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Notas de Opinión Domingo 26 de Febrero de 2017

La señorita maestra

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Agrandar imagen CARRIO. Debe hacer docencia con funcionarios FOTO ARCHIVO
CARRIO. Debe hacer docencia con funcionarios FOTO ARCHIVO
Roberto Actis

Por Roberto Actis

Tal vienen dándose las cosas, y así lo marcan las circunstancias, no sería demasiado difícil imaginar un aula de nivel primario, donde la maestra es Lilita Carrió y los del gobierno de Mauricio Macri, por supuesto con él en primera fila, ocupando los pupitres y escuchando muy disciplinadamente, por lo tanto en respetuoso silencio -algo nada sencillo de conseguir hoy en día en un ámbito de esa naturaleza-, los consejos hoy avenidos en amonestaciones, que tienen como punto de partida el concluyente "no se pueden cometer más errores". Es que, tal lo hemos venido reiterando estos últimos domingos, por la credibilidad y confianza que debe inspirar un gobierno para tener ciertas aspiraciones de buena gestión, es indispensable dejar de meter la pata, hablando mal y pronto, pero muy gráfica y expresivamente, ya que el tiempo de eufemismos ha quedado definitivamente atrás. Más luego de escucharse algunas de las conversaciones de la ex presidenta Cristina Fernández con algunas de sus espadas, hoy melladas, vale decirlo. Se recuerda por ejemplo el calificativo endilgado a Parrilli, hoy usado como sinónimo al popularizarse "no seas Parrilli", sinónimo de aquél otro que usted ya sabe; o bien la "suturación" aconsejada a su parte posterior a algunos de los popes que conducen el justicialismo, entre ellos Gioja y Scioli, el primero uno de los firmantes del pedido de juicio político a Macri, quedando enganchado en una posición de esas que luego -una vez recobrada la serenidad- hacer decir el clásico "tragáme tierra". Giros idiomáticos y posturas que revelan la fineza de la dama que tuvimos ocupando el sillón de Rivadavia, y nada menos que ocho años.

"A veces una se cansa de imbecilidades", fue otra contundente frase de la "señorita" Carrió, tal la calificación que le puso a todas estas últimas trastadas del gobierno al que viene defendiendo, sosteniendo y tratando de enderezar desde la misma largada el 10 de diciembre.  Es que no es sencillo entender cómo el gobierno de Macri, que tiene enormes desafíos por delante -pobreza, creación de empleos, inversiones, inflación y muchísimos más etcéteras- es quien termina generando sus propios obstáculos, cuando en realidad podría haber evitado, no digamos con un exceso, pero si con al menos un poco de sentido común. Materia bastante escasa por lo que se vislumbra.

Macri, que al fin y al cabo es responsable por sus funcionarios, se debió poner al hombro algunos de los últimos problemas y salir a enfrentarlos. Saludable por un lado, pues no quedaba otra voz atrás para frenar la avalancha que se les vino encima, pero ¿hasta cuándo? Lo que Carrió no les mandó a decir es que esto no puede seguir repitiéndose, la espalda de un presidente no es gigantesca, ni menos eterna. Hay que afinar el lápiz y agudizar el ingenio, pero por sobre todo extremar las consultas, el diálogo que tanto ensalzan pero no practican mucho que digamos.

Claro que desde el otro lado de la grieta siempre hay alguien que sale a disputar el centro de la escena, como ahora el detenido general Milani, del que todos tratan de huir despavoridos, esperándose todavía alguna mención de la ex presidenta sobre los motivos de haber tenido un jefe del ejército de esta calaña, cuando había sido advertida. ¿Será acaso un poco testaruda?

Cómo será la espantada que si bien Hebe hasta ahora no dijo esta boca es mía, en cambio Carloto salió a despegarse, claro que con mentiras que rápido se desdicen con los archivos. "Nunca apoyamos a este hombre", dijo la señora fina, aunque luego la mostraron junto al militar en la Rosada y también algunas entrevistas cuando reclamaba "no prejuzgar" al general.

Y por si faltaba algo para disputar el centro del escenario, están en marcha las indagatorias del juez Bonadío por el caso Hotesur, evasión, defraudación y otros agregados, donde la frutilla del postre será el 7 de marzo cuando deba presentarse Cristina, quien de paso -en una abundancia de coincidencias-, está tratando de sacarle el jugo a la movilización de la CGT de ese mismo día, para mostrarla como un acto en su adhesión. ¿Será suficiente seguir victimizándose como perseguida política cuando hay una montaña de pruebas que la incriminan?


 

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