Por Héctor Superti
En las elecciones provinciales de mayo y julio de este año los santafesinos estrenaron una nueva modalidad a la hora de votar, en lo que constituye también la primera experiencia del país de implementación del sistema de boleta única divididas por categorías electorales. Estas elecciones históricas, en las que la ciudadanía de nuestra provincia contribuyó a mejorar la calidad democrática de la Argentina, dejaron múltiples lecciones y demostraron que, a pesar de los agoreros, Santa Fe sigue a la vanguardia en materia de reformas relacionadas con la calidad institucional y la transparencia electoral.
En primer lugar, la población exhibió un gran conocimiento sobre cómo usar la boleta única: más del 93 por ciento supo cómo votar, tanto en las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias del 22 de mayo como en las generales del 24 de julio, cuando se eligieron los representantes que ejercerán funciones de gobierno en la provincia, los municipios y las comunas. En ese sentido, el gobierno de la provincia desarrolló acciones intensas en materia de capacitación y difusión e incluso se realizó un simulacro de votación a través del Ministerio de Educación que involucró a alumnos y docentes de todos los niveles educativos, que venían trabajando el tema desde distintas materias desde el inicio del ciclo lectivo.
Esta campaña para explicar los alcances del nuevo sistema fue inédita, como nunca antes se había hecho en la provincia en materia electoral. ¿O acaso en años anteriores se había explicado profusamente cómo operaban la ley de lemas o la de primarias abiertas, simultáneas y obligatorias? En ese sentido basta decir que desde el 1° de abril se llevó a cabo una campaña masiva con criterios didácticos que hizo eje en qué, cómo y dónde votar (ya que a la boleta única se sumó, por primera vez, la unificación de las mesas femeninas y masculinas). Se abarcaron todos los medios que hoy existen en la provincia: radios, canales de televisión, diarios, revistas o periódicos y páginas web. Los spots radiales y televisivos estaban además disponibles en una página web creada especialmente para estas elecciones: www.boletaunica.santafe.gob.ar. Además se utilizó el soporte de vía pública en las ciudades donde está autorizado. En cuanto a la capacitación, en la que colaboró el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), con el que el gobierno provincial suscribió un convenio, se imprimieron dos manuales electorales, se hicieron capacitaciones en municipios y comunas, colegios profesionales, universidades y establecimientos educativos, vecinales, incluso para periodistas, y se impartió capacitación a 21 mil autoridades de mesa tanto en vísperas de las elecciones primarias como de las generales.
Mientras tanto, había voces que se alzaban subestimando a los ciudadanos al afirmar que no serían capaces de entender el sistema, y que éste no estaba correctamente difundido. Llegaron a cuestionar el simulacro escolar de votación que tanta expectativa e interés causó en los niños y los jóvenes, al punto de resultar multiplicador al interior de las familias e impactar en la comunidad toda. Esta fue una de las primeras lecciones que dejaron estas elecciones: algunos sectores, en lugar de contribuir a la difusión del sistema, sembraban preocupación y confusión. La ciudadanía, en cambio, supo cómo votar y redujo a cenizas tanta pirotecnia verbal sin correlato en la realidad.
Los santafesinos demostraron un extraordinario compromiso cívico en ambos comicios, que se caracterizaron por una gran participación ciudadana, ausencia de conflictos, incidentes y denuncias. Los santafesinos aceptaron la boleta única y la nueva forma de votar en boxes y no en el tradicional cuarto oscuro, modalidad que se demostró más ágil pues prácticamente no se registraron colas, demoras ni desórdenes en los locales de votación. Ahora la boleta única es valorada en otras provincias y a nivel nacional por distintos actores sociales y políticos, que ponen como ejemplo la experiencia de estas elecciones provinciales. Mientras incluso la Cámara Nacional Electoral reclama la aplicación de este sistema en todo el país, hay que recordar que hubo legisladores nacionales y provinciales que llegaron a decir que la boleta única era una herramienta para favorecer el fraude. Cuando justamente evita el clientelismo y las prácticas de la vieja política, como el robo y el ocultamiento de las boletas de los adversarios políticos, el reparto de boletas en forma clientelar, las llamadas colectoras y, en el sistema utilizado en Santa Fe, el “arrastre” de las denominadas listas sábana (es decir cuando un candidato conocido arrastra a otros candidatos desconocidos).
Otra de las lecciones que dejaron estas elecciones es que la boleta única le da más poder al elector, que ahora tiene más autonomía, y por lo tanto más transparencia y equidad al proceso electoral. Los partidos chicos y los partidos grandes están en un pie de igualdad en la boleta y el votante se asegura que recibirá la oferta electoral completa de manos del presidente de mesa, y tiene total tranquilidad y tiempo para emitir el sufragio, favorecido por la existencia de cinco boxes o cabinas de votación. Frente a estas innovaciones, hubo sectores políticos que se resistieron en bloque, que negaron la realidad e incluso acudieron a la justicia, sin éxito, para detener la implementación de la boleta única. Hubo dirigentes que utilizaron un vocabulario alarmista, otros que lanzaron acusaciones luego indemostrables y hasta quien se envolvió en una boleta de un metro y medio de extensión. Las elecciones sin embargo, dejaron sus lecciones.
Tanta preocupación y discursos rimbombantes vertidos a través de los medios no se canalizaron sin embargo en los circuitos institucionales creados especialmente a tal fin, como la comisión bicameral de seguimiento a las que fueron convocadas por decreto del gobernador Hermes Binner las Cámaras legislativas. Esa comisión, que no se constituyó, hubiera permitido a senadores y diputados un seguimiento del proceso electoral en tiempo real. De todas maneras, entre otras medidas inéditas de transparencia, control y participación que adoptó el Poder Ejecutivo, la Sindicatura General de la provincia asesoró y controló los procedimientos de selección de co-contratantes y compras que debieron realizarse a propósito de las elecciones y la Dirección de Anticorrupción y Transparencia del Sector Público del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos promovió la publicidad del proceso, en el marco del decreto de acceso a la información pública.
Hoy nuestra provincia es mirada por el país. Las acusaciones infundadas quedaron lejos, muy lejos, de la mayor simpleza y transparencia que conlleva este sistema y que los santafesinos aceptaron, para dar un ejemplo que sin duda será imitado tarde o temprano en el resto de la Argentina.
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