Por Rubén A. Armando
El ministerio de Seguridad de la Provincia, recientemente intervino la Jefatura de Policía de la ciudad de Rosario, y relevó a las máximas autoridades (en principio ante una responsabilidad administrativa), además de ser detenidos una importante cantidad de efectivos.
La decisión tuvo que ver con una causa de malversación de caudales públicos, hecho denunciado a través de una denuncia anónima enviada por correo postal a la Fiscalía de Rosario.
Se trató de unos 45 millones de pesos, en el marco de la provisión de combustible, donde existió una maniobra de sobrefacturación.
Semanas antes -precisamente el 22 de marzo-, merced a una denuncia anónima que llegó a Asuntos Internos (policías que investigan a sus pares) y se derivó a Fiscalía, en la Unidad Regional V de nuestra ciudad se descubrió una acto de corrupción en la Alcaidía.
Por ello fueron detenidos tres efectivos, acusados de intervención de teléfonos celulares, con el propósito de desbloqueos y reseteos para borrar datos allí registrados.
También, de facilitar el acceso de los internos a teléfonos celulares, y de pedir dinero a cambio de situaciones ventajosas en la condición de privados de libertad.En un allanamiento en la Alcaidía se encontraron 58 teléfonos celulares, almacenados en un armario metálico bajo llave.
Y por si esto fuera poco, se estableció que a cambio de 100 mil pesos mensuales, se podía acceder a los aparatos de comunicación.
Por otra parte, se permitía el ingreso de familiares con alimentos, ropas y otros elementos para los internos, sin el control respectivo en la oficina de Guardia, respetando los protocolos habituales.
Otra fuente de ingreso económico para los acusados, tuvo que ver con que para pasar a los Pabellones 3 y 4 (los menos conflictivos), había que abonar entre 500 mil pesos y dos millones de pesos.
En su momento, trascendió que la cifra más cara, era para evitar se trasladados a algunos de los penales controlados por el Servicio Penitenciario.
UNA VARA DISTINTA
En referencia a las dos situaciones, relacionadas a actos de corrupción en filas policiales, un uniformado en actividad que hace un tiempo se había contactado con LA OPINION digital para dar a conocer su punto de vista, compartido por muchos otros policías según su relato, manifestó lo siguiente.
"Como policía felicito al ministro de Seguridad por haber intervenido en la Unidad Regional II de Rosario, ante un grave caso de corrupción.
"Como era de esperar, al menos por haber estado en presencia de un acto administrativo que no permitía su continuidad en el cargo, fueron relevados el jefe y subjefe.
"Lo que llama la atención, y molesta, es que no se haya actuado de la misma manera con lo ocurrido en la Unidad Regional V. Porque el caso también es extremadamente grave, y sin embargo no se concretó el relevo de las máximas autoridades, al menos ante una falta administrativa.
"Hace unos años, porque un policía detenido festejó su cumpleaños con familiares y amigos, fueron relevados el jefe y la subjefa.
"Se estuvo ante un hecho no tan grave como lo de la Alcaidía, y sin embargo se actuó tal como lo dice el Reglamento.
"En consecuencia, estamos en presencia de una decisión política donde no se midió con la misma vara. Y no se entiende el porqué. Además, no resulta satisfactorio el trabajo de esta gestión, en cuanto a brindar la seguridad que el pueblo reclama".
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