Por Fabián Amici
En la tarde del 29 de julio del año 2000 una bala fractura la cuarta costilla y desgarra el corazón del médico cardiocirujano más respetado y admirado de la Argentina y el mundo. En ese instante el proyectil no es consciente de que su vida útil -vana tal vez- culminará al mismo tiempo con la existencia trascendente de quien para muchos es el último Prócer de la Patria.
René Gerónimo Favaloro nació el 12 de julio de 1923 en la ciudad de La Plata en el humilde barrio conocido como "El Mondongo". Al finalizar la escuela primaria ingresó al prestigioso Colegio Nacional de La Plata donde tuvo profesores muy renombrados, entre ellos Ezequiel Martínez Estrada -con quien mantuvo un estrecho vínculo durante muchos años- y el dominicano Pedro Henríquez Ureña -sobre quien escribió un libro llamado "Don Pedro y la educación".
En 1941 ingresó a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de la Plata y, luego de la carrera de grado y de dos años de residencia en el Hospital Policlínico, se doctoró en 1949.
Indomable
En ese mismo año de finales de la década de los cuarenta se produce una vacante para médico auxiliar. Accedió al puesto en carácter interino y a los pocos meses lo llamaron para confirmarlo. Como requisito para su nombramiento debía completar una ficha con sus datos personales pero al pie debía firmar aceptando estar de acuerdo con la "doctrina nacional"- entiéndase "el peronismo"- que se encontraba en su primera etapa de gobierno. Se negó a aceptar tal condicionamiento a su libertad de pensar y actuar y rechazó el cargo que tanto le correspondía por sus esfuerzos y competencias demostradas; "...ese requisito resultaba humillante para alguien que, como él, había formado parte de movimientos universitarios que luchaban por mantener en nuestro país una línea democrática, de libertad y justicia, razón por la cual incluso había tenido que soportar la cárcel en alguna oportunidad. Poner la firma en esa tarjeta significaba traicionar todos sus principios".
Incansable
Su decisión de no aceptar el cargo en el Hospital Policlínico y una carta de su tío residente en la pequeña localidad de Jacinto Arauz, en la provincia de La Pampa, que le pedía sus servicios para reemplazar por unos meses al único médico local, Dardo Rachou Vega, que debía trasladarse a Buenos Aires por cuestiones de salud. En mayo de 1950 ya se había instalado en Jacinto Arauz y dada la gravedad de la enfermedad del Doctor Rachou Vega, un cáncer de pulmón que lo llevó a un pronto deceso, hicieron que el compromiso de René con los habitantes de esta localidad se convirtiera en su proyecto de vida y profesional durante los siguientes doce años.
Al poco tiempo de su afincamiento y del fallecimiento del médico local llegó su hermano Juan José, también médico, entre los dos crearon un centro médico asistencial, elevando el nivel social y educacional de la región.
"Con la ayuda de los maestros, los representantes de las iglesias, los empleados de comercio y las comadronas, de a poco fueron logrando un cambio de actitud en la comunidad que permitió ir corrigiendo sus conductas. Así, lograron que casi desapareciera la mortalidad infantil de la zona, redujeron las infecciones en los partos y la desnutrición, organizaron un banco de sangre viviente con donantes que estaban disponibles cada vez que los necesitaban y realizaron charlas comunitarias en las que brindaban pautas para el cuidado de la salud. El centro asistencial creció y cobró notoriedad en la zona. En alguna oportunidad Favaloro reflexionó sobre las razones de ese éxito. Sabía que habían procedido con honestidad y con la convicción de que el acto médico debe estar rodeado de dignidad, igualdad, piedad cristiana, sacrificio, abnegación y renunciamiento, de acuerdo con la formación profesional y humanística que habían recibido en la Universidad Nacional de La Plata". (Biografía de René Favaloro. Fundación Favaloro)
El trabajo de los hermanos Favaloro no sabía de horarios ni de días de descanso, su compromiso con la comunidad era indelegable e impostergable, el humanismo como motor de su labor profesional se convirtió en el estandarte distintivo: "la medicina sin humanismo médico no merece ser ejercida".
