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Notas de Opinión Sábado 1 de Octubre de 2011

Las nuevas formas de maltrato

NIÑOS Y ADOLESCENTES

Viviana Gays

Por Viviana Gays

Acerca de TDAH, TGD,TOC y otras yerbas…

Nuevas formas de maltrato a niños y adolescentes


En una actitud que apoyo y elogio , el Tribunal de Etica y Disciplina del Colegio de Psicopedagogos de Santa Fe ha emitido un comunicado en apoyo a un movimiento internacional, que aquí en Buenos Aires vio la luz en mayo de este año con un manifiesto titulado:“Por un abordaje subjetivante del sufrimiento psíquico en niños y adolescentes, No al DSM”.(Esto ocurrió paralelamente en Brasil y España).

¿Qué es el DSM? Es el Manual Diagnóstico y estadístico de los Desórdenes mentales de la American Psychiztric Association y actualmente se utiliza su cuarta edición. Se comenta que su quinta edición -ya en preparación- contiene tantos cuadros clínicos que todos los mortales que habitamos este mundo estaríamos representados por algunos de ellos, es decir, tendríamos algún desorden mental según el manual…

Pero me voy a permitir transcribir algunos párrafos del comunicado del Colegio Profesional que mencioné titulado:“¿Que silencian los rótulos?”: “…Es por ellos que consideramos pertinente asumir un claro posicionamiento frente al manifiesto…surgido en el marco de la Campaña Internacional STOP DSM,…en defensa del derecho a la salud, frente a los procesos de patologización y medicalización de la sociedad, en especial, de los niños y adolescentes…Pensamos que un modo de intervención que se sostenga en la interrogación permite correr la mirada para encontrar nuevos sentidos para pensar LA DIFICULTAD no sólo como sinónimo de patología…

…Marcar destinos inexorables a partir de diagnósticos invalidantes constituye un ejercicio de violencia…Diagnósticos que se constituyen en categorías clasificatorias que ubican a niños y adolescentes como portadores de un síndrome, dejan por fuera del análisis, su historia, los vínculos, el contexto y además niegan los efectos de este rótulo en el establecimiento de los vínculos, no sólo con los demás y con el mundo, sino también, en la constitución de su propio valor.

De este modo, los sujetos portadores de rótulos no logran ser destinatarios de anhelos y proyectos de sus padres por ser considerados desde el déficits, sin poder construir ni incluirse en propuestas deseantes que los liberen de un destino de fracaso y dificultad…”

Esta transcripción denuncia, como en el encuentro con niños y adolescentes con dificultades en el aula o en el ámbito familiar, estos son rápidamente rotulados con un sinfín de siglas (y la consiguiente medicación) sin que nadie de los que ha intervenido en ese proceso los haya escuchado, teniendo en cuenta que en el armado de esa dificultad, contó una historia particular y familiar, sin que nadie haya tratado de comprender sus conflictos, ni de ayudarlos a ellos y a sus familias de otros modos posibles.

Hoy, los niños inquietos, que no quedan sentados, con problemas de aprendizajes, peleadores, que dicen enseguida que no a una propuesta, que se comen las letras etc, son unificados en una sigla. Es decir, son catalogados por sus síntomas, perdiendo su identidad. Ya nadie se pregunta que le pasa a ese niño, porqué fue cambiando, porque sufre….sólo se le agrega más sufrimiento a él y a su familia suponiéndolo patológico en vez de pensar que está atravesando un momento difícil (y trabajar para que pueda solucionarlo y dejarlo atrás).

Así, todos terminan ubicados en cuadros, inmovilizamos la infancia para poder rotularla…es como dejar a los niños sin recreo o prohibirles moverse!

Y así también, esta patologización se extiende al resto de las etapas evolutivas: “...Yo tengo TOC, yo soy bipolar,Yo soy fóbica… ”Los trastornos descriptos en el DSM IV inundaron el léxico cotidiano, ahí, donde antes, chicos y grandes éramos: distraídos, soñadores, con hormigas en la cola, inquietos, volados, desordenados, puntillosos…

Los diagnósticos son necesarios, pero si parten no sólo de lo observable y cuantificable, sino de un análisis detallado de lo que el sujeto dice, de sus producciones y de su historia. Diagnosticar no es poner un rótulo, es un proceso que se va construyendo a lo largo del tiempo y que puede tener variaciones porque todos vamos sufriendo transformaciones, especialmente los niños y adolescentes!.

Por esto los diagnósticos dados como rótulos pueden ser dañinos para el desarrollo psíquico de un niño, pues lo deja siendo un trastorno de por vida.

Es alentador pensar que la dimensión ética se filtra en las instituciones formando movimiento en defensa de un quehacer profesional que vele fundamentalmente por el bienestar de aquellos a los que debemos cuidar.

Para los interesados, pueden leer http://stopdsm.blogspot.com

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