Un sistema que genera dudas

Por Roberto Actis

La boleta sábana no iba más. En eso hay coincidencia total y el sistema debía renovarse, modernizarse no sólo en la práctica sino también en las intenciones. Una especie de purificación de un sistema electoral caduco, que venía de la época del vino y de las empanadas -transformadas luego en chapas, zapatillas y bolsones, que son la versión contemporánea-, con votos "armados" por los punteros, además de los vicios -no pocos- que fueron enquistándose a través del tiempo. Con engendros como la ley de lemas, útil en su esencia pues resumía internas y generales a la vez, pero que dada la habilidad criolla en la aplicación de "hecha la ley, hecha la trampa", el ciudadano votaba a Juan pero finalmente el sufragio terminaba sumando a Pedro.
Y llegó nomás el cambio, con la "ley Javkin" que el gobierno de Binner hizo suya y comenzará a aplicarse por primera vez en las primarias -o internas, como se prefiera- del 22 de mayo, para luego continuar en las generales del 24 de julio.
No es cuestión de anticiparse, pues para conocer a un rengo nada mejor que verlo caminar, pero debemos convenir que en principio el sistema resulta complejo, difícil de desentrañar. Y si a eso le agregamos el rechazo que provoca cualquier clase de cambio, es entonces más que comprensible que esta nueva metodología para sufragar, no haya tenido una recepción muy saludable que digamos. Y eso que aún no trascendiò masivamente, en realidad la gente está en otra cosa, como lo marca este tiempo de verano. El rechazo, e incluso el desconocimiento, con la generación de confusión e incertidumbre, la tiene la misma gente del ambiente político. Si usted tiene dudas, pare a un político local por la calle y pregúntele cómo será el sistema para votar, es muy probable que se lleve una sorpresa por la respuesta.
El ministro Superti recomendó leer la ley. ¿Usted se imagina a la gente leyendo la ley? Un dislate.
En 2007 Lolo Bauducco perdió su banca de concejal porque 805 de sus votantes se equivocaron en el corte de las boletas. Pusieron la suya de concejales en el sobre y otra lista de quien querían votar a intendente, pero no le cortaron los concejales que llevaba por añadidura. Ese problema ahora no existirá más, es un avance por cierto, pero esa anécdota nos revela otro aspecto de la cuestión. ¿Usted se imagina al elector recibiendo cinco boletas de diferentes colores marcando crucecitas o tildes en cada una de ellas?
Pero claro, eso es apenas la punta del iceberg. ¿Qué debe hacer el elector para enterarse de toda la oferta de candidatos, ya que en las boletas de concejales y diputados sólo irán los primeros? Pues fijarse en afiches que se ubicarán en el cuarto oscuro, donde estará el resto de los candidatos de cada lista. ¿Llevan aquí fotos? Puede que sí, puede que no. Al menos así de claro fue el ministro en sus explicaciones.
Se dice que hubo simulacros para votar con el nuevo sistema y que un elector necesitó 5 minutos. ¿Será el tiempo promedio real o seguramente existirán aquellos que necesiten el doble? Está bien que ahora al cuarto de votación se podrá ingresar de hasta 5 ciudadanos en forma simultánea, pues en el interior se habilitarán boxes, pero el tiempo de desarrollo del comicio es toda una incógnita. Y no pensemos en el escrutinio, cuando en lugar de apilar boletas haya que ir volcando crucecitas en las planillas.
En principio, se trata de un sistema que parece tener muchos ingredientes como para espantar, al menos a algunos. Aquél que no tenga la obligación de hacerlo -por edad u otras circunstancias- es muy probable que esquive el compromiso. No hacemos apología de rehuir al compromiso ciudadano, sino sólo tratamos de analizar la realidad.
No muchos conocen el sistema, pero quienes se han interiorizado en parte, vuelcan consideraciones muy negativas. Hay que escuchar a la gente y allí se tiene buena parte de la verdad. Todo lo demás, lo que dicen los profesionales de la política, es puro cuento.
Para el 22 de mayo, el primer ensayo, faltan todavía tres meses. Es probable que esté previsto, pero si así no fuese, sería bueno que se vaya pensando en hacer una intensiva campaña de explicación y capacitación de la gente para ir a votar.
Si es que estamos equivocadas y todo va a funcionar aceitadamente, entonces, muchísimo mejor. Pero tenemos dudas que así sea.