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Rural Jueves 15 de Diciembre de 2022

El girasol pide la hora y la soja de segunda sale a la cancha

Los primeros rendimientos obtenidos en esta oleaginosa más representativa del norte provincial, oscilaron entre los 7 y 8 qq/ha. En tanto en la región, con lluvias que fueron muy dispares en cuanto a volúmenes, las actividades agrícolas se concentran en la soja tardía.

REDACCION

Por REDACCION

La dinámica de los escenarios ambientales, las particularidades zonales y los múltiples factores actuantes, condicionaron o regularon la toma de decisiones finales, ante los futuros escenarios climáticos y de logística, por lo que la soja de segunda arrancó echando a la suerte su porvenir. Según la Bolsa de Comercio de Santa Fe, “los mayores montos pluviométricos se obtuvieron en el sector centro - oeste del área de estudio del SEA, con mínimos de 20 y máximos puntuales de 200 mm”.
La realidad climática cambió “heterogéneamente” los escenarios y movilizó las distintas actividades agrícolas de los sistemas productivos, que se habían paralizado totalmente en el período anterior, ante la ausencia de precipitaciones.
En todos los departamentos del SEA, la siembra fue la tarea con más actividad desarrollada en la implantación de sorgo forrajero, granífero, algodón y en los inicios de la soja tardía. En el caso de la oleaginosa, las intenciones de siembra se estimaron en 580.000 ha, con un incremento del 8 % en comparación a la superficie alcanzada la campaña pasada, dice el informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe.

LOS IMPACTOS DE LA SECA
El cultivo de la cosecha gruesa que más sufrió las consecuencias de las condiciones climáticas y mostró un gran impacto fue el maíz temprano, a tal punto que, en los maizales muy afectados, continuaron las tareas de picado/embolsado para consumo del ganado.
Para el intervalo comprendido desde ayer hasta el 20 de diciembre, los pronósticos prevén desde su comienzo, estabilidad climática, días soleados, temperaturas medias diarias en ascenso, buen tiempo y escasa nubosidad, con el transcurso de las jornadas iría incrementándose hasta el sábado 17, luego sol pleno sin probabilidades de precipitaciones, situación que se extendería hasta el final de período y se manifestaría en toda el área del SEA. Las temperaturas fluctuarían entre mínimas de 16 a 23 ºC y máximas de 29 a 37º.
En Trigo, continuó el proceso de la cosecha en su recta final, con un movimiento de equipos y cosechadoras con menor ritmo que la semana anterior, en particular, en los departamentos del centro. Se logró un progreso del orden del 97 %, que representó aproximadamente unas 308.160 ha. Los rendimientos promedios obtenidos reflejaron el impacto de las lluvias heterogéneas, irregulares o variables que se produjeron durante el ciclo del cereal y que fueron enunciados para cada área: en el norte, entre 7 y 38 qq/ha; en los departamentos San Cristóbal, San Justo, San Javier y Garay, mínimos de 8 qq/ha y máximos de 39 qq/ha; y nuestra zona, mínimos de 10 qq/ha y máximos de 44 qq/ha. Por el momento, en los departamentos San Martín y San Jerónimo, se obtuvieron los mejores rindes con mínimos de 18 qq/ha y máximos de 48 qq/ha.

EL GIRASOL COMENZÓ SU COSECHA
El general, el estado de los girasoles continuó siendo de “malo a regular”, de “bueno a muy bueno”, dependiendo de la zona o de las precipitaciones ocurridas y la etapa fenológica en que se encontraba cada lote.
En la parte norte del departamento General Obligado, se observaron los mejores cultivares, dado que allí ocurrieron precipitaciones más regulares y de mayores montos.
Los girasoles mostraron menor desarrollo en las estructuras de las plantas y en el tamaño de los capítulos, lo que afectaría directamente el componente rendimiento.
En el período, comenzó el proceso de cosecha en las parcelas más adelantadas, los primeros rendimientos promedios oscilaron entre 7 – 8 qq/ha.
Con respecto a las plagas, se observó un aumento en el número de aves, principalmente palomas o cotorras, que afectaron y afectarían a la oleaginosa.

MAÍZ TEMPRANO, EL MÁS SUFRIDO
Hasta la llegada de las precipitaciones, los maizales continuaron desmejorando su estado. Por las condiciones ambientales de estrés hídrico, fue el cultivo de la cosecha gruesa que se observó en peor característica, dado que se encontraba en etapa reproductiva, en la cual la demanda de agua aumentó.
Los síntomas de estrés hídrico y térmico se observaron más en la semana, con plantas completamente secas. Por tal situación, se continuaron picaron los maizales y se elaboraron silos como reservas, para el futuro consumo animal.

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