Familiares, amigos y vecinos de Iván José Ávila se movilizaron este lunes por el centro de Rafaela para exigir justicia y mayor seguridad, a una semana del crimen que conmocionó al barrio 2 de Abril. La marcha, silenciosa y cargada de emoción, avanzó por bulevar Santa Fe hasta la Plaza 25 de Mayo, donde los presentes encendieron velas y elevaron carteles con una consigna común: “Justicia por Iván”.
Iván Ávila tenía 45 años y murió el miércoles pasado, luego de permanecer dos días internado por una herida de bala en la cabeza. El disparo lo recibió el lunes anterior, cuando se encontraba en la vereda frente a su casa, tras haber regresado de trabajar. “Volvió de trabajar, se bañó y se paró un ratito afuera de la casa, y viene una persona y me lo mata. Eso no es justo”, expresó entre lágrimas su madre, Magdalena, mientras sostenía una foto de su hijo.
La escena del crimen, ocurrida en un barrio donde todos se conocen, sigue grabada en la memoria de los vecinos. La familia Ávila insiste en que Iván era un hombre trabajador, dedicado a su familia, y que su muerte fue un golpe inesperado e insoportable. “Es triste, muy triste. Pero le tocó a él… algo insólito. Estaba paradito afuera de su casita, después de haber trabajado todo un día, a tomar un poco de aire. No tienen derecho a eso. No, es imposible creer algo así. Yo soy la mamá, él me acompañaba a los turnos médicos, todo me hacía él, era el mayor de los varones”, agregó Magdalena con la voz quebrada.
Sus hermanas también tomaron la palabra para pedir justicia, pero sobre todo, seguridad. “No solamente era hermano, sino hijo de Magdalena. Era vecino de estas personas que están acá, pero también era papá y esposo. No nos olvidemos de eso: de la gente laburadora, de la que se levanta todos los días a trabajar, de la que no puede salir a la calle porque pasan cosas como la que le pasó y nos tocó a nosotros”, expresó una de ellas.
En su testimonio, volvió a plantear el reclamo que resonó entre todos los presentes: “Ellos (los delincuentes), de repente, tienen armas y no nos explican cómo. ¿Se pudo haber prevenido? Sí. ¿Queremos atacar a la Municipalidad, a la Policía? No queremos. Solo queremos que nos den la seguridad de que mi cuñada y mis sobrinos sigan viviendo en el barrio, que son gente de bien y laburante, y no se tengan que ir de su hogar que tanto les costó construir”.
La mujer cerró su intervención con una frase que resume el sentimiento de una familia destrozada: “Queremos que nos den la seguridad de que no va a salir, que no se va a repetir, por la familia de Iván. Esa familia quedó destrozada y no podemos creer que, en un minuto, sale a la vereda y ya no está”.
Mientras caía la tarde en la plaza central, el silencio de los manifestantes hablaba por sí solo. No hubo gritos ni consignas partidarias, solo el pedido unánime de justicia y de respuestas, para que la muerte de Iván Ávila no quede impune ni se repita en otro hogar de Rafaela.