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Rural Jueves 17 de Febrero de 2022

Con la picada no: el “changómetro” que refleja el verdadero impacto de la inflación

La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) elaboró un informe que muestra el deterioro de la moneda nacional en los últimos cuatro años, contemplando un emblema gastronómico cultural y social. Cifras contundentes.

REDACCION

Por REDACCION

Esta vez el “changómetro” de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) tiene como protagonista la “Edición Picada” para mostrar en ejemplos concretos cómo los argentinos necesitan cada vez más dinero para comprar lo mismo. El trabajo, supervisado por los expertos David Miazzo y Natalia Ariño, arroja conclusiones contundentes: la misma picada que hace cuatro años costaba $300, en la actualidad sale $1.450; es decir que se quintuplicó el valor.
“Para armar este cálculo pensamos en una juntada entre amigos o familia, en la previa a un partido o el reencuentro después de un tiempo sin poder vernos. Tuvimos en cuenta el queso, el fiambre, el pan, la cervecita, la gaseosa, cosas que no faltan nunca. Con esto calculamos que en cuatro años el billete de $1.000 perdió la capacidad de comprar casi 4 kilos de jamón cocido, 3,300 de salame, 3,300 de queso pategrás, 20 kilos de pan, 18 botellas de cerveza y 17 botellas de gaseosa”, afirmó Miazzo.
En diciembre de 2017, con $1000 podían comprarse 4 kilos de queso pategrás ($247), pero hoy sólo alcanza para 700 gramos ($1.340). Con el fiambre y el salame sucede lo mismo porque hace cuatro años se conseguían 4,7 kilos de jamón cocido ($213) o 4 kilos de salame ($257) y en la actualidad ya no alcanza para un kilo de ninguno de los dos (jamón $1.140 y salame $1.360).
Para acompañar todo ello falta el pan, un ingrediente fundamental: “en 2017 comprábamos 24,5 kilos ($40,60) y hoy nos alcanza para 4 ($210). Para tomar, si pensamos en picadita se nos viene una cerveza a la cabeza, en 2017 con $1.000 podíamos comprar 24 botellas ($41) y hoy solamente nos alcanza para 6 ($160); son 72 pintas menos para brindar”, expresó Ariño. Y advirtió: “con la gaseosa pasa lo mismo porque en 2017 comprábamos 23 botellas de 1,5 litros ($45,50) y hoy sólo compramos 6 ($150)”.

LES PEGA A TODOS
“El Changómetro” de FADA refleja que la inflación afecta a todo tipo de productos porque el problema no es de un sector u otro, sino que la moneda nacional cada vez vale menos. Por eso, Miazzo señala que “no son efectivas medidas como restringir exportaciones, poner controles de precios, congelar tarifas y precios o buscar culpables de las subas de precios de la lechuga o el huevo”. En ese sentido, asegura: “el problema no está en una cadena productiva en particular, o en un empresario malo”.
Los economistas de FADA sostienen que hay formas de tratar o controlar la inflación, con medidas que apunten a la emisión de pesos, el equilibrio fiscal y la confianza en la economía del país. “Lo primero a decir es que sí o sí hay que encarar los tres focos para que funcione”, aclara Miazzo.
Al respecto, reconoce que debe dejarse de imprimir pesos porque el Changómetro muestra que el problema no son los precios, son los pesos y su pérdida de valor. Para ello, es necesario contar con equilibrio fiscal y, en este punto, es primordial que “los gobiernos dejen de gastar más de lo que recaudan por impuestos porque no hay otra opción que controlar el gasto público para controlar la inflación”.
El último punto es generar confianza en la moneda. Y la especialista es clara: “los pesos, como cualquier moneda, son un papel impreso, su valor está determinado por la confianza que genera el país que lo imprime. Hoy la nuestra sirve para comprar cosas, pero no es una moneda de referencia o en la que se pueda ahorrar”.
Sobre ese punto, Miazzó acota: “la solución pasa también por generar confianza, en la salud y el rumbo de la economía de un país. Para ello, es necesario un plan económico consistente que sea capaz de ir solucionando los grandes desequilibrios macroeconómicos del país”, completa Miazzo.

“CHANGÓMETRO”
El “Changómetro” es una nueva medición de FADA que le mide la temperatura a la inflación. Propone innovar en formas de entenderla, al profundizar sobre la inflación producto por producto. Indaga más allá de las cifras como dato frío para dimensionarlo en cada familia. Este desarrollo cruza distintas cifras y aporta otros tipos de análisis para lograr entender más sobre los términos económicos que se soportan en la realidad diaria.
“El Changómetro nos muestra en cada edición, con distintos ejemplos cotidianos, que cada vez necesitamos más pesos para comprar las mismas cosas. Esto golpea aún más fuerte a quienes menos tienen y por eso es necesario ´tomar el toro por las astas´ y atacar las causas del aumento de precios para dar solución a la inflación”, concluyeron desde la Fundación.

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