Por Juan Carlos Fessia
En un sistema democrático, la personalidad de un presidente, para bien o para mal, hacen al camino y a la continuidad de una nación.
Estos son productos de la política y son ofrecidos al pueblo para su elección, creer que un presidente es la solución para todos es impensado, bajo mi punto de vista no hubo, ni habrá un ciudadano que tenga la capacidad para mantener el control y el progreso permanente de un país.
¿Cuál es el motivo de esta aseveración tan simple y de difícil solución?, la economía de cada ciudadano.
Se podrá dar nombres de muchos jefes de Estado, mujeres y hombres que dejaron sus vidas por construir una nación.
Unos fueron abandonados por las crisis sufridas en su salud y otros dejaron sus vidas por hechos violentos realizados por terceros contra ellos, ya sea en acciones individuales o por grupos organizados para tal fin.
Sus nombres quedarán en la historia según haya sido su causa o la permanencia de su recuerdo.
En la segunda instancia mencionada, cuando se realiza una acción de esta naturaleza no se dimensiona la magnitud y las consecuencias y luego quedará el dolor de la tragedia.
La economía es un factor que en gran medida, la sufren los pobres y los humildes, la disfrutan los ricos y poderosos y entre ellos se encuentra la denominada clase media, que no quiere ser y no puede ser, una gran paradoja.
Un país no es de uno, es de todos y ¿qué nos lleva a pensar que todo lo que se hace está mal, que significa que todo se tenga que partir en blanco o negro?
Parte del periodismo, la política, la farándula, las ONG, los gremios, en fin buena parte de la sociedad se nutre y se alimenta de este condicionamiento, consciente o inconscientemente.
La pregunta es ¿esto sucede en nuestro país solamente?, en realidad no, esto sucede en América, Europa, EE.UU., en Africa y en Asia.
La tecnología de Internet le dio paso a “las redes sociales”, la cual es un medio importante y constructivo para quienes la usan positivamente para el dialogo, la convivencia y la información, pero no para transmitir violencia, vocabulario obsceno, agresión, sentencia hacia los otros y convocatorias con fines incontrolables.
De esta forma, lleva el mensaje que empuja a los grupos bajo un anonimato casi encubierto para el logro de la convocatoria y de sus fines.
Esto me hace pensar que se trata de corporizar la propia rebeldía y sus posibles objetivos no logrados o no satisfechos plenamente.
El interés es tratar de buscar émulos que se acopien a sus deseos y generar lo máximo posible la extensión de la red de redes y en muchos casos se creará un volumen de adictos por intereses parecidos y se formará el concepto o la idea “que somos todos”.
¿Cómo se puede medir una crisis social, cómo se puede dar respuesta?, con odio, con violencia, con separatismos, degradando al otro?
Veamos por ejemplo, España tiene una desocupación de un 27%, que arrastra 6 millones de parados, Grecia parecido, Italia le sigue en paralelo y no puede formar su sistema parlamentario, que le permita la continuidad política, Francia y Alemania están a un paso de la crisis, EE.UU. tapa sus debilidades por su propio sistema corporativo, parte de Asia y Africa un polvorín y América tratando de lograr una unidad territorial. En todos lados existen las redes sociales, pero hay países que las controlan dentro del marco de su “democracia”, por ser cuasi dueños de estas.
Hoy las redes sociales son una realidad, pero en el uso de las mismas tendría que tratar de forjar otra realidad para el bien de todos.
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