudad (58 kilómetros entre puntas), conformado por caños de hormigón armado pretensado de 60 centímetros de diámetro y 5,8 metros de longitud. De acuerdo a la memoria descriptiva, la unión de los distintos elementos se ejecutó mediante junta elástica a espiga y enchufe con aro de goma. El aro se aloja en la cámara que forman la espiga y el enchufe de manera que, con las tolerancias requeridas, el aro se aplaste entre límites tales que aseguren la estanqueidad cada vez mayor a medida que aumenta la presión interna. Respecto de la presión se consideró una normal de 6,6 kilos por centímetro cuadrado y una máxima de funcionamiento en todo el recorrido de 8 kilos por c.c.
Cabe agregar que la fabricación se basó en la elaboración de un caño alma pretensado longitudinalmente, luego zunchado con acero de alta resistencia, proceso completado con un revestimiento de mortero de cemento y dos capas de pintura, una bituminosa y otra antitérmica.
Entendemos procedente la mención de estas referencias técnicas tomando en cuenta lo ocurrido en estos días en el acueducto, a la altura de Bella Italia, consecuencia de la pérdida de agua producida por un desacople del aro de goma en la unión de caños, de acuerdo a lo conocido.
EL RIESGO DE LA CORROSION
Agua y Futuro se ocupó de la cuestión repetidamente con nulo resultado en los ámbitos de la ciudad a los que debiera interesar. Perseguíamos eso, no alterar el clima social, y en ese sentido no disparábamos al aire, sin fundamentos válidos. Acudimos siempre a documentación oficial, a la que podía acceder sin problemas cualquier ciudadano interesado.
Es de 1996 el resultado de un estudio sobre corrosión en el acueducto que Aguas Provinciales de Santa Fe, entonces flamante concesionaria de los servicios que prestara la DIPOS, encargara a una comisión técnica que tomó en cuenta un informe de 1994, previo al traspaso formalizado en 1995.
Consta en el documento que entre los km 8 (punto 0 en Rafaela), altura Bella Italia, y 45, cercanías de Humboldt, “los terrenos recorridos no presentan una agresividad importante o muy importante que justificaría, en el caso de una obra nueva, la adopción de disposiciones específicas contra la corrosión. Como dichas medidas -dice- no se tomaron en el momento de la construcción de la obra, hoy no pueden encararse medios preventivos para las zonas más expuestas. Evidentemente, esos medios no toman en cuenta las degradaciones de las armaduras de hormigón (…) para las que no existe actualmente ningún medio de detección en el mundo”, advertía.
AREAS DE RIESGO
El informe se refiere a las investigaciones realizadas acerca de la acción corrosiva de los suelos en las denominadas zonas peligrosas del recorrido del acueducto. Dice que el autor del primer estudio identifica como zonas de riesgos elevados de corrosión a las situadas entre los km 16 al 18 (altura bar El Arbolito, hacia el sur) y 39 40 (cruce del arroyo Las Prusianas) y de riesgos medios a las comprendidas entre los km 11,7 al 14,7 (Bella Italia, cruce del canal de desagüe a Las Prusianas) y 19 al 20,5 (hacia el Este, alt. El Arbolito).
Menciona, además, tres sectores de riesgos más limitados: km 7,2 al 24; 29 al 30,5 y 35 al 47,5. Las consideraciones añaden que en 3 sectores en particular (riesgos elevados y medios) las características de los suelos permiten considerarlos “como de muy alta corrosividad y con fuerte probabilidad de corrosión de las armaduras en un plazo actualmente (1996) imposible de apreciar”.
Destaca por último la situación de la zona del arroyo Las Prusianas, donde “se observa -dice- una depasivización del acero y riesgos muy importantes de corrosión en uno y otro lado”. Al respecto recomienda la aplicación de un medio de protección en el tramo del arroyo, cuyas aguas contienen normalmente elementos contaminantes y/o corrosivos.
INTERROGANTES
En resumen, no es aventurada la presunción de desconocimiento del estado real del acueducto, y es de suponer también que ASSA no está en condiciones de asegurar confiabilidad total en el sistema. En Enero del 2000, a días de la experiencia que significó la interrupción del servicio por la rotura de un caño en el campo de bombeo, un funcionario de Aguas Provinciales afirmaba que el inconveniente “se dio contra todas nuestras previsiones. Pasó algo ilógico porque todos los estudios que realizamos nos aseguraban que la cañería tenía que trabajar sin problemas con el caudal de los nuevos pozos, pero no fue así y se rompió”. Y agregó que dado lo vivido con la rotura “no podemos garantizar en un 100 por ciento que no habrá problemas”. Apuntaba al futuro, claro.
No obstante, dado lo sucedido ahora e ignorando pormenores, los responsables deben, además de informar a la ciudadanía con la mayor amplitud, adoptar medidas preventivas y/o control, necesarias en un contexto dominado por la incertidumbre. En este cuadro de situación figuran cuestiones que, como la que plantea la ignorancia de lo relacionado con la obra del nuevo acueducto, proponen una perspectiva desalentadora. Aunque tardía, la recomendación de ASSA es atendible: hacer uso prudente y solidario del agua disponible.
El denominado Comité de Coordinación del Servicio de Agua Potable y Saneamiento, resultado de un acuerdo entre la Municipalidad y Aguas Santafesinas S:A: (ASSA) podría cumplir un papel importante, no solo en lo concerniente a lo sugerido sino, también, respecto de asuntos en apariencia clausurados. Por ejemplo, los medidores de consumo. Toda una incógnita en una triste historia de frustraciones, para la que no se desean males mayores a los constatados.
Por último, ¿se respeta el límite de presión establecido para no afectar el conducto por donde nos llega el agua?, ¿8,8?
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