Por Emilse Lussiati (*)
Por: Emilse Lussiatti (*)
En escenarios convulsionados, es cada vez más difícil retener a los más talentosos. Es común que, luego de invertir varios años en formar un ejecutivo, una empresa sienta que ha sido traicionada al ver la partida de su gerente estrella. Es que el mercado manda y, en la era del conocimiento, el activo más importante que tiene una persona son sus capacidades para la gestión y la adaptación. Así que cuando esto sucede, sólo quedan dos caminos: recurrir a la promoción de líderes internos o buscar en el mercado.
En nuestra cultura, no es común que las empresas dediquen grandes esfuerzos en desarrollar las capacidades directivas de sus empleados. De hecho, las empresas que generalmente cuentan con este tipo de políticas son filiales de corporaciones extranjeras o grandes empresas nacionales que han adoptado el modelo de negocios de aquellas. Con lo cual, y más si nos encontramos en una empresa Pyme´s, seguramente se deberá recurrir al mercado para buscar al reemplazante. Aquí, entra a jugar el headhunter.
La función de un headhunter es ayudar a la compañía a seleccionar un nuevo líder en el menor tiempo posible y al costo más económico. En definitiva, el tiempo es dinero y una posición de máxima importancia sin cubrir es pérdida diaria para los accionistas.
La tarea de reclutador de talentos de alto rendimiento parte de una premisa básica: la confidencialidad. En el proceso de búsqueda será de suma importancia mantener los niveles de reserva al máximo, ya que se trabaja frecuentemente con personas que cuentan con un empleo en la actualidad. Así, se preservará al posible candidato en caso de no ser seleccionado.
Dentro de las variables intervinientes en este tipo de procesos de selección, podemos destacar tres dentro de las principales: Los logros obtenidos en los distintos puestos en los que se desempeñó hasta la actualidad, la formación académica-profesional paralelamente a sus competencias personales y la experiencia en sectores económicos relacionados al negocio de la firma contratante. Estos aspectos, que variarán en proporción e intensidad de acuerdo a las exigencias de cada cliente, ayudarán al headhunter a proporcionar las mejores opciones de contratación para cada caso en particular.
En definitiva se trata de buscar la mejor persona para el puesto en cuestión y, en el caso particular, esta selección se realiza mayoritariamente sobre personas en actividad. Por ello, a no asustarse si recibe un e-mail o un llamado telefónico invitándolo a participar de un proceso de estas características. Un ejecutivo que es valorado en estas instancias podrá conocer qué grado de implicancia tiene en el mercado actual, cómo es evaluada su gestión por la competencia y, principalmente, cuáles son sus fortalezas y debilidades. Finalmente, si no acepta la propuesta podrá utilizar lo aprendido en el proceso para acceder a una mejor negociación dentro de su compañía actual.
(*) Selectora de Ejecutivos en Cazadores de Talentos. Licenciada en Psicología (Universidad Nacional del Córdoba).
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.