Por REDACCION
El reciente aumento del gasoil impactará en la próxima campaña, pero no tanto como otros factores que desde FACMA señalan con mayor preocupación aún. “Si bien el combustible aumentó hace un par de semanas un 9 a 10%, medianamente todavía en nuestro índice de costo representa un 15% aproximadamente, siempre y cuando podamos cobrar nuestras listas de precios para la cosecha”, afirmó como atenuante el presidente de la entidad que agrupa a los contratistas del país, Jorge Scoppa. Vale recordar que FACMA emite listas orientativas para los contratistas, a fin de que el productor pueda también tener una noción de lo que debe afrontar para contratar el servicio en cada campaña.
“Hasta el momento, hemos confeccionado sólo las de girasol y maíz (que se pueden consultar en la web de la institución), pero no así para la soja, porque día a día los costos van cambiando -señaló Scoppa en diálogo con el programa radial ADN Rural-. Sucede que el tema energético es un problema en el país y nuestro temor es que sabemos que el combustible está muy por debajo de lo que tiene que valer, porque el dólar oficial no es real y sabemos que en el mundo el costos del combustible es 1 o 1,2 dólar/litro, y si se cumplen las exigencias del FMI, seguramente haya otro ajuste antes de la cosecha. Ahí sí nuestros costos se verán afectados”, apuntó el empresario.
“Nosotros estimamos que habrá un 30% que estará bien a cosecha, un 40% que estará bastante mala por efecto de la seca y el resto se definirá en los próximos días o semanas, aquí podemos incluir a Rafaela, que todavía tiene posibilidades de salvar los costos”.
TODO AUMENTÓ “ALEVOSAMENTE”
Entre los temas más acuciantes para el sector contratista y de la maquinaria en general se presentan varios obstáculos que dañan severamente las cuentas del negocio. “Las cubiertas el año pasado aumentaron 163%, una locura, encima con las trabas para importarlas todo se nos complicó el doble para poder conseguirlas”. A eso se suman otros insumos, señala el directivo, “aceite, filtros y mantenimiento en general de las maquinarias y vehículos superaron ampliamente el 100% de incremento, por lo que nuestro costo operativo aumentó alevosamente”. En un contexto donde “tenemos que lidiar con tasas de interés altísimas”, porque “no nos olvidemos que el año pasado tuvimos que salir a renovar algunos equipos y nos endeudamos mucho para poder seguir brindando un servicio acorde”, opinó el presidente de FACMA, frente a “un panorama incierto”.
En 2021, las ventas de maquinarias agrícolas estuvieron bastante bien, y más del 60% fueron operaciones realizadas por contratistas, por lo cual, el nivel de endeudamiento de este sector se presupone elevado. “Aquel que se endeudó en pesos quizás pueda licuar con inflación pero hay muchos negocios en dólares y si se ajusta esta variable puede haber problemas”, aseguró Scoppa.
“Encima el clima ahora le suma mayor incertidumbre a nuestro negocio, porque ni siquiera se podrá compensar todo esto con una buena cosecha, tal como lo esperábamos el año pasado”.
Para el oriundo de Humberto, “estos factores desalientan un poco al inicio de un ciclo”.
SOBRE EL VALOR DE LA MAQUINARIA
El presidente de FACMA se refirió al aumento de precio que sufrió la maquinaria el año pasado, lo cual impacta de lleno en el sector contratista a la hora de actualizar su servicio.
“El año pasado, las principales maquinarias (cosechadoras y sembradoras) aumentaron un 25% en dólares -confirmó Jorge Scoppa-, porque es cierto que hubo buenas ventas pero también se fabricaron menos cosechadoras en el país, según el índice oficial se entregaron unas 600, cuando nuestro indicador de reposición anual se ubica en 1.000 de estas unidades”.
Un dato que confió Scoppa es que “las multinacionales traen muy pocas cosechadoras al país y tratan de armar lo menos posible, porque con las complicaciones en el tipo de cambio oficial, priorizan otros países”. Además, “se vio claramente el año pasado, está todo sobrevendido y las demoras en entregas es muy grande, esperemos que este año la industria trabaje bien aunque sabemos que muchas no han incorporado empleados y no nos olvidemos que la pandemia pegó fuerte en las horas trabajadas y todo se hace muy a largo plazo”.
ARGENTINA SE QUEDA
El problema que esta situación va generando es que el país se atrasa en materia de actualización tecnológica y según Scoppa, “si medimos la tendencia en cosechadoras hoy estamos con unos diez años de envejecimiento promedio en el parque, ya que tenemos muchos equipos de 2012 incluso de 2010 que están en plena actividad cuando sabemos que por el uso que nosotros les damos, las axiales deberían reponerse a los siete u ocho años; esto acarrea un problema estructural más serio, que es que Argentina se va quedando”. Por otra parte, “desde FACMA observamos que hasta que no crezca la producción, los contratistas competimos siempre por las mismas hectáreas; es inentendible que nuestro país no pueda crecer con el potencial que tiene, mientras nuestros vecinos continúan incrementando su producción de granos”. Brasil duplicó su producción en sólo ocho años, como dato revelador.
“El productor no puede hacer más esfuerzo del que hace porque no se siente estimulado por las políticas hacia el sector; insumos, fertilizantes, genética y menos tecnología a causa de los altos costos, dan como resultado esta situación”, enfatizó Scoppa.
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