Por Roberto Actis
Esta compleja, extraña, e intrincada historia de la ex Ciccone que lo tiene como protagonista central al vicepresidente Amado Boudou, a la cual se la puede identificar como un grotesco con claros perfiles de tragicomedia -en las que se mezclan lágrimas y sonrisas-, es una verdadera máquina sinfin para seguir aportando datos, situaciones y episodios que permiten suponer que el asunto irá para largo. Es que aquí se fue tejiendo un entramado de ocultamiento y negación, que aunque con fallas realmente infantiles, trasluce un objetivo muy preciso: la protección del vicepresidente. Aun cuando la condena pública haya anticipado su fallo, pues hoy en día el vice encarna al político con la más pesada imagen negativa de la Argentina.
¿Recuerdan cuando este escándalo llegó a uno de sus puntos álgidos? Boudou respondió con aquella pseudo conferencia de prensa en el Senado, donde su mayor argumento fue contraatacar acusando, a los medios hegemónicos, a la mafia, a los esbirros, y al entonces procurador Righi, al presidente de la Bolsa Adelmo Gabbi, además del juez Rafecas y del fiscal Rívolo que lo tenían contra las cuerdas en la Justicia. Pues ahora esa misma Justicia pidió el sobreseimiento de los mencionados por Boudou, ya que no hay una sola prueba que pueda respaldar las acusaciones. Todo un embrollo, pues en este paraguas de resguardo se da un paso adelante, pero rápidamente se retroceden dos.
No para allí la cosa en cuanto a la acumulación de hechos extraños, por acudir a un benigno calificativo. Los 7,4 millones de pesos que le pagó el gobernador formoseño Gildo Insfran a una consultora para negociar una deuda de la provincia con el Ministerio de Economía, es para Ripley. Si se trata de una deuda internacional, vaya y pase, podría llegar a aceptarse, pero que para tratar con su mismo gobierno se deba pagar esta fortuna, es imposible de digerir sin sospechas. Es que ministro de Economía era en ese momento Boudou, y la consultora favorecida de Alejandro Vanderbroele, nada menos que el señalado como su testaferro y a cargo de la conducción de la ex Ciccone y de "The Old Fund", el misterioso grupo inversor que financió la operación de la imprenta y que nadie -ni siquiera el juez de la quiebra- puede saber quienes son sus miembros. Lo cual colma la capacidad de asombro, pues la plata de la expropiación se pagará bajo la figura de indemnización, pero sin saber quién la cobra. Ante tamaña desmesura, el fiscal de la causa reclamó bloquear pagos y saber quién o quiénes son los misteriosos propietarios de la ex Ciccone.
Con todo este entramado, lo que se logra es que se afiancen las sospechas, aunque a esta altura de los hechos ni falta hace, en la creencia de la gente esto ya no tiene retorno.
Es cierto que no sólo de escándalos se nutre la actualidad, que invariablemente está desbordada de sucesos. Ahora se arrojó sobre la mesa de discusión el proyecto para que voten los mayores de 16 años, y con un apuro que es común en toda esta clase de asuntos, al punto que ya la semana que viene se podría comenzar a tratar en el Senado. Nada de pensar ni debatir, simplemente actuar. Dicen que ahí el kirchnerismo tendría una franja etaria que le es muy favorable, y como se apunta a los dos tercios legislativos para 2013 con el objetivo de la reforma, se hizo un fogoneo muy fuerte. Más allá de esta circunstancia, que deberá resolverse tras el seguramente sesudo análisis legislativo, sería muy interesante que además de otorgarles la posibilidad del voto a los 16, que también se hagan cargo de la responsabilidad en los delitos. Si tienen la capacidad de votar, también la tienen para responder por hechos de inseguridad. Más cuando es uno de los aspectos que más preocupa a la sociedad desde hace años.
Y por si no alcanzara, ahí tenemos la sanción a la organización Consumidores Libres, que si es una de las formas que se viene en el futuro, es de temer. O bien la nueva vuelta de tuerca sobre el cepo del dólar, con este adicional del 15% en los plásticos cuando se gaste en el exterior, lo cual viene conformando una maraña de tramitaciones que da toda la impresión está destinada a terminar desalentando a la gente que enfrente el trámite.
Finalmente, y no porque falten otras menciones, sino que por la escasez del espacio, el ministro Randazzo da la impresión de ya no saber qué hacer con esa brasa caliente que es el transporte, especialmente el ferrocarril Sarmiento con el enorme peso de los 51 muertos y 703 heridos de un accidente (¿?) del que gobierno no parece tener demasiadas referencias. Desde entonces el servicio continúa cada día un poco peor.
Es verdad, toda una perspectiva de lágrimas y sonrisas, bien del momento. Dos palabras que traen recuerdos, tanto en lo más nuestro por el vals con ese nombre que data de 1954, o bien la película estadounidense también así denominada que fue realizada en 1965 y tuvo como protagonistas a Julie Andrews, Christopher Plummer y Eleanor Parker. Simplemente, un poco de nostálgicos recuerdos.
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