Cada 8 de octubre, la Argentina celebra el Día del Trabajador Rural, una fecha que rinde homenaje a los hombres y mujeres que día a día sostienen la producción agropecuaria del país, motor esencial de la economía nacional. La conmemoración fue establecida en 1996 por la Ley N.º 25.191, en reconocimiento a la creación del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE), organismo destinado a proteger los derechos laborales y promover la formalización en el sector.
La fecha elegida recuerda, además, la figura de Juan Domingo Perón, quien el 8 de octubre de 1944, durante su gestión como secretario de Trabajo y Previsión, firmó el Estatuto del Peón Rural, el primer marco legal que garantizó derechos laborales básicos a los trabajadores del campo, tales como jornada laboral limitada, descanso semanal, vivienda digna y condiciones mínimas de higiene y seguridad. Ese estatuto marcó un antes y un después en la historia del trabajo rural argentino.
El estatuto contenía una serie de garantías laborales, entre las que figuraban “el pago en moneda nacional, la ilegalidad de deducciones o retenciones, salarios mínimos, descansos obligatorios, alojamiento en mínimas condiciones de higiene, buena alimentación, provisión de ropa de trabajo, asistencia médico-farmacéutica y vacaciones pagas”.
Los trabajadores rurales cumplen un rol fundamental en la cadena productiva del país. Desde la siembra y cosecha en los cultivos extensivos hasta las tareas en tambo, ganadería, fruticultura, vitivinicultura y horticultura, su labor es imprescindible para garantizar el abastecimiento interno y las exportaciones agroalimentarias que sostienen gran parte del ingreso nacional.
A pesar de la diversidad de regiones y producciones, los desafíos suelen ser comunes: largas jornadas, trabajo en condiciones climáticas adversas y la necesidad de una constante capacitación frente al avance tecnológico en el agro.
En los últimos años, el RENATRE y la UATRE (Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores) han impulsado programas de registración, formación y seguridad social, con el objetivo de dignificar la tarea y reducir los índices de informalidad laboral.
En tal sentido, en 2019, un relevamiento del RENATRE inspeccionó unos 15.648 trabajadores rurales de actividades como forestal, hortícola, ganadera, frutícola, citrícola, etc. De esos, 12.994 estaban sin registración, es decir un 83 % de informalidad.
En 2024, RENATRE reportó la inscripción de 85.697 nuevos trabajadores rurales y 4.833 nuevos empleadores, alcanzando unas 391.460 relaciones laborales vigentes en el sector.
Asimismo, también en 2024, más de 18.800 trabajadores rurales accedieron a prestaciones por desempleo ordinarias, y se otorgaron otras prestaciones extraordinarias.
Más que una fecha en el calendario
El Día del Trabajador Rural no solo invita a reconocer la importancia económica del sector, sino también su dimensión social y cultural. En cada rincón del país, los trabajadores rurales representan valores de esfuerzo, arraigo y compromiso con la tierra. Su tarea, muchas veces silenciosa, sostiene la producción de los alimentos que llegan a las mesas de millones de argentinos.
Cada 8 de octubre, el homenaje se extiende a todos ellos: los peones, cosechadores, tractoristas, tamberos, pastores, esquiladores y a quienes, con su esfuerzo cotidiano, siguen cultivando la identidad productiva del campo argentino.