Por Roberto Actis
Los graves sucesos en la provincia de Jujuy en reclamo de reivindicaciones sociales, por parte de gente que está siempre postergada en la espera de soluciones, y que además dejaron un saldo de cuatro muertos por la cruenta represión, se agregaron al escándalo de Schoklender y las Madres de Plaza de Mayo, que aún viniendo de un poco más atrás conserva total vigencia, a pesar del evidente intento del oficialismo por ir desplazándolo de la agenda pública.
Sin embargo, estos dos casos tan resonantes, adquieren una trascendencia que va mucho más allá de la corrupción expuesta, del irregular manejo de los recursos públicos y de todas las responsabilidades que se deben poner en claro, las que podrían adquirir un verdadero efecto dominó. Lo que realmente quedó en la superficie, es una manera de entender y hacer política, con metodologías absolutamente irregulares cuyos resultados están a la vista.
Veamos lo ocurrido en Jujuy, una provincia pobre como pocas, con habitantes que en su mayoría deambulan en paralelo con la desesperación. Desde el Gobierno nacional para hacer asistencialismo en materia de viviendas -justo el reclamo por el cual se produjo la explosiva situación de estos días- se optó por la vía de Milagro Sala, quien montó una organización duramente cuestionada por sus métodos, confrontando por todas las vías con otros nucleamientos similares, en una lucha por poder y dinero, pues así es la cosa. Lo social, suele ser la excusa que justifica los otros fines. Y aquí no estamos hablando de sumas que son vueltos -como decía el General sobre Cafiero, que solía quedárselos- sino que son cientos de millones. Se habla de 350 los que recibió estos años la Sala, una dirigente social que se moviliza en varias camionetas 4x4 para ella y su grupo de custodios, que suele darse gustos muy refinados como andar por Punta del Este pagando 500 dólares la entrada para un recital internacional, esos mismos que suelen reunir entre el público a las principales figuras de la farándula. Pero bueno, esa al fin y al cabo es otra historia, aunque mucho tenga que ver con el destino de los recursos de todos nosotros.
¿Qué hacen los jujeños en tanto? Pues siguen esperando que alguien se acuerde alguna vez de ellos, pero claro, la paciencia a veces se acaba y termina por explotar como estos días. ¿Qué obtienen? Pues algunos muertos para calmarlos y promesas que quién sabe si se cumplirán alguna vez. Es que han sido tantas...
Y aunque recontragastado, como simil tenemos el antecedente del caso de Sergio Schoklender -que pese a todo sigue andando como Pancho por su casa y ni siquiera fue todavía indagado por el inefable juez Oyarbide- y las Madres de Plaza de Mayo. ¿De cuánto hablamos aquí? Pues de unos 1.200 millones de pesos, que al parecer en lugar de terminar en ladrillos se transformaron en propiedades, autos de lujo como una Ferrari, quintas en Neuquén y hasta un yate, muy bien usufructuados por Schoklender, quien se transformó de la noche a la mañana en algo así como un jeque árabe. Con el dinero de todos nosotros, por supuesto. Aquí lo que corresponde es responder ¿por qué una entidad de los derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo tiene que hacer viviendas? y hacerse cargo de una organización que maneja cientos de millones que le da el Estado y con más de 5.000 obreros a su cargo. ¿Puede tener Hebe de Bonafini la capacidad necesaria para estar al frente de una compañía -porque de eso se trata- de este volumen?
Que hay gente que debe responder por sus hechos, y posiblemente terminar entre rejas, es cierto. Que en el gobierno jujeño habrá quienes tengan que rendir cuentas por su indolencia e incapacidad, de acuerdo. Pero aquí hay algo más importante que revisar y también dar cuentas, toda una forma de hacer política que ha entrado en crisis, y que estos dos casos son muestras tan contundentes como irrefutables.
A otro tema. Este domingo sigue la serie electoral, nuevamente en otro distrito fuerte como lo es Córdoba, donde también la nacionalización es evidente, prácticamente imposible de deslindar cuando estas instancias son los escalones que llevan a la presidencial de octubre. De la Sota, Juez y Aguad forman un tridente del cual parece haberse quedado afuera el kirchnerismo, pero sólo parece, pues aquí los acuerdos podrían buscarse después del veredicto de las urnas. Veremos. Y finalmente, queda el camino orégano para el siguiente domingo, cuando tengamos la gran encuesta nacional, ya que en realidad estas primarias no son otra cosa, pues los candidatos son únicos de cada nucleamiento y no habrá puja alguna. Servirá en cambio para establecer quién es quién para octubre, develando expectativas, al menos en parte, pues como hemos visto, en un país con escenario tan volátil como la Argentina, en un par de meses los cambios pueden ser notables.
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