Por REDACCION
Pasaron dos años desde que el ex ministro Julián Domínguez presentó en el Congreso Nacional el Proyecto de Ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial, conocida por todos como la Ley de Agroindustria, motivo por el cual deberá re-presentarse como tal y esperar nuevamente su dictamen de comisión.
El presidente de la Comisión de Agricultura en Diputados (por donde ingresó el proyecto), Ricardo Buryaile, declaró esta semana que “el ánimo que prevalece en este momento tan particular dentro de la Comisión de Agricultura, es que no hay voluntad política para que se trate en el recinto. Veremos si podemos convocar para la semana que viene, si es que hay voluntades de las partes, pero la realidad política de la Cámara está en función de los acuerdos que haya entre los presidentes de bloque. Esos acuerdos parlamentarios son los que hacen que se lleven adelante las reuniones, posteriormente en comisión, y luego en el recinto”.
Según el diputado formoseño, lo que estaría trabando esa posibilidad, “es el mal clima político que hay en la Cámara”, lo cual atribuye “a los proyectos de juicio a la corte que integran el paquete para una sesión especial, pero también, a la falta de proyectos de la oposición dentro de la convocatoria a extraordinarias”.
“SE PUEDE HACER MÁS”
Buryaile concedió una entrevista al programa radial “ADN Rural”, donde ahondó en el tema y reconoció que “tampoco le podemos pedir a la Ley de Agroindustria que solucione los problemas de una macroeconomía desequilibrada”.
-¿Si se cae la condición parlamentaria de este proyecto de Agroindustria, qué sucede?
-Se tiene que re-presentar. Es necesario decir que nosotros hemos trabajado con el oficialismo, dentro de esta y otras comisiones, logrando un dictamen que creo que soluciona parcialmente los problemas de la producción, pero no todos por supuesto. Está enfocado en solucionar problemas impositivos respecto de los incentivos a la producción, pero después hay que avanzar en otras cuestiones impositivas que hacen al estrangulamiento para que se invierta en el país. Pero tampoco le podemos pedir a la Ley de Agroindustria que solucione los problemas de una macroeconomía desequilibrada. Estoy de acuerdo con la Ley de Agroindustria, pero siempre sé que se puede hacer más. Y hasta el día que llegue al recinto y en el mismo recinto se puede mejorar la ley, y eso es viable.
-¿Al margen de esta coyuntura sobre las sesiones extraordinarias, tiene alguna otra expectativa para trabajar en la Comisión de Agricultura?
-Sí, yo tengo expectativas. Uno puede despachar proyectos y después no se concretan en el recinto, pero yo tengo expectativas de avanzar en una Ley de Warrants, una Ley de Riego, una Ley de Semillas, porque son cosas importantes que les pueden solucionar muchos problemas a la producción. Por supuesto que siempre uno le imprime a cada una de las leyes, un concepto ideológico y es natural que así sea, pero hay que tratar de sacarse de encima los preconceptos que hay entre las partes y avanzar en lo que se necesita con mayor participación de los sectores involucrados, pese a que este año tenemos 14 o 15 provincias que han despegado sus elecciones de las nacionales y va a ser muy difícil funcionar.
UN PROYECTO DE INVERSIÓN
El ministro Sergio Massa dijo durante el anuncio de las medidas para la sequía el pasado 31 de enero, que la Ley de Agroindustria, si estaría ya sancionada, podría resolver de manera automática la emergencia del sector productivo, algo que Buryaile contradice, al decir que “yo no veo eso puntualmente en el proyecto, considero que es un proyecto de inversión, no lo veo por ese lado que dice el ministro”.
El proyecto que impulsa el ministerio de Economía busca aumentar la inversión, impulsar la producción y la competitividad de los distintos sectores que forman parte de las cadenas agroindustriales, mejorar la productividad y la calidad de las mismas mediante una mayor industrialización, y procurar el aprovechamiento integral de la biomasa y su transformación en bioproductos de alto valor agregado. A su vez, plantea potenciar la producción de los alimentos procesados, de las actividades agroforestales, y las nuevas tecnologías y servicios para el agro.
También tiene como objetivo consolidar el desarrollo de la cadena agroindustrial a partir de la promoción de nuevas inversiones, la creación de 270.000 nuevos puestos de trabajo hacia 2030, la incorporación de tecnologías de última generación a partir de una serie de beneficios fiscales e incentivos productivos, y exportar 7.285 millones de dólares, con reglas claras y de largo plazo que aseguren estabilidad y generen confianza.
EN EL CAJÓN
Mientras tanto, la supra entidad formada a tal fin como Consejo Agroindustrial Argentino alertó “sobre el letargo del tratamiento del Proyecto de Ley Agroindustrial”, y precisaron en un comunicado que ante la inactividad legislativa mostrada en relación al tratamiento de la iniciativa, “los miembros socios se lamentan por las oportunidades de nuevas inversiones, empleo, producción y exportaciones que está dejando pasar Argentina”.
A todo esto, durante todo este tiempo surgieron dudas en el bloque del Frente de Todos, especialmente en aquellos sectores que mantienen diferencias con el sector agropecuario, y lo que significaría aprobar una ley que beneficie al mismo. Pero todo eso se despejó con la llegada de Massa a Economía. Y por otro lado, hubo un debate interno en el bloque de Juntos por el Cambio, especialmente sobre si pedirían o no incluir las cuestiones de retenciones. Un tema que por el momento el oficialismo no pretende dar debate en el ámbito legislativo.
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