Invaluable
Su interés por la cirugía torácica, cardiovascular específicamente, siempre se mantuvo entre sus principales inquietudes. Permanentes viajes a La Plata y Buenos Aires para actualizarse y perfeccionase fueron acrecentando las ansias de René Favaloro por adentrarse plenamente en este mundo, que se encontraba experimentando un momento extraordinario de avances y conquistas impensados hasta el momento. El interés por perfeccionarse en los Estados Unidos comenzó a impacientar el espíritu del hasta entonces abnegado MÉDICO RURAL. Sus otrora profesores José María Mainetti y Alfonso Albanese le aconsejaron sabiamente contactarse con la Cleveland Clinic. En 1962 se radicó en la ciudad de Cleveland, Ohio, comenzó como residente y luego de tres años de entrenamiento se integro al equipo de cirugía con médicos locales.
El año 1967 lo comenzó con la inquietud de utilizar la vena safena de la pierna en la cirugía coronaria y a los pocos meses, el 9 de mayo de ese año, realizó el primer bypass vascular en una mujer de 51 años que padecía de una obstrucción en la arteria coronaria derecha. La estandarización de esta técnica fue el principal trabajo de su carrera y lo que le dio prestigio internacional en el campo de la Medicina.
La estandarización de esta técnica del bypass o cirugía de revascularización miocárdica se difundió en todo el mundo salvando millones de vidas; se llegaron a hacer cinco millones de bypass por año en el mundo, entre seiscientos y setecientos mil en Estados Unidos y hasta cincuenta mil en Argentina, con un 90 por ciento de intervenciones exitosas.
El bypass vascular se encuentra comprendido entre los 400 inventos más importantes de la humanidad.
El renombre del Doctor Favaloro se elevó por los cielos y la Cleveland Clinic hizo todo lo posible para retenerlo, pero el amor por su patria y la entrañable deuda, que no se cansaba de manifestar, que lo mantenía ensamblado a los maestros que lo habían formado como persona y profesional, pudieron más que los millones de dólares que le llegaron a ofrecer en los Estados Unidos.
En 1971 regresa al país con el firme objetivo de crear un centro de excelencia que conjugara la atención médica con la educación y la investigación. “Una vez más el destino ha puesto sobre mis hombros una tarea difícil. Voy a dedicar el último tercio de mi vida a levantar un Departamento de Cirugía Torácica y Cardiovascular en Buenos Aires. En este momento en particular, las circunstancias indican que soy el único con la posibilidad de hacerlo. Ese Departamento estará dedicado, además de a la asistencia médica, a la educación de posgrado con residentes y fellows, a cursos de posgrado en Buenos Aires y en las ciudades más importantes del país, y a la investigación clínica. Como usted puede ver, seguiremos los principios de la Cleveland Clinic.” (De La Pampa a los Estados Unidos. René Favaloro. 1993).
Inabarcable
Su misión comienza en el Sanatorio Güemes de la ciudad de Buenos Aires con la creación del Departamento de Cirugía Cardiovascular en estrecha colaboración con el Doctor Luis de la Fuente quien contaba con una formación de excelencia en Estados Unidos y que posteriormente se convirtió en pionero de la angioplastia con stent.
Haciendo un resumen de sus posteriores emprendimientos en nuestro país:
-En 1975 crea la Fundación Favaloro con la concepción de instituirse no sólo como una clínica sino un centro de capacitación para estudiantes de todo el muindo.
-En 1980 crea el Laboratorio de Investigación Básica que posteriormente pasó a ser parte del Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas, piedra fundacional de la Universidad Favaloro inaugurada en 1998.
-En 1992 se inauguró en Buenos Aires el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, entidad sin fines de lucro, con el lema "tecnología avanzada al servicio del humanismo médico".
"Yo no podría vivir si no tuviera por delante algún desafío basado en ideales y utopías".
