Por Rubén A. Armando
Un joven fue estafado cuando creyó que ayudaba a un amigo, transfiriendo una suma de dinero cercana a los 2.500.000 pesos.
El inicio tuvo que ver con el pedido de dinero prestado a un conocido, quien le respondió que acababa de efectuar una venta y que le solicitaría al comprador que transfiera el dinero a la cuenta del citado solicitante.
Así las cosas, este último fue destinatario de un mensaje donde se hacía referencia al envió de 130.000 pesos, cifra que no se constató en la cuenta respectiva.
Momento más tarde, se contactó con el joven de referencia una persona que dijo ser el hijo de quien había girado el dinero, mencionándole que su progenitor no sabía utilizar correctamente la tecnología, por lo que había cometido un error en la operación.
Seguidamente, le fue pedido la toma de un crédito para solucionar la situación, y que enviara el dinero a una cuenta, con la promesa de que posteriormente se lo devolverían.
Confiado en la propuesta, gestionó un préstamo por 2.500.000 pesos, y transfirió el dinero a una cuenta que le notificaron.
En definitiva, con el correr de los minutos se percató de que había resultado estafado.
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