Por Roberto Actis
El domingo anterior, en el cierre de la nota nos despedimos con un deseo: que las elecciones en la Provincia, y por supuesto en nuestra ciudad, transcurrieran en un clima y paz y normalidad. Un objetivo logrado a medias, pues el escrutinio de normalidad tuvo poco y nada, aunque sea sabido que esta primera entrega de la compulsa sea de carácter provisorio, siendo el válido el que se inició el miércoles y concluirá durante el transcurso de la semana. Una obviedad, pero que dadas las circunstancias conocidas, es necesario puntualizar.
Es que el escrutinio adoleció de muy serias deficiencias, incluso llegándose a comprender que haya actas ilegibles, mal conformadas y otras adulteraciones que dejaron al margen de esa inicial contabilización unos 240.000 votos, que bien podrían alterar algunos resultados, en especial aquellos que fueron muy parejos, recordando por ejemplo que en ese conteo fallido la diferencia del ganador Del Sel sobre el segundo fue de 5.000 sufragios apenas. Lo que en cambio es mucho más difícil de comprender, e incluso de explicar -como se intentó hacerlo- es que los resultados provisorios difundidos el domingo por la noche se haya informado que eran del ciento por ciento de las mesas, cuando en realidad 807 de ellas no aparecían incluidas en el recuento.
Sin dudas, existieron desprolijidades, por no caer en otros calificativos que resultan mucho más serios, conformándose una perspectiva que no sólo agitó una oleada de sospechas, sino que además puso a Santa Fe en el centro de la crítica. Todo lo cual genera un clima de marcada tensión al momento de la difusión de los resultados, pues cualquier mínima alteración a lo ya conocido, como es muy probable acontezca, puede dar lugar a reacciones como las que aún se encuentran en efervescencia. Se reiteraron inconvenientes que fueron bastante frecuentes, lamentablemente, en nuestra provincia.
Habrá que extremar recursos de ahora al 14 de junio cuando sea el comicio definitivo, pues sin llegar a extremos ni señalamientos infundados, es evidente que esta clase de anormalidades no pueden volver a reiterarse. Si hay algo que no debe sobrevolar a una elección es la sospecha. Aunque a decir verdad, sea un intento excesivamente ambicioso después de lo ocurrido.
Todo este proceso electoral iniciado dos semanas atrás en Salta, seguido luego por Mendoza y Santa Fe, continuará este domingo en la ciudad de Buenos Aires para definir candidaturas mediante primarias y en Neuquén, para elegir gobernador.
Es verdad que todo tiene que ver con todo, por eso va uniéndose el rompecabezas electoral que tendrá su punto cúlmine en octubre cuando se elija presidente, con la posibilidad posterior del balotaje entre los dos más votados, ajustándose el sistema a esa bastante particular reglamentación que tenemos aquí, donde el que obtenga el 40% de los votos si le saca una ventaja de 10 puntos al segundo queda automáticamente consagrado.
Las encuestas, que aciertan y yerran en forma parecida, se han convertido en algo así como las herramientas de los candidatos para promoción electoral, reemplazando a otras metodologías publicitarias, siendo justamente por esa razón un elemento puesto al servicio de quien las encarga, y por lo tanto, de muy dudosa certeza. Aunque, como en todo, también se cuentan -tal vez las menos- aquellas que permanecen ajenas a esa mercantilización y por lo tanto con mayor posibilidad de acierto en la descripción de la realidad. Aunque son tantas, y tan variadas las que circulan, que resulta todo un acertijo identificarlas.
De cualquier manera, no existe otro camino que el de las encuestas para ir viendo posibilidades, donde según ellas las chances quedan remitidas a tres candidatos (Scioli, Macri y Massa) y otro bastante más retrasado (Stolbizer).
Aunque las elecciones provinciales se encuentren en desarrollo y el tiempo para las presidenciales se abrevie muy rápido, queda aún un margen en el que pueden registrarse muchas alteraciones de la perspectiva presente, tal como ha ido ocurriendo en estos dos últimos meses, en que los sondeos fueron un sube y baja de manera casi constante. La clave para ir dilucidando perspectivas, es sin duda la provincia de Buenos Aires con el 39% del padrón electoral, ganando allí se saca una ventaja importante, dándose una curiosa paradoja, pues extrañamente quien tiene ventaja en ese distrito -fue ganador en las legislativas de 2013- es Massa, justo el aspirante que más está desinflándose en los conteos.
No deben descartarse, insistimos, nuevos encuadramientos de situación del escenario electoral. Por alguna razón la política es la ciencia de lo posible.
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