Incorruptible
La crisis económica y política del año 2000 en nuestro país no hizo excepciones, la Fundación Favaloro la sintió de manera brutal. El PAMI y otras obras sociales, fundamentalmente sindicales, habían contraído con esta entidad deudas millonarias que no estaban dispuestas a pagar. Favaloro realizó numerosas denuncias contra los administradores del PAMI, públicamente contra su director en la época de Menem, Víctor Alderete, quién varios años más tardes fue condenado por sus fechorías en la obra social de los jubilados y posteriormente contra el "triunvirato", creado en el gobierno de De la Rua, integrado por Cecilia Felgueras (UCR), Horacio Rodríguez Larreta (PJ) y Angel Tonietti (Frente Renovador); este último enfrentó también un juicio en 2007 por hechos de corrupción en el PAMI.
Todos sus reclamos fueron infructuosos, en ese momento conoció las espaldas de todos los dirigentes políticos, sindicales y empresariales. En una de las cartas que dejó antes de morir manifestaba: "En este último tiempo me he transformado en un mendigo. Mi tarea es llamar, llamar y golpear puertas para recaudar algún dinero que nos permita seguir". En otro de los escritos, Favaloro detallaba que: "en estos días he mandado cartas desesperadas a entidades nacionales, provinciales, empresarios, sin recibir respuesta".
Alguien le prometió, a cambio de un "retorno", liberarle la cantidad de alrededor de dos millones de pesos (el 10% de lo que se le adeudaba) en cuarenta y ocho horas. Algunos colegas y amigos intentaron convencerlo: "...me aconsejan que para salvar la Fundación debemos incorporarnos al sistema. En este momento y a esta edad terminar con los principios éticos que recibí de mis padres, mis maestros y profesores me resulta extremadamente difícil, no puedo cambiar, prefiero desaparecer. Me ha derrotado esta sociedad corrupta que todo lo controla. Estoy cansado de luchar y luchar. No puedo cambiar. No ha sido una decisión fácil pero sí meditada".
Recién en el año 2013 la justicia investigó si funcionarios de la ciudad de Buenos Aires exigieron a la Fundación Favaloro coimas para destrabar deudas de OSBA.
El 29 de julio del año 2000, por la tarde, luego de regresar de su trabajo, bañarse y afeitarse, René Gerónimo Favaloro, el hombre calificado por el New York Times en 1992 como "HÉROE HUMANITARIO", a la edad de 77 años se quitó la vida con un disparo directo al corazón. La Medicina, las ciencias y toda la humanidad aún lo lloran.
Inolvidable
En una de sus entrevistas televisivas, el Doctor Favaloro nos dejó este decálogo que él mismo redactó para quienes quisieran trabajar en su Fundación:
1- HONESTIDAD
2- TRABAJAR con pasión, esfuerzo y sacrificio sin límites.
3- Evitar ser influenciado por conceptos dogmáticos o prejuicios propios o ajenos.
4- Sus contribuciones tendrán valor si sólo son producto de su LIBRE ALBEDRÍO o ejercicio sin sometimiento a limitaciones de la libertad.
5- No apartarse nunca de la ÉTICA y comprender que la misma está condicionada por la MORAL.
6- Comprender con humildad que es necesario TRABAJAR EN EQUIPO, sacrificar lo individual en beneficio de lo colectivo.
7- No perder jamás el HUMANISMO.
8- Sacrificarlo todo en aras de la VERDAD y nada más que la verdad, decir siempre en voz alta lo que se piensa.
9- El objetivo básico de nuestra tarea y por ende el único que gozará de privilegios será EL PACIENTE.
10- Solamente llegará a gozar de lo realizado cuando su alma sienta, en los silencios necesario para la reflexión, que el ÚNICO PREMIO VERDADERO es el que proviene del placer espiritual limpio y sereno del deber cumplido.
"El cirujano vive con la muerte, con ella me voy de la mano". (René Favaloro)