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Notas de Opinión Domingo 10 de Julio de 2011

¡Mientras la soja aguante...

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Roberto Actis

Por Roberto Actis

El esfuerzo del Gobierno por mostrar un país no sólo en crecimiento, sino ordenado y prolijo, es enorme y prácticamente no reconoce limitaciones, pues hacia la consolidación de ese objetivo están orientadas todas las acciones. Lo que es demasiado obvio para ocultarlo, entonces se lo niega, como la corrupción y la inflación por ejemplo, tema este último que en el mismo oficialismo genera diversas reacciones, por un lado los que admiten y se atreven a sugerir correcciones -aunque en off, por las consecuencias que puede significar alzar una voz en disenso-, y los que directamente con la obsecuencia elevada a su máxima expresión, cantan loas al sistema llegando a sostener que "estando en crecimiento la inflación no es mala y casi imposible de evitar por el aumento del consumo". ¿Cómo harán Brasil, Chile y Uruguay? Misterio.

Claro, siempre debemos tener en cuenta que la intención es una cosa, la realidad otra muy diferente, y que más tarde o más temprano, siempre termina prevaleciendo. Hoy la realidad marca algunas situaciones de disconformidad social que, si aún no pueden calificarse como un síntoma de tensión, está bastante cerca. Apenas llegó el frío, otra vez vuelve a faltar el gas, un problema que viene desde mucho antes del comienzo del ciclo kirchnerista, pero que en 8 años pudo haberse hecho algo para solucionarlo. Y justo en el mes de vacaciones, se agudizó la escasez de combustible. Usted sale de viaje y no sabe si llegará a destino, o que clase de peripecias deberá afrontar por el camino.

Tampoco es algo que sorprenda demasiado la falta de combustible, pues viene de lejos. Debe tenerse en cuenta una realidad muy grave tanto en el presente como para el futuro, la Argentina perdió el autoabastecimiento de gas y  petróleo. De cubrir nuestro consumo e incluso con sobrantes exportables, nos hemos convertido en importadores, lo que se paga con la renta sojera.

¿Qué es lo que ocurre? ¿Nos hemos quedado sin petróleo ni gas? Nada de eso, sigue habiendo muchas reservas, y seguramente otras tantas por descubrir, pero no hubo más inversiones en el sector, lo cual arroja una ecuación cuyos resultados están a la vista: producción estancada con demanda en alza.

Antes mencionamos a la soja, clave en todo este proceso de imprevisiones. ¿Qué pasaría si se caen precios y demanda? Pues todo el sistema de subsidios entraría en colapso, y por lo tanto vendría un abrupto sinceramiento de nuestra economía, donde el transporte, el gas, la energía y algunas líneas de alimentos, e incluso algo mucho más insignificante como el financiamiento del fútbol -desde que el Gobierno paga ¿arreglaron sus finanzas los clubes?, linda pregunta no le parece- deberían sufrir un shock para ajustarse a la realidad. Mucho mejor sería ir  haciéndolo progresivamente, que es lo que muchos dicen que puede suceder después de octubre, de continuar la misma administración como lo anticipan todas las encuestas. Si en primera o segunda vuelta, esa es otra cuestión.

Junto con el precio de la soja, y los valores vendidos al mundo por todo el conjunto agroalimentario, fueron simultáneamente creciendo los subsidios, que ascendieron a 3.480 millones en 2005 y manteniendo una sostenida evolución fueron de 48.000 millones el año pasado. Este año, ya con la mitad transcurrida y tal como vienen las cosas en toda la cuestión energética, los subsidios podrían llegar a 80.000 millones. 

Claro, que la visión oficial en su intento por mostrar que todo anda de maravillas, no sólo desconoce lo hasta aquí  ocurrido, sino que pinta un panorama absolutamente distinto. Así lo describió la presidenta Cristina Kirchner hace unos días al inaugurar el gasoducto "Juana Azurduy" de 40 kilómetros, dibujando una perspectiva buena en el presente y muchísimo mejor para el futuro, casi de excelencia.  Más que un repaso y análisis de situación fue un discurso de campaña. En definitiva, la realidad con escasez de gas y combustibles, es la que vale, lo demás es cháchara.

Pero claro, vivimos tiempos electorales, que parecen levantar el telón del todo vale, donde hay de todo como en botica. En la imaginación discepoliana sólo faltaría Don Chicho. De paso, aunque con resultados bastante anticipados por las encuestas, tendremos un domingo con votos,  esta vez en uno de los distritos grandes como la ciudad de Buenos Aires, donde lo seguro es que habrá segunda vuelta y que Mauricio Macri tiene uno de los lugares reservado, en tanto el otro es probable sea para Daniel Filmus, aunque Pino Solanas, quien dice que no cree en las encuestas, se adjudica chances. Cuestión de horas nomás.




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