Por REDACCION
Desde la semana pasada el mundo está conmocionado por la escalada bélica en el conflicto que venían manteniendo Rusia y Ucrania. La invasión llevada a cabo por el país que preside Vladimir Putin tiene efectos dantescos desde el punto de vista humanitario, pero también genera consecuencias en la economía global y aquí los países productores de alimentos y otros commodities también se ven afectados.
El rol preponderante de la economía de la región del Mar Negro sacudió a los mercados globales. Tanto como abastecedores de energía como de alimentos, la importancia de Rusia y Ucrania para la estabilidad económica mundial exacerbó la volatilidad de estos mercados, condicionando las proyecciones de inflación, crecimiento y comercio global a mediano plazo. Esa es la conclusión que arroja un trabajo del Departamento de Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario, que también refleja el impacto del conflicto para Argentina.
Los expertos señalaron que los lazos comerciales de Argentina son más fuertes con Rusia. De hecho, a la hora de analizar las relaciones bilaterales, puede advertirse que el país mantuvo un superávit comercial con Rusia en los últimos años, morigerado en el año 2021 por la importante importación de vacunas desde ese origen. “Argentina suele vender al país del hemisferio norte principalmente productos del complejo cárnico, frutas, lácteos y otros productos de los complejos agroindustriales. A cambio, el mercado importador desde Rusia está signado por la industria de petróleo y fertilizantes”, explicaron desde la institución.
En tanto, la relación con Ucrania es diferente y mucho más limitada que con Rusia. De todas maneras, Argentina ha registrado un superávit comercial cercano a los 30 millones de dólares en 2019, realizando importaciones por alrededor 6 millones de dólares, principalmente focalizado en productos del sector electrónico. Por el lado de las exportaciones, se imponen también los productos de los complejos agroindustriales, que representan cerca del 60% de las exportaciones nacionales, con importante participación del sector frutícola.
EFECTOS DIRECTOS E INDIRECTOS
El equipo técnico de la BCR considera que los efectos del conflicto bélico deben medirse siempre en términos humanitarios, y nada podrá soslayar las vidas pérdidas y el sufrimiento humano causado por el mismo. Sin embargo, también admiten el análisis de las consecuencias que la disputa entre los países europeos puede tener sobre Argentina.
“Ucrania y Rusia son competidores directos de nuestro país en varios de los productos de los complejos cerealeros y oleaginosos que exportamos. Los precios en el mercado de Chicago presentaron una gran volatilidad en las últimas jornadas, por la incertidumbre que el conflicto genera en torno a la fluidez en las cadenas de suministro”, indicaron los especialistas. De hecho, la soja y el trigo llegaron a tocar valores que no se registraban hace una década.
En conjunto, ambos países representan más de un cuarto de las exportaciones de trigo en el mundo, y el temor a un ajuste en las cadenas de suministro producto de la potencial imposibilidad del mundo de contar con el trigo de estos orígenes se ve claramente reflejada en el precio internacional del grano.
“Si bien Argentina, de acuerdo con el volumen de exportaciones de equilibrio fijado por las autoridades nacionales, podría exportar 14,5 millones de toneladas en la campaña 2021/22, el impacto de esta suba de precios tiene un efecto limitado, dado que el trigo de la actual campaña ya está prácticamente vendido”, explicaron. Actualmente se llevan comercializadas externamente 13,8 millones de toneladas de trigo, un 95% del cupo exportable.
Por el lado del maíz, Ucrania es un gran jugador en los mercados mundiales, representando cerca del 16% de las exportaciones mundiales del cereal. La proporción del saldo exportable nacional de maíz que resta por fijar precio es también limitada. “Sobre el final del año pasado vimos un importante adelantamiento en la comercialización de la nueva campaña comercial, llevándose vendidas a la fecha cerca del 70% de los 33,5 millones de toneladas de saldo exportable que podrían llegar a quedar para el país, todavía restando para conocer los rendimientos efectivos de una campaña afectada fuertemente por la seca”, revelaron. Al mismo tiempo, remarcaron que las DJVE representan ya el 90% del volumen de equilibrio, por lo que no se pueden seguir anotando ventas al exterior a menos que falten menos de 90 días para el embarque.
FERTILIZANTES
Rusia es el principal proveedor de fertilizantes de todo tipo en el mundo, exportando cerca de 35 millones de toneladas de toneladas anualmente por unos 8.100 millones de dólares, concentrando así cerca del 13% del comercio mundial. Si bien los principales vendedores de fertilizantes a la Argentina son Marruecos, Estados Unidos y China, Rusia aparece en quinto lugar con un 7% del valor total importado y su influencia en los precios mundiales de los fertilizantes es, sin dudas, decisiva.
“La volatilidad del mercado de fertilizantes es una preocupación para las siembras 22/23, que comenzarán en mayo con el trigo y la cebada pero que, por la alta dependencia de las importaciones, deben salir a comprarse con antelación. No contar con el volumen apropiado de fertilizantes a tiempo le significará al país un costo de entre 3.300 y 4.500 millones de dólares, sólo en concepto de menores exportaciones potenciales de trigo y maíz”, advirtieron.
MERCADOS ENERGÉTICOS Y COMBUSTIBLES
Rusia es un jugador fundamental en el mercado de energía global. Actualmente representa el 10% del total de exportaciones de petróleo y el 9,5% de las de gas natural. Por ello, la escalada del conflicto resultó en una fuerte suba de los precios de la energía y el petróleo rondó la zona de los 100 US$/barril, por primera vez desde 2014. Algo similar ocurrió con los precios del Gas Natural Licuado porque el precio del GNL en el Dutch TTF, el mayor punto de comercio virtual de Europa, tocó un techo de US$ 46 por millón de BTU, para cerrar en US$ 38 por millón de BTU, un 29% arriba del cierre del miércoles.
“Esta situación complica al país que viene incrementando su necesidad de importación de energía, así como también el peso de los subsidios al consumo interno sobre el presupuesto público, una pieza clave del acuerdo de nuestro país con el Fondo Monetario Internacional. Estos precios del gas resultan muy superiores a los US$ 8,33 por millón de BTU que, en promedio, erogó Argentina por importación de GNL en el último año”, concluyeron desde la BCR.
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