Los testigos que declararon en el juicio por la muerte de Diego Armando Maradona complicaron la situación de Leopoldo Luque, el médico de cabecera del Diez que está imputado en la causa.
El neurocirujano fue señalado como la persona que decidió operar de la cabeza al ídolo veinte días antes de su muerte, a pesar de que varios profesionales le habían dicho que su cuadro no requería de intervención quirúrgica.
Uno de los testimonios que acorraló al neurocirujano fue el de Flavio José Tunessi, el médico traumatólogo del club Gimnasia y Esgrima La Plata, quien tuvo un rol clave en los días previos a la cirugía debido a que lo veía casi diariamente en la sede del equipo platense y notó el abrupto deterioro del DT hacia fines de octubre de 2020.
Tunessi también prestaba servicios en el sanatorio Ipensa de la ciudad. Y desde la incorporación de Maradona a Gimnasia, Luque le había pedido estar en contacto por si Diego le manifestaba algún malestar. Él se puso a disposición.
Según Crónica, en su relato el traumatólogo dijo que notó un importante cambio en la salud del astro mundial entre el partido que marcó la reanudación del fútbol argentino en plena pandemia, y la celebración de su cumpleaños número 60 que se hizo en el estadio.
"Ese día lo vi muy desmejorado, más flaco, de poco ánimo, se tambaleaba. Me sorprendió que le pregunté si necesitaba algo y me dijo 'me voy, no estoy bien'. Al otro día me habla Luque, me dijo que nadie lo vio bien y me preguntó si se podía hacer una internación en Ipensa. Yo dije que no tenía drama", relató quien gestionó su ingreso al sanatorio de La Plata.