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Rural Jueves 23 de Septiembre de 2021

Domínguez mostró sus cartas y se presentó “amigable”

En su primera aparición pública como flamante ministro de Agricultura y Ganadería anticipó algunos objetivos ambiciosos en esta segunda gestión. Unos días antes de asumir sugirió que Argentina debe retomar el Plan Estratégico Agroalimentario (PEA) porque “no se puede concebir a la Argentina sin el campo”.

REDACCION

Por REDACCION

El flamante ministro de Agricultura y Ganadería de la Nación, asumido esta semana, ya tuvo su primer fogueo con el sector más poderoso del agro, cuando participó este martes de la apertura oficial del seminario ACSOJA 2021, la cadena de valor agroindustrial que más divisas genera para las arcas del país. Se estima que las exportaciones del complejo sojero con epicentro en Rosario, aportan al Estado en cada campaña unos 22.500 millones de dólares, de los cuales casi 10.000 son derechos de exportación (retenciones) que van “de regalo al bolsillo” del fisco y el Gobierno en general.
Allí Julián Domínguez se mostró amigable, mencionando en todo momento por su nombre de pila a su “querido amigo” Luis Zubizarreta, quien además de ser el actual presidente de ACSOJA y referente del Consejo Agroindustrial Argentino, es un peso pesado de la industria agroexportadora como director de Louis Dreyfus Company y presidente de la Cámara de Puertos Privados de la Argentina, desde donde realizan un incesante lobby por la “licitación larga” de la hidrovía.

LOS PENSAMIENTOS DEL NUEVO MINISTRO
El discurso del ministro Domínguez en ACSOJA no mostró todas las cartas por el momento, simplemente se remitió a leer un prolijo mensaje de apoyo y promoción para que la soja recupere el terreno que viene perdiendo año a año en el mapa agrícola argentino. “Hace 10 años nos habíamos planteado alcanzar las 70 millones de toneladas [de soja], hoy estamos bastante lejos de eso, el objetivo es que trabajemos juntos para recuperar el sueño que planificamos como cadena”, rememoró el ministro de su gestión pasada (2009-2011).
“El cultivo de la soja y todas sus posibilidades de industrialización deben enmarcarse dentro de un manejo sustentable, respetando prácticas adecuadas como la ley de bosques; la cadena tiene un rol protagónico porque es impulsora de inversiones, investigación, generación de riqueza, empleos, servicios, bioenergía que requiere estar inserta en un marco de sustentabilidad”, remarcó Domínguez. “Tenemos que poner las reglas nosotros, los argentinos, y sé que ustedes tienen la capacidad y la decisión para retomar este camino –instó el ministro a sus interlocutores-; trabajemos juntos, porque no se concibe a la Argentina sin el campo, ni al campo argentino sin el milagro que han producido ustedes los productores, de quienes siento el orgullo de conducir en mi responsabilidad de ministro”.

LOS EJES DE SU NUEVA GESTIÓN
Si bien no ha trascendido aún un programa de políticas o lineamientos estratégicos para su nueva gestión al frente de esta cartera, Domínguez anticipó hace unos 20 días atrás (sin saber todavía cuál sería su próximo destino en la función pública) cuál es su visión crítica respecto al rumbo que debería marcar el Ministerio de Agricultura. Fue en “Experiencia IDEA Agroindustrial”, donde compartió un distinguido panel con Pilu Giraudo (AAPRESID), Gustavo Idígoras (CIARA-CEC) y el consultor Ivo Sarjanovic, bajo la consigna “Una hoja de ruta para el sector agroindustrial”.
Allí se remontó al “PEA 2020”, un costoso marketing político lanzado en 2010 como una visión programática que aspiraba al desarrollo integral del campo y al agregado de valor en origen, proyecto que quedó truncado por el derrotero que tomó la gestión de Cristina Kirchner hasta 2014. Sin embargo, Domínguez trazó algunas premisas que conviene repasar.

“EL ROL DEL CAMPO”
“Primero, no se puede pensar a la Argentina sin entender el rol del campo; es decir, el campo es constitutivo de la identidad nacional y un modelo de generar bienestar es poblar el campo”, afirmó Domínguez quien destacó su “actitud absolutamente solidaria en lo fiscal en la crisis de 2003”.
Según sus palabras, “el campo lidera la transferencia y la incorporación de nuevas tecnologías”, lo cual se puede observar en el desarrollo de la maquinaria agrícola nacional y la industria automotriz en el segmento de pickaups “porque marca tendencia en su demanda”.
El PEA fue esa oportunidad que se imaginó que a estas alturas Argentina “estaría exportando 100.000 millones de dólares, y sólo exportamos un tercio de esa cifra porque nos faltó profundizar en la industrialización del sector”, esgrimió Domínguez.
Entre las razones que citó el ahora ministro, está la falta de institucionalización del PEA y por eso “con mucha alegría debo decir que el Consejo Agroindustrial Argentino toma hoy aquella experiencia y es una articulación de cadena que le permite pararse ante los escenarios globales”. En este punto, Domínguez dejó entrever que el CAA será “un espacio para pensar juntos” como interlocutores entre el gobierno y el sector.

CIENCIA Y EDUCACIÓN
“Hay que apostar por la biotecnología”, dijo Domínguez, poniendo énfasis en el apoyo a la ciencia a través de la creación de un “fondo nacional de investigación en nuevas tecnologías y fortalecer su financiamiento público”. Además, planteó como un desafío “para la próxima década”, cortar el desarraigo del interior y la desaparición de productores en sus lugares de origen. “Los colegios agrotécnicos deben depender del Ministerio de Agricultura, porque es inentendible que la educación agraria esté desvinculada de quienes generan las políticas para el agro”, enfatizó Domínguez.
También se puede inferir cuál será su postura frente a la Mesa de Enlace: “tenemos una dirigencia rural que tiene visión de mundo y de mercado, que puede liderar un proceso de crecimiento y que constituye un capital bien argentino y nacional; el CAA es un instrumento que permite interactuar con otros sectores de la política”. Y señaló: “el problema es que nuestra dirigencia política no entiende al campo argentino porque la mayoría de los funcionarios son de la Capital Federal, entonces falta una visión federal que pueda integrar las capacidades del campo”.
Estas ideas que deslizó Julián Domínguez, sin saber que el destino lo pondría unas semanas después en el rol de ministro, ahora él mismo puede ponerlas en práctica, aunque se sabe que en política, del dicho al hecho suele haber un largo trecho. Las próximas semanas serán cruciales.

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