Por REDACCION
La prohibición parcial de las exportaciones de carne vacuna, anunciada la semana pasada por el Gobierno nacional, ha puesto a la dirigencia agropecuaria “en pie de guerra”. Fueron muchas las entidades que rechazaron fuertemente la decisión oficial, teniendo en cuenta que desde el sector siempre han sostenido la necesidad de reglas claras y previsibilidad, aspectos afectados a la hora de impedir el normal desenvolvimiento del comercio exterior para un producto emblemático.
En la provincia de Santa Fe, la entidad que agrupa a todas las sociedades rurales (CARSFE) se encuentra en “estado de alerta y movilización”, a la espera de lo que decidan las bases. Precisamente, las instituciones ruralistas del Departamento Castellanos han planteado la necesidad de llevar a cabo una medida de fuerza contundente que refleje el verdadero malestar de los productores.
“La gente está muy desanimada y el deseo es hacer un cese de comercialización que incluya a otros productos porque realmente el grado de enojo que hay es alto”, manifestó en el programa radial ADN, el presidente de la Rural de Humberto, Diego Guglielmone. Y agregó: “el humor del productor es malo y las opiniones que recolectamos desde CARSFE van todas en ese sentido porque una protesta es lo menos que se merece un Gobierno de estas características”. Al respecto, el dirigente fustigó al presidente de la Nación: “en un mandatario con la palabra totalmente devaluada no se puede confiar y esto puede derivar en cualquier cosa”.
Por su parte, la presidenta de la Rural de Rafaela, Norma Bessone, también señaló el “enorme malestar” que presenta el sector por la prohibición parcial de exportaciones. “Expresamos un total y absoluto rechazo a decisiones arbitrarias e indudablemente que las medidas de fuerza que demuestren disconformidad no son mayores porque respetamos la situación de pandemia, por la cual debemos ser cautos y respetuosos”, indicó. Pero admitió: “en otro marco sanitario ya se hubiesen iniciado protestas mucho más contundentes y amplias”.
Con una postura más moderada, pero no por ello menos molesto, el Vicepresidente de la Rural de Sunchales, Alexis Astesana, expresó: “creemos que es una muy mala medida que ya se tomó en el pasado con resultados muy malos y vemos cómo los cortes aumentaron de precio, contrariamente a lo que el Gobierno busca; está claro que no es una decisión acertada, pero nosotros tratamos que la medida de fuerza sea el último recurso”.
DURAS CRÍTICAS
Sin dudas, el descontento generalizado tuvo sus orígenes en el intervencionismo que realizó el Estado en la cadena cárnica. El puntapié inicial fue a mediados de mayo y, vencido el plazo de 30 días, el nuevo decreto que autoriza el cierre parcial de exportaciones y además la prohibición de enviar algunos cortes al exterior, fueron la “gota que colmó el vaso”.
Los ruralistas de la región se muestran preocupados porque saben lo que se viene. Al igual que en 2006, la medida puede provocar efectos devastadores en la actividad.
“Se sigue haciendo política a costillas del bolsillo del productor porque el Gobierno considera que no tiene costo pero eso es un error porque corren peligro los puestos de trabajo en la industria, pero además a nosotros nos pega por la baja de precios de la hacienda que ya se siente”, indicó Guglielmone. Y agregó: “encima en las carnicerías aumentó el precio de la carne, o sea que el Gobierno no encuentra el efecto que busca y todo esto tiene consecuencias nocivas para el productor que pierde plata y para las arcas oficiales porque dejan de ingresar divisas”.
En la misma dirección se expidió Bessone, que afirmó: “otra vez cupos para las exportaciones de carne; asombro, sorpresa, incredulidad, simplemente la convicción de ser una más de las políticas nacionales que perjudica significativamente a todos los actores de la cadena, además de dañar la confianza que requieren nuestros clientes del exterior y cuyas consecuencias conocemos”.
Al respecto, puso el foco en “los referentes políticos” de la provincia de Santa Fe, que “resulta sumamente perjudicada. “Necesitamos que nos ayuden a revertir esta angustiante situación”, reclamó la presidenta de la entidad rafaelina. Y reflexionó: “es imposible entender una medida así en este contexto, con una pérdida mensual de 100 millones de dólares y en momentos en los cuales Argentina ha dejado de ser considerada como una Nación emergente y continúa aislándose del mundo”.
En la cuenca lechera, la medida también impacta de manera directa en los tambos. Así lo explicó Astesana: “en nuestra zona hay muchos establecimientos y esta medida también genera perjuicios porque cuando la rentabilidad en la actividad comienza a tener caídas, tenemos un ingreso a partir de la venta de las vacas de descarte que en su mayoría van a China; desde que se conoció la decisión del Gobierno ha caído un 20% el precio de esa categoría, con lo cual a los tambos también los afecta de sobremanera”.
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.