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Deportes Lunes 27 de Febrero de 2023

Un contrato con suspenso

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Néstor Clivati

Por Néstor Clivati

En superficie, la renovación del contrato con Lionel Scaloni no debería ser más que un trámite, sin que ello sea despectivo para con el joven y exitoso entrenador argentino, que se consagrara mundialmente el último 18 de diciembre y que antes del mundial de Qatar había ofrecido argumentos de fuste para una elevada consideración de la AFA y también de los aficionados en su vinculación con el futuro.
Tocar el firmamento con la Copa del Mundo, ver a la gente en calles, parques y monumentos de todo el país, habernos deleitado con el mejor Messi, advertir sobre el prodigioso futuro que han comenzado a escribir el Dibu, Enzo, Mac Allister, Julián; poder contar un tiempo más con Di María, con De Paul, con Otamendi, con Romero, dar la vuelta olímpica frente a padres, hermanos, esposas, hijos… Saber que más de 21 millones de argentinas y argentinos acababan de vivir por primera vez el orgullo identitario de sentirse campeones del mundo obligaba a celebrarlo. Lo obtenido por cada uno de estos dos actores –Chiqui y Scaloni- era más importante que lo pendiente por ajustar entre ambos. Habría tiempo para ello… Bueno, ese momento ha llegado.
Una simple percepción me impulsa a imaginar –por experiencias vividas- aquello que ha deteriorado la empatía que sostuvieron Tapia y Scaloni hasta el desarrollo del último Mundial. Es así como creo que Tapia no permitirá resignar un ápice de su mando sobre la selección. La siente suya. Está convencido de que el logro es suyo. Y el futuro del plantel seleccionado es su misión de pertenencia. Será por ello que con desbordante satisfacción llevó la Copa a San Juan, al Balneario 12 de Mar del Plata, a la puerta del hotel Sasso, a un teatro de esa ciudad con 20 acompañantes pidiendo subir al escenario para mostrar el trofeo, a su querido Barracas Central donde también exhibió el trofeo como propio. Luego, en todos estos lugares y en otros de menor repercusión, permitió que todo el mundo se sacara una foto con la Copa y con él bajo su reiterada sonrisa.
Del lado opuesto no es arriesgado afirmar que a Scaloni -y a los demás miembros de su cuerpo técnico- les cuesta admitir que el presidente de la AFA no les hubiere atendido el teléfono por meses ni les respondiera los mensajes antes de aquellos amistosos de septiembre. Al parecer no les cae bien que Tapia aparezca vestido de jugador, patee centros o remate a los arcos en los entrenamientos de la Selección en pleno Mundial, que se meta en sus vidas, que se suba al micro de los campeones junto a ellos como si fuera uno de ellos, regale camisetas, se sienta el dueño de la selección. Los jugadores que salen campeones celebran sin dirigentes… La fiesta es de ellos.
No caben dudas de que esta engorrosa situación habrá de resolverse en horas o a lo sumo en pocos días y que el contrato será finalmente suscripto. Pero la relación entre Tapia y Scaloni ha perdido el tono armonioso de los tiempos pasados. Una prueba de ello es el gesto de Tapia hacia Mascherano y los jugadores del Sub 20 que llegaron a las 6 de la mañana al predio de Ezeiza desde Colombia y fueron recibidos por el presidente quien les dio la bienvenida con un desayuno cordial. Luego de ello reafirmó en su cargo al renunciante Javier Mascherano sabiendo que Scaloni hubiese preferido que se le diera una oportunidad a Lucas Bernardi.
Las divergencias no estarán ni en los acuerdos económicos ni en otras situaciones normativas. Lo que ha comenzado a transitarse es un camino ríspido e incierto: se lucha por el liderazgo de la selección. Scaloni, como todo técnico jefe, hubiese querido tener el control de los diferentes planteles, opinar sobre la logística, participar del planeamiento. Pero esas funciones fueron absorbidas por el presidente de la AFA.
Ahora bien, mientras Messi sea el emblema todo continuará su camino de esperanzas renovadas. Habrá Copa América el año que viene, se incorporarán nuevos jugadores, seguiremos en armonía la orgullosa senda del campeón mundial. Pero el enfrentamiento subyacente solo será restaurado por un triunfo final, la gloria siempre une.
Esta mirada de Ernesto Cherquis Bialo, ayuda a comprender mejor el porqué de esta dilación y le agrega una cierta intriga al final de lo que podríamos llamar, una zaga post mundial; el presidente de AFA, presente este pasado sábado en la asamblea de la Concacaf, y por estas horas ya en París para asistir a la entrega de los premios The Best para los cuales están ternados Lionel Messi, Emiliano Martínez y Lionel Scaloni, volverá a encontrarse con el entrenador y las asperezas presuntas, como también las diferencias económicas, al menos de forma, ocuparán esa mesa de café, en la previa de esta gala de FIFA que se presentará hoy en el Palais Pleyel de París y entonces, el buen sentido nos marca, que luego de este evento ante las inquietudes de la prensa, Claudio Tapia debería confirmar el resultado de esta negociación, que no puede ser otro que la extensión del vínculo con el santafesino, hasta el 2026.
Cabe recordar que en unas semanas, la Selección Argentina deberá jugar al menos un partido en la ventana de amistosos internacionales y el próximo 5 de marzo, conocerse la lista de convocados que de acuerdo a lo adelantado por la casa de calle Viamonte, los albicelestes estrenarán el título en el estadio Monumental enfrentando a Panamá el 23 de marzo.
Con suspenso, pero con final feliz, es una aspiración de todos los futboleros de este país.

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