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Sociales Martes 1 de Julio de 2025

Sensaciones y sentimientos: Caminar por la cintura cósmica

Aquí estoy, lector. A su derecha o desde el lado opuesto. Usted elige.

Agrandar imagen Pero lo de los ciclistas no estaba previsto. Tampoco por los motociclistas, que a poco copiaron la idea de ir por la vereda pasando cerca de los peatones.
Pero lo de los ciclistas no estaba previsto. Tampoco por los motociclistas, que a poco copiaron la idea de ir por la vereda pasando cerca de los peatones. Crédito: El Definido

Por Hugo Borgna

Queda avisado de que este material puede sufrir pausas o aceleraciones inesperadas, todo depende de lo que vaya encontrando en mi paso por esta vereda que parece no estar superpoblada de ciclistas…(hago una pausa en la escritura para esquivar a uno que circulaba hacia mí a toda velocidad -la que puede dar una bicicleta- se entiende.)…Sigo con el razonamiento. Se sabe con sobreabundancia de ejemplos y de conocimiento básico, que las veredas fueron creadas para que los caminadores (vocacionales o andantes por necesidad) puedan moverse libremente sabiendo que sus fieles esqueletos están debidamente protegidos, razón por la cual las espaciosas veredas se construyeron de norte a sur, de derecha a izquierda y a veces también hacia arriba. Para decirlo claramente: las veredas están para que circulen sobre ellas las personas, conocidas con precisión como peatones…(otra pausa ahora, pero esta vez imprevista. En un momento dado, desde mi espalda surgió una especie de zumbido, en fracciones de segundos siguió su paso a mi cercano costado a centímetros de este sobrexpuesto cuerpo y hacia adelante. Siguió su raudo andar y solo en ese momento pude identificar a un ciclista que, velozmente, se fue alejando, ganó en instantes el cruce de calle, tomó por la vereda siguiente sin doblar ni esquivar a unos peatones que se le presentaron por su frente. Ahora, previo haber mirado en todas direcciones, voy a retomar este texto.)

Se sabe que debido a que existen lugares para que circulen los de cuatro ruedas, esa zona es peligrosa por sí misma para los peatones, que tienen un lugar disponible los cruces de calle. Para caminantes y automovilistas, está todo convenientemente indicado.

Pero lo de los ciclistas no estaba previsto. Tampoco por los motociclistas, que a poco copiaron la idea de ir por la vereda pasando cerca de los peatones. Parece que los dos adoptaron una propia y paralela vía circulatoria, confiando en que la bondad del Señor y la siempre necesaria suerte, protegerán a los que no necesitan motor para circular.

(…esta tercera interrupción del relato no se debe necesariamente a que aparecieron nuevos vehículos en la vereda y debí esquivarlos -sí, hubo, pero no debo ser tan reiterativo- y una reflexión me ataca con cierta frecuencia: ¿no será que entre ellos se comunicaron que hice una crítica a que circulen por un espacio que no les corresponde, y ahora me están dando a su modo un aviso, si es que quiero conservar mi bienestar y salud…?)

Por lo pronto, cada vez que voy a encarar una salida a la calle, abro con prudencia la puerta y asomo la cabeza. Si no hay riesgo desde los costados ni desde arriba (hay que tener en cuenta que puede llover), ingreso a la vereda cuidadosamente. Llegando a la esquina sobre la acera, antes de doblar, me aseguro de tener el paso libre, todo con la debida prudencia. Algunas veces, con tránsito intenso, antes de doblar por la vereda agito una bandera blanca o un pañuelo del mismo color. Solo así ingreso a la otra calle con reconfortante tranquilidad.

Muchas veces se sobreentiende (y mal) que la frecuente falta de noticia de accidentes entre peatones y vehículos de dos ruedas en las veredas es, de alguna manera, un índice de que invadirlas no representa peligro y, además, de que la obligación de correrse y ceder el paso hacia un costado corresponde al caminante. Si no se hace así, el problema es de los peatones, cosa que manifiestan mediante una expresión neutra que indica su desinterés por los caminantes.

Pero hay una alternativa que puede ayudar. Al alcance de los pies.

Salir a caminar por la cintura cósmica del sur.

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