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Notas de Opinión Lunes 2 de Abril de 2018

Sentido profundo de la Pascua

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Emilio Grande (h.)

Por Emilio Grande (h.)

En todo el mundo los cristianos y las personas de buena voluntad celebramos la Pascua, en la que el hijo de Dios después de haber vivido la pasión y muerte (jueves y viernes santos) fue resucitado en el tercer día, tal como estaba anunciado en las escrituras, para la salvación de la humanidad de todos los tiempos.

En este sentido, el obispo diocesano Luis Fernández difundió un video pascual expresando que “Jesús vino a este mundo a entregar la vida, a salvarnos, a darnos una mano. Por eso qué hermoso que ya en plenas fiestas pascuales es lo que les deseo a todas las familias, que esa libertad que él nos enseñó a vivir, a salir de nuestras esclavitudes en las cuales, a veces pareciera como que no podemos salir, cuando las envidia, los miedos, los temores. Qué lindo cuando Jesús con su libertad nos enseña a vivir como hermanos, a querernos, a respetarnos”.

Frente a una sociedad que pareciera dar la espalda a Dios y vive este fin de semana largo casi sin cuestionarse sobre el sentido más profundo de la Semana Santa, Jesús nos ayuda a comprender el triduo pascual: pasión, muerte y resurrección.

Atrás quedaron los 40 días que marcaron el tiempo de la cuaresma, justamente de preparación y revisión de nuestras vidas para buscar un cambio interior sobre aquellas cosas un tanto oscuras.

Se dice con razón que la Semana Santa es la semana mayor de la cristiandad, donde el misterio del amor por la humanidad se hizo palpable, llevando Jesús a la cruz nuestras debilidades y pobrezas humanas y materiales, no solamente de hace más de dos mil años sino que es la representación diaria de nuestras locuras e incoherencias actuales.

En la oscuridad que envuelve a toda la creación, María se queda sola para mantener la llama de la fe frente a la cruz del Viernes Santo, pero es al mismo tiempo la esperanza en la resurrección de Jesús.

Abramos nuestros corazones como las mujeres que fueron al sepulcro y quedaron sorprendidas ante la presencia del Angel: “No teman, ustedes buscan a Jesús de Nazaret, el Crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Miren el lugar donde lo habían puesto. Vayan ahora a decir a sus discípulos y a Pedro que él irá antes que ustedes a Galilea; allí lo verán, como él se lo había dicho” (Mc. 16, 6-7).

Para no quedarnos abstraídos de la coyuntura temporal en la que hay enfrentamientos, guerras sin sentido, corrupción en casi todos los ambientes, gente que vive sin rumbo, mercaderes de la cultura de la muerte, proyectos para legalizar el aborto en nuestro país, entre tantos problemas, debemos seguir innovando en la cultura del encuentro, el diálogo social, el bien común sobre los intereses particulares, la verdad frente a la mentira de los poderosos, la coherencia y fidelidad ante la falta de testimonio de los famosos que están disfrazados de fariseos... y que cada uno agregue otros patéticos ejemplos de esta vida, pero hay que llenarla con esperanza para discernir los signos de los tiempos.

Finalmente, en clave pascual constituye todo un desafío ser cristianos en la actualidad, teniendo la esperanza en la vida eterna más allá de lo temporal y no serlo por tradición, testimoniando la misericordia divina y tratar de llevar una vida coherente con el evangelio en todos los ambientes sociales...

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