Por REDACCION
Físicamente la función de la plantación, es dar refugio, sombra y protección; visualmente determina la proporción y forma de un jardín, el contraste entre espacios abiertos y cerrados y su división.
Provee textura, marco, fondo, tono y carácter escultural. Si se le pidiera a una persona que enumerara las razones por las cuales un jardín le parece lindo, seguramente se quede balbuceando o responda enumerando los elementos más notables.
Porque lo que hace que un todo termine imprimiendo en alguien la sensación de agrado o de desagrado es la suma infeliz o feliz de sus partes.
Como cualquier composición que apela a los sentidos, un jardín bien logrado es un espacio donde se percibe equilibrio, se respira armonía y se puede pasear tranquila la mirada pero hablar de equilibrio, no es hablar de rigidez o estatismo. Observando la naturaleza podemos notar que conviven en ella paisajes variados, algunos más inquietantes que otros, pero no nos atreveríamos a hablar de caos en ninguno de los casos porque, por más prolijo que parezca, hasta la selva más frondosa guarda una lógica interior que justifica las partes del conjunto.
En un jardín, los puntos focales son puntos de interés que detienen la mirada, las pausas necesarias para evitar la impresión de mezcla indiscriminada. Además de ordenar el conjunto, los puntos focales son un acento a su personalidad, a su estilo.
Pero, ¿Qué es en la práctica un punto focal? ¿Cómo se maneja? Podríamos hablar de una planta determinada, o de varias posicionadas en puntos decisivos del diseño. La diferencia la define el entorno.
Una acacia de Constantinopla será, indudablemente, el punto focal en un jardín pequeño, pero en un parque de mayores dimensiones, apenas un elemento más del conjunto.
Ya se trate de un árbol, arbusto o de una herbácea, la planta elegida para constituir un punto focal deberá contar con algunas características distintivas –más o menos permanentes- que le permitan destacarse dentro del esquema general: el color de las flores, la forma de sus hojas, su simbología, su porte …
Pero a la par de los puntos focales permanentes de un jardín, también existen puntos de atracción temporarios, el follaje de un liquidámbar en otoño, las ramas de un cornus en invierno o las flores de un jacarandá en primavera, por citar algunos.
La mutación de las plantas al ritmo de las estaciones imprime dinamismo a la composición. Es un regalo de la naturaleza para tener muy en cuenta a la hora de diseñar un jardín.
PLANTAS QUE SON PUNTOS FOCALES
* Arboles: Ombú, Palo Borracho, Sauce, Araucaria, Roble, Liquidámbar, Jacarandá, Lapacho, etc.
* Arbustos: Laurel de flor, Pittosporum maggi, Teucrium, Phormio, son puntos permanentes; Berberís, Viburnum, Rosas, son puntos temporarios.
* Herbáceas: Agapanthus, Hemerocalis, Salvias, Sisirrianchum, Dietes, Lirios, etc.
* Gramíneas: Penissetum, Cortaderas, Haumani, Miscanthus, etc.
ALGUNOS EJEMPLOS DE PUNTOS FOCALES
*Comúnmente usado como cerco la caña Bambú plantea un atractivo especial.
*El particular porte y colorido otoñal de Liquidámbar.
*Por su color grisáceo y porte pendular, la Acacia Baileyana es dable de convertirse en un punto.
*Las características distintivas de las cortadeiras, con su follaje gracil y sus vistosas flores.
Todo esto que les fui contando es para que analicen, llegamos a la época en la que en materia de diseño, todo es posible.
A salir a nuestro jardín e ir viendo un poquito todo lo que nos gustaría hacer durante estos meses…. Besos. Paula
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.