Por REDACCIÓN
BUENOS AIRES, 29 de septiembre de 2025.- En la búsqueda de un cuerpo escultural y un mejor rendimiento físico, muchas de las personas que van al gimnasio recurren a un atajo que, en exceso, puede ser peligroso: los esteroides anabólicos androgénicos. Una grave amenaza para el órgano más vital del cuerpo, el corazón.
La actividad física es un pilar fundamental, pero ¿qué pasa con la promesa de músculos definidos en tiempo récord? Especialistas en cardiología y medicina del deporte alertan sobre las consecuencias de estas sustancias, que pueden provocar daños irreversibles y poner en jaque la salud cardiovascular a corto y largo plazo.
"Estamos viendo en la consulta pacientes cada vez más jóvenes con problemas cardíacos que antes eran típicos de personas de edad avanzada. Cuando investigamos sus hábitos, encontramos con frecuencia el uso no supervisado de esteroides", advierte el Dr. Ezequiel Nudelman, Coordinador del área de Cardiología de la Clínica Santa Isabel.
El consumo de estas hormonas sintéticas, que imitan a la testosterona, desencadena una "tormenta perfecta" en el sistema cardiovascular. “El gran problema es que, mientras uno ve músculos más grandes, el corazón se va deteriorando sin que la persona lo perciba. Un corazón rígido, hipertrofiado y con arterias enfermas no siempre logra recuperarse, incluso después de abandonar la sustancia, y ni hablar de la posibilidad de sufrir una arritmia o alteración en el ritmo cardiaco”, explica el Dr. Nudelman.
No existen atajos seguros para lograr un físico saludable
El objetivo del entrenamiento físico es el desarrollo de las diferentes cualidades físicas como la fuerza, la resistencia, la potencia, la coordinación, y otros. Los mismos conllevan a mejorar la salud y el bienestar en general.
Desde el punto de vista de la imagen, el entrenamiento ayuda a desarrollar un cuerpo más estético. “El problema ocurre cuando se busca estética a cualquier costo", subraya el Dr. Pablo Pelegri, Jefe del Servicio de Medicina del Deporte en Clínica del Sol y Centro Médico Santa Rita”. Y completó, la frustración por no ver resultados inmediatos o la presión social en redes pueden llevar a tomar decisiones extremas. Un plan de entrenamiento bien estructurado, junto a una nutrición informada y el descanso, es el único camino sostenible para alcanzar el objetivo deseado, de modo saludable".
El Dr. Pelegri enfatiza en la importancia de la supervisión profesional. "Antes de iniciar cualquier régimen de suplementación, incluso aquellos que se venden como 'naturales', es fundamental la consulta con un médico deportólogo/nutricionista. Muchas veces, estos productos pueden contener sustancias no declaradas o interactuar de forma negativa con el organismo. Los esteroides son el extremo más peligroso de esta práctica y su uso recreativo es una bomba de tiempo para el corazón del deportista".
“El uso recreativo de anabólicos no es solo un error, es una bomba de tiempo para el corazón. El espejo puede mostrar músculos más grandes, pero lo que realmente importa es tener un corazón fuerte y sano. Lo que se gana rápido con anabólicos se puede perder de golpe con un infarto. Priorizar la salud a largo plazo sobre los resultados inmediatos es valorar el corazón, la mente y el cuerpo”, concluye el Dr. Ezequiel Nudelman.
Acerca de Grupo Omint
El Grupo Omint inició sus actividades en Argentina en 1967 y en 1980 en Brasil. Actualmente, está formado por Omint Argentina, Omint Brasil, Omint Prepaga, Omint Seguros, Omint Assistance, 3 clínicas y 2 centros médicos propios: Clínica Santa Isabel, Clínica del Sol, Clínica Bazterrica, Centro Médico Bazterrica y Centro Médico Santa Rita; además cuentan con clínicas odontológicas en Argentina y Brasil. Su objetivo es garantizar calidad de servicios médicos, eficacia y ética profesional, anticipándose a las tendencias en el cuidado de la salud. Con más de 55 años de trayectoria en el país, se ha posicionado como una empresa de medicina privada líder en calidad médica. En el exterior, el Grupo Omint es miembro de instituciones de prestigio internacional como el IAG (International Assistance Group) y el IFHP (International Federation of Health Plans).