El embajador de Paraguay Hugo Bernardino Saguier Caballero, frente a la embestida de sus colegas de Venezuela, Ecuador, Bolivia y Nicaragua en la reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) por la destitución el 22 de junio pasado del presidente Fernando Armindo Lugo Méndez, en un juicio político que se tramitó en dos días, denunció la formación de una nueva “Triple Alianza”. Relacionaba así la decisión de los presidentes de la Argentina, Brasil y Uruguay de suspender en el Mercosur a su país y disponer la incorporación de Venezuela con la sangrienta guerra de estos mismos tres países con el suyo, en la que perdieron la vida más de la mitad de los paraguayos (1865-70). El ingreso de Venezuela estaba demorado porque el Senado paraguayo se negaba a aprobar el tratado que lo autorizaba. Y parecería que las razones que impulsaron la suspensión de Paraguay del Mercosur no fueron solamente las afinidades políticas con Hugo Chávez, sino la posibilidad de obtener ventajas en la provisión de petróleo y gas que abundan en ese país. Para la Argentina últimamente esto se ha tornado imperioso, como lo demuestran medidas recientes como la intervención a YPF, la expropiación de las acciones de Repsol y las misiones comerciales a Angola y a Azerbaiyán, países exportadores de petróleo, aunque gobernados por dictadores.El obispo católico Fernando Lugo fue electo presidente de Paraguay en 2008, con el 41% de los votos, liderando la Alianza Patriótica para el Cambio, que integraban los partidos Febrerista, Socialista y Demócrata Cristiano, entre otros, y llevaba como vicepresidente al médico Luis Federico Franco Gómez, del Partido Liberal Radical Auténtico.Los conflictos dentro de esta coalición surgieron poco después de la elección y el gobierno, a pesar de la bonanza económica (el PIB creció el 15,3% en 2010, el más alto de América y el tercero del mundo, debido al cultivo y la exportación de soja), comenzó a tener dificultades, agravadas por el cáncer linfático que padece Lugo, que hicieron imposible el cumplimiento de las promesas electorales. Políticamente esto explotó nueve meses antes de terminar el mandato, el 15 de junio pasado, por el allanamiento de un campo en Curuguaty donde murieron 17 personas. Se precipitó en el Congreso el juicio político, que se llevó a cabo entre el 21 y el 22 de junio, y derivó en la destitución de Lugo y la asunción a la presidencia del vice Luis Franco. La acusación que se votó en la Cámara de Diputados, luego de un debate de cinco horas, fue aprobada por 76 votos contra uno, con tres ausentes. Las acusaciones fueron: * La matanza de 17 personas (11 campesinos y 6 policías) en el fallido allanamiento en Curuguaty.* La crisis con los campesinos carperos en Ñacunday.* La inseguridad en el país.* El mal uso de cuarteles militares para supuestas actividades políticas.* La firma del protocolo de Ushuaia II, que habilita a la Unasur intervenir en el país si estuviera en riesgo la democracia. En el Senado el abogado Adolfo Ferreiro, que con Emilio Camacho y Enrique García fueron los defensores del presidente, pidió primero una prórroga para preparar mejor la defensa, lo que le fue denegado; y, luego, acusó al Jurado legislativo por montar “un circo”. Destacó que el presidente Lugo sabía que “las naciones de la región están en contra de este juicio político”. Al refutar las acusaciones votadas en Diputados, Ferreyro dijo que la matanza de Curuguaty ocurrió en un allanamiento que se hizo en cumplimiento de órdenes judiciales. Luego de cinco horas de debate en el Senado, la destitución fue aprobada por 39 votos contra 4, y hubo 2 senadores ausentes.En Sudamérica se han producido en los últimos años juicios políticos que terminaron con la destitución de cinco presidentes: Fernando Collor de Melo en Brasil, 1992; Carlos Andrés Pérez en Venezuela, 1993; Abdalá Bucaram en Ecuador, 1997, Raúl Cubas Grau en Paraguay, 1999; y la reciente de Fernando Lugo. Tres hubo que resultaron fallidos: el de Ernesto Samper en Colombia, 1996, y los de Luis González Macchi en Paraguay, en 2002 y en 2003. En el único que intervinieron gobiernos vecinos fue en el de Lugo.Hay quienes dicen que el juicio fue sumario porque se temía que el presidente clausurara el Congreso. Lugo aceptó la decisión del Senado, aunque luego ensayó alguna resistencia que no ha tenido mayor eco en la sociedad paraguaya. Sus abogados recurrirán a la Corte Suprema y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En la próxima reunión del Mercosur se anuncia la expulsión del Paraguay y la incorporación de Venezuela.No creo que la decisión que por amplia mayoría tomó un Congreso, cuyos diputados y senadores fueron elegidos por el pueblo, pueda justificar un enroque como este, especialmente si todavía se tramitan recursos judiciales y ante organismos internacionales, que pueden anular o corregir los defectos que pudo haber tenido este juicio bien calificado de express.