Petróleo, ¿estás?

Por Roberto Actis

El temario semanal es tan amplio y variado que prácticamente no da la posibilidad de respiro. Algunos de ellos realmente extraños, o al menos que llaman poderosamente la atención, como por caso las propuestas para remunerar a los transexuales y a los presos, y aunque no se haya especificado de dónde provendrían los recursos para hacerlo, es altamente probable que se apele una vez más a la caja de los jubilados, donde se retira el dinero y se depositan a cambio pagadiós.

Sin embargo, esta vez, nos ocuparemos del petróleo. Nada complejo, tal como se suele utilizar de parte de los técnicos, especialistas y por supuesto conocedores del tema, para extenderse mucho y decir poco, sí en cambio comprensible para el resto de los humanos. Una de las metodologías más seguras para cuando hay poco que decir, ya que las circunstancias las marcan los hechos, es decir, la realidad.

Veamos. El barril de petróleo estaba hace poco a 100 dólares -incluso un poco más atrás habiendo tocado los 145-, justificando aquí el constante aumento del combustible, que lo hizo incluso al 47% en el último año, muy por encima de la inflación, no sólo de la oficial del INDEC, sino de la no admitida por el gobierno del "índice Congreso" del 40%. Sin embargo, todo parece resultar válido para la recuperación de la empresa petrolífera nacional, por aquello de la soberanía, del futuro y todo ese voluminoso compendio de palabras que muchas veces frente a los hechos suelen tener un vacío contenido, cuando con las cuestiones terrenales se comienzan a mezclar los colores celeste y blanco. Por ejemplo, cuando son dichas por los mismos que antes habían privatizado la empresa estatal y habían utilizado toda una batería de argumentos exactamente opuestos a los usados ahora para volver a estatizarla.

Pero bueno, algo mucho más simple anida  en la cabeza de quienes debemos acercarnos al surtidor. ¿Por qué si ahora el barril de petróleo bajó a 65 dólares el precio de la nafta se mantuvo igual? A través de Miguel Galuccio, su titular, YPF ya anticipó que los precios se mantendrán tal cual, e incluso si nos atenemos a algunos dichos de tiempo atrás del inefable vocero Coqui Capitanich, es factible que a fin de año se produzca algún nuevo retoque hacia arriba. La inconsistente argumentación recurrida es que "en la Argentina no son tenidos en cuenta los precios internacionales", aunque sí en cambio cuando aumentaban. Si bien, en aquel entonces el gobierno subsidiaba a las empresas para que no aumentaran los precios y evitar así la inflación. Un error sin dudas, que ahora estamos pagando los usuarios, pues se vuelve a sostener las finanzas de las petroleras en desmedro de los usuarios. Un dato, aquí el valor del barril está en 84 dólares y es el que seguimos pagando, aunque en el mundo cueste 65. 

Tal como se compara lo que sucede con la inflación, las reservas o el comportamiento de la economía con los países vecinos, veamos que sucedió con esta baja de casi por mitades del costo del crudo. En Chile, Perú, Colombia, Brasil, y también Estados Unidos aunque no sea este último del grupo sureño pero sí referente en el mundo, rápidamente bajaron los precios de las naftas. Las excepciones fueron Argentina y Uruguay, países que quedaron con los combustibles más caros de toda América.

Aunque la nafta es más barata en Buenos Aires que en el interior del país, tomando un promedio y la referencia de la de mayor valor el precio está en 1,59 dólar el litro, mientras que en Chile 1,30; en Bolivia 65 centavos; en Brasil 1,12; en Ecuador 55 centavos; en Perú y Colombia 60 centavos; y en Estados Unidos en 72 centavos de dólar. Esto al menos hasta hoy, pues con la movilidad que tienen aquí las cosas, mañana quién sabe...

Todo este tembladeral de precios y oscilaciones, tiende también un manto de incertidumbre sobre el yacimiento de Vaca Muerta, que es la gran esperanza de volver a recuperar el autoabastecimiento energético, perdido en esta última década de falta de inversiones y entrecruzamiento de subsidios. Un autoabastecimiento que Estados Unidos acaba de recuperar apenas unas semanas atrás, dejando de comprar a Venezuela -lo cual le generó al bolivariano un problema extra además de los muchos que tiene- y los países árabes, quienes como no redujeron su producción como siempre sucedió para encarecer el precio del petróleo, esta vez se vino en picada a 65 dólares. 

Esa es entonces, a grandes rasgos la situación del petróleo en el mundo y los precios que debemos pagar nosotros, lo que nos mueve al titular planteando el interrogante "petróleo, ¿estás?". Un mosaico en el que cada uno hace su juego, sobre el que no hay que hurgar demasiado para ver quién y quiénes salen favorecidos. Los que vamos al surtidor no estamos en esa ronda.