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Notas de Opinión Domingo 12 de Febrero de 2012

Tiempo de cepos

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Roberto Actis

Por Roberto Actis

En notas recientes vinimos especulando sobre el verdadero sentido de la "sintonía fina" anunciada por la presidenta Cristina Fernández, y ahora, a dos meses de este nuevo mandato iniciado en diciembre, va quedando bastante claro. Consiste, nada más y nada menos, que la aplicación de un cepo sobre casi todas las variables de la actividad económica, acompañada por una profundización del populismo. En realidad, de novedoso no hay demasiado, pues se trata del rumbo que comenzó a transitarse en 2007, que si bien es continuidad del proceso iniciado en 2003 por su fallecido esposo Néstor Kirchner, debe convenirse que se produjeron algunos cambios apreciables. Si bien los modos y las formas se mantuvieron inalterables, las variantes se advierten en el fondo de la cuestión, y aún considerando las distintas circunstancias, tanto en el plano nacional como el internacional, puede decirse que NK nunca había tenido un avance tan firme sobre el sector privado, acostumbraba a dejar puertas abiertas, esas mismas que ahora se cierran con candados de siete llaves.

El control es cada vez más rígido, con Cristina dando las órdenes y Moreno ejecutando. No hay otro, los demás simplemente miran y escucha, enterándose de las decisiones al mismo momento de ser anunciadas, integrando la claque de aplaudidores. El saldo, aún cuando se puedan discutir las formas -por algunas de las razones apuntadas- es muy positivo, ya que en estos dos meses se frenó bruscamente la fuga de capitales, que fue a razón de 1.000 millones de dólares mensuales, cuando antes emigraban 3.000 cada treinta días. El dólar se inmovilizó en su cotización, la gente -al menos el que buscaba allí proteger sus ahorros- ya no puede comprar, el mercado paralelo está cada vez más perseguido, crecieron los ahorros en pesos y bajaron las tasas de los préstamos, que también trata de ponerle el pie encima el gobierno. Los bancos Central y Nación volvieron a comprar divisa estadounidense, y como si faltara algo para ir redondeando este buen pasar, comenzaron las lluvias y aunque no como la anterior campaña, pero la cosecha pinta bastante bien. De todas maneras habrá menores ingresos, pero no los que se suponía, aún con 5 millones de toneladas menos y un 15% en la baja de los precios de granos y cereales.

Un funcionario de Brasil, dentro del marco de esta disputa del comercio bilateral en el cual los brasileños se quedan con una diferencia de casi 6.000 millones de dólares pero igual se quejan y reclaman, dijo "ojalá nosotros tuviésemos un Moreno". Es que las suyas son medidas que en lo inmediato, ajustadas a los especiales momentos que se viven en el mundo, dieron muy buenos resultados, pero la cuestión es ¿hasta cuándo? En enero de 2007 Kirchner intervino el INDEC para no tener que pagar tantos intereses por los títulos ajustados por la inflación, pero aún seguimos así. Una vez se creó el impuesto al cheque como medida de emergencia y nunca más fue sacado. Y así podría continuar una lista poco menos que interminable. 

Si esto de mantener el cepo tan ajustado se prolonga, como un búmeran se volverá en contra.

De todas maneras hay otras cuestiones que no se pueden resolver de esa manera, y que aparecen amenazantes en el horizonte. La principal de ellas, la inflación, de la cual dependen otras variables que se transforman en un círculo vicioso, retroalimentándose, como el caso del ajuste salarial. El gobierno comenzó tratando de imponer un tope del 18%, pero el intento de control tropezó con la resistencia de Hugo Moyano, a quien la bandera le sirvió para aglutinar algunos respaldos de quienes estaban en la vereda del frente. Tal vez la presencia del jefe sindical en el anuncio de la presidenta por Malvinas, denunciando el intento británico de militarización, permita suponer que hay acercamiento, aunque aquí también podría estar de por medio la famosa billetera, con los varios miles de millones que el gobierno le estaría debiendo a las obras sociales de los gremios. Aunque claro, los recursos de hoy no son los de tiempos recientes. Siempre y cuando no estemos hablando de populismo, como lo es la incorporación de la televisación del automovilismo que insumirá 400 millones, que sumados a los 1.000 -peso más pero menos- del fútbol, más otros 800 millones para sostén del grupo de medios oficialistas, van componiendo una cifra que es algo más que un vuelto..

Sin olvidar una mención, en el repaso, de la denuncia pública de la mendocina Laura Muñoz, sobre la vinculación del vicepresidente Amado Boudou con un negocio de 50 millones de dólares para la impresión de billetes. Es que no hay nada peor que una mujer despechada, siendo la denunciando ex esposa de uno de los supuestos socios del vice en la compra de Ciccone Calcográfica, la imprenta más avanzada de la Argentina.

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