Por Roberto Actis
¿En qué terminarán los recursos de la ANSeS para sostener el pago de los jubilados? Considerando la polémica entablada duramente después de extraerse de esa caja 600 millones de pesos para que el gobernador Scioli pueda completar el pago del medio aguinaldo, aún cuando en realidad los desembolsos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad vienen ocurriendo desde hace mucho tiempo, si bien ahora se han intensificado debido a la escasez de recursos de casi todas las demás cajas a las que puede recurrir el gobierno, incluso la del mismísimo Banco Central, del cual se sospecha que las existencias disponibles son mucho menos de las que se publicitan.
Pregunta que tiene varias respuestas, ubicadas en ambos extremos. La voz oficial por ejemplo, tomando la explicación que dio el economista Agustín D´Atellis el miércoles por la noche en "A dos voces", es que en fondos de pensión se debe tener una visión a largo plazo, que es justamente hacia donde apunta el modelo nacional y popular, recordando además, que antes las inversiones del dinero de los jubilados iban casi con exclusividad al mercado financiero -bonos, títulos, plazos fijos, acciones- mientras que ahora respondiendo al cambio registrado en el país, son destinadas a la producción -viviendas, plantas fabriles, obras públicas, energía-, explicando por ejemplo que en el caso del préstamo para los aguinaldos, se "contribuye a la reactivación que provoca el consumo". Argumento de escasa solidez este último, pues igual objetivo se lograría distribuyendo el dinero entre sus legítimos dueños: los pasivos.
Desde otros ámbitos en cambio, entre políticos opositores y economistas de casi todas las tendencias, se argumenta exactamente lo contrario, en el sentido que los recursos para sostener el sistema previsional se agotarán muy pronto de mantenerse esta política de extraer recursos para otros destinos, como créditos para pagar casas, pagar 1,2 millones de pensiones no contributivas que se otorgan desde el Estado -además de los 2,5 millones de nuevos jubilados que se hicieron ingresar los últimos años sin pago de aportes- la asignación universal por hijo, las pensiones a ex combatientes, los planes de empleo, las computadoras a los escolares, y ahora, hasta la asistencia a las provincias para pagar sueldos.
En realidad, y más allá de ambos extremos, lo concreto es que de cada 4 pesos que ingresan a la ANSeS 1 se destina a gastos ajenos, lo cual en masa dineraria significa que de los 218.000 millones presupuestados este año, 55.000 millones que significan el 28% se escurren a otras áreas. Una buena parte la toma el gobierno para financiar su propio funcionamiento, que se encuentra deficitario desde hace tiempo, dejando a cambio papeles por los cuales paga un interés del 16,5%. Si consideramos que la inflación real viene oscilando entre 25 y 30 puntos, no es complicado sacar cuentas del fuerte impacto de pérdida que significa para el Fondo.
Lo más apropiado sería buscar alternativas intermedias, más consolidadas, aunque una propuesta de esta naturaleza signifique la calificación de "reaccionarios" que hizo Kicillof -a quien se acaba de otorgar la absoluta decisión sobre el dinero que se tome de la ANSeS- para quienes piensan distinto al gobierno. Sin dudas, otro de los habituales deslices poco afortunados de voces oficiales, como también el del ministro de Educación calificando de actos democráticos la ocupación de colegios por parte de los estudiantes. O retrocediendo un poco más, tanto por acudir a casos contundentes, la calificación que hizo de los maestros la propia presidenta Fernández.
En este momento, sobre 6 millones de jubilados hay 4,5 millones que cobran el haber mínimo de 1.687 pesos mensuales, muy lejos del 82% móvil que estable la ley y que fue vetado por la presidenta. Con 14.000 millones se podría hacer efectivo el cumplimiento de esa movilidad. Pero además, la ANSeS continúa recibiendo unas 8.000 demandas judiciales por mes, sumando en la acumulación total 266.000 juicios, los que en casi su totalidad van siendo permanente apelados, originándose una situación de enorme injusticia social, ya que la mayoría de los demandantes son de edad avanzada, que por esa simple cuestión cronológica van quedando en el camino. Una vez más, la realidad contradice el relato solidario y distributivo.
Es verdad, que hay también otras cuestiones por decir, ya que los recursos del sistema previsional se conforman con parte de los impuestos por diversos conceptos, lo cual suele ser utilizado para justificar esta desviación de recursos de sus objetivos originales. En realidad, esa tajada de impuestos se transfirió en la década del ´90 para reemplazar la quita de los aportes patronales que resolvió Cavallo, siendo ministro de Carlos Menem.
Y finalmente, completando esta perspectiva tan compleja que tiene el sistema, recordemos que también por aquellos años la ANSeS se hizo cargo de las cajas de jubilaciones de las provincias -¿recuerdan cuando un hijo de 38 años del entonces ministro menemista Erman González intentó jubilarse en el PAMI de La Rioja?-, quedando únicamente al margen Córdoba y Santa Fe, razón por la cual reclaman, incluso ante la propia Corte Suprema, abultadas sumas.
El tiempo será testigo.
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