Por REDACCIÓN
Buenos Aires, 13 de agosto de 2025.- Según una encuesta realizada por CIO Investigación para el Observatorio de la Seguridad de Verisure, el 91% de las familias educa a sus hijos en materia de seguridad, cifra que se mantiene con respecto al año pasado, aunque, se amplió los temas sobre los cuales se les enseña: la importancia de hacer una llamada y mandar un mensaje para que los padres sepan cómo están, no hablar con desconocidos bajo ninguna circunstancia, moverse en grupo, evitar zonas peligrosas y advertirles los horarios más inseguros.
El contexto social exige redoblar esfuerzos ya que la percepción de inseguridad sigue creciendo. Según el mismo estudio en el que se destacan los principales temores respecto a los hijos, 7 de cada 10 padres temen especialmente un robo violento en la vía pública, mientras que el abuso por parte de un adulto y el robo en la calle son otras de las principales preocupaciones.
Frente a este contexto, la Sociedad Argentina de Pediatría recuerda que los accidentes suelen ocurrir por falta de prevención. Las estadísticas muestran que es dentro del hogar y en el patio donde se producen la mayoría de los incidentes infantiles, seguidos por aquellos que suceden en la calle y en la escuela. Por este motivo, dialogar y educar desde edades tempranas es una herramienta fundamental para reducir riesgos.
“Nuestra prioridad es garantizar que cada avance en la autonomía de nuestros hijos vaya acompañado de la máxima seguridad. La aplicación My Verisure integra tecnología de última generación para ofrecer protección continua, dentro y fuera del hogar, con la eficiencia y fiabilidad que nos caracteriza”, comenta Carlos Beltrán Rubinos, director de Operaciones en Verisure Argentina cómo es posible acompañar a los menores del hogar estando fuera.
Cómo acompañar a los chicos y fortalecer su seguridad
Hablar sin alarmar: abrir espacios de conversación donde puedan expresar dudas y temores.
Definir rutinas claras: acordar horarios y lugares seguros, y recordar la importancia de moverse acompañados.
Enseñar a pedir ayuda: tanto en la calle como en casa, identificar personas y recursos confiables.
Promover el uso responsable del celular: mantener el contacto y avisar movimientos.