Por REDACCION
Por Guillermo D. Rueda. - “Estamos atravesando una situación de recorte presupuestario muy grave”, dijo Mario Alberto Romero, secretario general de la Asociación del Personal del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Apinta).
“Esta es una de las razones por las cuales desde octubre del año pasado hemos perdido más de 230 trabajadores en distintas estaciones del INTA, ya sea porque se han jubilado, porque renunciaron o porque fallecieron. En ningún caso se los reemplazó”, aseguró.
“La institución se ve afectada en su normal funcionamiento con estas medidas, ya que además se continúan cancelando los proyectos y no sabemos cuándo se va a detener esta sangría”, sostuvo el dirigente gremial surgido de Trelew, en la provincia del Chubut y quien transita ya 38 años en el organismo.
El INTA posee un personal de 7.415 personas registrados a diciembre último, en 15 centros regionales, 52 estaciones experimentales, 22 institutos de investigación y más de 400 agencias de extensión rural.
De acuerdo con un informe del ministerio de Modernización, elaborado en agosto de 2017 y nunca oficializado, debía producirse un recorte de 782 personas, poco más del 10%.
Un efectivo estado de movilización realizado desde el gremio en todo el país detuvo, al menos hasta ahora, esa alternativa de despidos inminentes.
El apoyo de las distintas capas de la cadena del sector no se hizo esperar, así como de representantes de entidades como Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria Agraria (FAA) y Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria).
“Pero a nosotros también nos preocupa vivir otro proceso como en los años 1990 o 2000, cuando las vacantes fueron congeladas”, explicó.
“De ser así, y de continuar la política de cancelación de proyectos, se producirá una falta de investigadores; es decir, nos faltará la generación del medio, por decirlo de algún modo”, sostuvo.
Romero relató que ellos hacen hincapié en todos los trabajos relacionados con los pequeños y medianos productores, así como aquellos vinculados con la agricultura familiar, algo que, aseguró, se está desvinculando en esta etapa.
El presupuesto asignado para el INTA en 2017 fue de alrededor de 6.200 millones de pesos, una cifra semejante para el año en curso.
“Pero nosotros, en esta coyuntura de la cual no podemos permanecer ajenos, pretendemos aportar soluciones para el desarrollo del sector agropecuario inclusivo, competitivo y sustentable”, añadió.
Romero alude a la presentación que hará este martes 17, a las 18:30, en la Sala 4 del 3º piso “A” del Congreso Nacional, junto a los distintos integrantes de Apinta de todo el país.
“Sin partidismos, porque este tema lo supera, elegimos el Congreso para presentar nuestro plan, que se denomina El INTA que queremos los trabajadores”, agregó.
PROPUESTAS
* Cuatro: el documento que Apinta presentó en el Congreso anteayer contiene cuatro ejes: 1) gestión general de la institución; 2) gestión de la interacción entre los componentes de investigación y desarrollo tecnológico y extensión y transferencia; 3) extensión y transferencia y 4) el componente de investigación y desarrollo tecnológico.
* Propuestas: cada uno de ellos contiene propuestas adecuadas a las exigencias de los tiempos que corren.
* Fondos: en el punto 1 se destaca: “gestionar un presupuesto suficiente para cumplir adecuadamente los objetivos garantizando la disponibilidad de las partidas en tiempo y forma”.
* Realidad: el ítem 3 dice: “la extensión y transferencia debe ser orgánica, respondiendo a la política institucional que el territorio requiera, para hacer frente a una realidad cada vez más compleja”.
* Vacancia: en el 4 se sugiere "abordar las líneas que presentan áreas de vacancia con la incorporación de personal y recursos y también con la conformación de alianzas con otros actores del sistema”. (Fuente: www.lanueva.com).
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